Los últimos días de diciembre de 2017 fueron agitados para el Ministerio de Ambiente. Luego de que se conociera que estaba preparando una resolución para redefinir los términos que regulan las reservas forestales, esa cartera tuvo que hacerle frente a una intensa polémica. La adopción de un nuevo término (“realinderación”) les inquietaba a varios ambientalistas. (Lea: Reservas forestales, ¿en vilo?)
“Es un término para quitarles espacio a las reservas. En vez de ser coherentes con la política de restauración, aseguran que cuando se demuestre que hay degradación, ellos pueden hacer una realinderación. Es decir, sustraer una parte del área, pero sin hacer una compensación, como actualmente se hace cuando hay sustracción”, le dijo entonces a El Espectador Claudia Calao, integrante de la veeduría de la Reserva Thomas van der Hammen.
La iniciativa también tiene preocupados a varios miembros de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. En una carta, con fecha del 19 de enero, revelada por la revista Semana, los expertos que integran la Comisión Permanente de Áreas Protegidas, le solicitan a Luis Gilberto Murillo, ministro de Ambiente, que frene ese proyecto.
“Consideramos que ni la acción, ni el concepto, ni el término ‘realinderar’ es aplicable a las Reservas Nacionales ni Regionales, y no está incluido en el Decreto Ley 2811 de 1974 ‘Código Nacional de Recursos Naturales Renovables’, como tampoco en la Ley 99 de 1973, ni en el Decreto 1076 de 2015. Tampoco compartimos el criterio de que, si el ecosistema de una Reserva se deteriora o no se restaura, éste deba ser realinderado”, se lee en un aparte de la misiva.
En palabras sencillas lo que indicaba ese proyecto de resolución que cuando hubiese un área de una reserva que se encuentre degradada y su reestructuración genere más “costos que el beneficio ambiental que se obtiene de la recuperación”, se puede solicitar una realinderación. Según le dijeron varias personas que habían estado al tanto del preoceso a El Espectador, una de las áreas perjudicadas sería la reserva Thomas Van der Hammen, en Bogotá.
“Por ejemplo, la Alcaldía de Bogotá podría solicitar una realinderación de la Van der Hammen del área que ellos necesiten", aseguró aquella vez la abogada y exsecretaria de Hábitat María Mercedes Maldonado.
Ante esto, los científicos, entre los que se encuentran el profesor Gonzalo Andrade, Julio Carrizosa, John Lynch, Germán Poveda, Ernesto Guhl Nanneti y Frank Gary Stiles, le dejan clara su posición a Murillo: “En síntesis, consideramos indispensable frenar la tendencia actual de acelerada intervención de los ecosistemas y el consecuente deterioro de sus servicios esenciales para la vida y el progreso social. En nuestra opinión la tarea fundamental es precisamente la opuesta al espíritu de la resolución en referencia (…) Si lo que se busca es de construir colectivamente territorios sostenibles en Colombia, las zonas de reserva y protección especial deberán incrementarse y no reducirse”.