Una investigación publicada en la revista Nature Communications sugiere que el aumento de la variabilidad de la temperatura del mar, impulsada por el cambio climático, será detectable décadas antes de lo previsto. La investigación apunta a que los eventos más fuertes de los fenómenos de La Niña y El Niño se profundizarían en el océano Pacífico oriental para el año 2030.
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Los autores analizaron 70 años de registros fiables de la temperatura de la superficie del mar en el océano Pacífico para modelar los cambios de El Niño-Oscilación del Sur (Enos) según las proyecciones actuales de calentamiento global.
Enso es la fluctuación climática interanual más importante del planeta y uno de los principales motores de las sequías e inundaciones extremas.
Aunque investigaciones anteriores habían sugerido que la variabilidad de los eventos de Enso no serían detectables hasta 2070, el nuevo estudio separó sus variaciones en eventos del océano Pacífico oriental y del océano Pacífico central, y descubrió que ocurrirían unos 40 años antes.
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“Deberíamos estar más preparados para sequías prolongadas e inundaciones extremas en el futuro”, dijo el coautor del estudio Agus Santoso, del centro de investigación sobre el cambio climático de la Universidad de Nueva Gales del Sur. “Las inundaciones son probablemente más destructivas que la sequía en términos de infraestructura, pero la sequía es muy impactante en términos de agricultura. Ambas caras de la moneda tienen pérdidas económicas sustanciales”, agregó.
Los investigadores recalcaron que los intensos fenómenos de El Niño del Pacífico oriental de 1982 y 1997 “provocaron una alteración sustancial de los ecosistemas marinos”. Cabe mencionar que estos intensos episodios suelen estar asociados a inundaciones catastróficas en algunas zonas de Ecuador y Perú, pero no se producen en el Pacífico central.
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En un evento de La Niña, el agua cálida de la superficie es empujada hacia Asia y el norte de Australia por los fuertes vientos alisios que soplan hacia el oeste a través del océano Pacífico. En El Niño, en cambio, las temperaturas de la superficie del mar en el océano Pacífico ecuatorial central u oriental son más cálidas que la media, y los vientos alisios se debilitan o se invierten. El resultado es una reducción de las precipitaciones en la India, Indonesia y el norte de Australia.
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