En los bosques del cerro de Tatamá, una zona de alta importancia ecológica ubicada entre Risaralda, Chocó y Valle del Cauca, habita una de las 84 especies de aves endémicas de Colombia. Se trata de Bangsia aureocincta, también conocida como tangara del Tatamá o cachaquito de anillos dorados, un ave que solo habita en esta zona de los Andes colombianos.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
Algunas plataformas donde se registran aves la describen como una de las más buscadas del país debido a su plumaje único y a su rareza. Tiene una media luna o “c” amarilla en su cabeza que contrasta con el resto del plumaje de color negro, verde oliva y azul. Los que le han estudiado dicen que prefiere vivir en montañas con abundancia de musgos, especialmente, si están ubicadas entre los 1.600 y 2.000 metros de altura sobre el nivel del mar.
Actualmente, esta tangara está catalogada como una especie en estado vulnerable, según los criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). “Se encuentra amenazada por la pérdida de su hábitat. La deforestación en algunas zonas de su área de distribución fue severa en el pasado”, señala esta organización, que cuenta con la fuente de datos más completa sobre el estado de conservación de la biodiversidad a nivel mundial.
Aunque su realidad ya enciende las alarmas, el futuro de la tangara de Tatamá podría empeorar debido a otro factor: el cambio climático. Un estudio publicado por Audubon, una organización que trabaja por la conservación de las aves, analizó qué pasaría con esta y otras 169 especies de aves, que se encuentran amenazadas y que habitan en América Latina, si las temperaturas a nivel mundial siguen aumentando en los próximos años.
Hay dos escenarios que serían los menos severos: si los países cumplen con los objetivos climáticos de llegar emisiones netas cero, y hay un aumento de 1,8 °C para finales de siglo, o si seguimos cómo vamos y la temperatura aumenta 2,6 °C, la tangara de Tatamá perdería aproximadamente un 70 % de su área de distribución. Pero, si las emisiones aumentan significativamente ante la ausencia de acciones contra el cambio climático, y llegan a 5 °C, esta ave endémica de Colombia perdería el 100 % de su área de distribución actual.
“Lo que encontramos con esta especie fue una sorpresa”, dice Jorge Velásquez, biólogo, PhD en Ecología y Evolución y uno de los autores del estudio. “Bajo el escenario de cambio climático más extremo, que es el de 5° C para finales de este siglo, los modelos no encuentran condiciones climáticas idóneas para esta especie en el futuro. Podría potencialmente extinguirse”.
Esto no solo pasaría con la tangara de Tatamá sino también con otras trece especies, que no tendrían la posibilidad de desplazarse a nuevas áreas, aumentando así drásticamente su riesgo de extinción. Entre estas también está el corcovado gorgiblanco o perdiz santandereana (Corcovado gorgiblanco), que habita en el bosque nublado andino, principalmente de Santander; el churrín de Bahía, coqueta de guerrero, cucarachero de Nava, ermitaño de espíritu santo, hormiguero de rondonia, inca de perijá, mochuelo peludo, mosquero rufo, ponchito frentiocre, tangara de montaña de dorso dorado y tororoí de Cundinamarca. Varias de estas son endémicas de Brasil, Perú y México.
De acuerdo con los resultados del estudio, en el escenario más grave (el de los 5 °C), 108 especies podrían perder el 60 % o más de su área de distribución.
Un nuevo riesgo para las aves amenazadas de la región
En su estudio, el equipo de Audubon encontró que más del 75 % de las especies de aves de bosque amenazadas en América Latina son vulnerables a la extinción debido al cambio climático si no logramos mantener el calentamiento global por debajo de 2,0 °C, y en lo posible por debajo de 1,5 °C, que es lo que ha recomendado el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, el principal órgano internacional para la evaluación de esta problemática. Diferentes investigaciones publicadas recientemente indican que ese objetivo del 1,5 °C está muy lejano, e, incluso, algunas proyecciones hablan de un calentamiento entre 2,3 y 2,5 °C, como indicó un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), publicado a principios de noviembre.
El estudio de Audubon, señala que algunas zonas como la Amazonía/Orinoquia o la Mata Atlántica (en tierras altas orientales de Brasil) podrían perder hasta 15 especies de aves de bosque amenazadas en un escenario de 5,0 °C, mientras que otras zonas como la ecorregión del Cerrado, el bioma de sabana más diverso del mundo, ubicado entre Brasil, Paraguay y Bolivia, podría ganar hasta diez nuevas especies debido a estos cambios.
“El balance negativo se dio principalmente en la Amazonía y, en menor manera, en las montañas, aunque en este segundo escenario pueden pasar ambas cosas: ganar y perder especies”, agrega Velásquez. Por un lado, se perderían especies que ya habitan en zonas altas porque no tienen hacia donde ir, pero, por otro lado, se ganarían unas que buscan zonas más altas a las que habitan actualmente. “Va a depender mucho de la topografía y de las capacidades de dispersión de las especies, en qué tanto se pueden adaptar al cambio climático”, menciona el biólogo.
Todas las aves que se evaluaron cumplían con dos características: primero, actualmente están amenazadas, según los criterios de la UICN, y segundo, son especies asociadas mayormente a bosques. Las 170 aves se encuentran en América Latina, la región más rica del mundo en diversidad de aves, y donde están cinco de los diez países con el mayor número de especies de aves amenazadas en el planeta.
“Estas aves, varias de las cuales no se encuentran en ningún otro lugar de la Tierra, nos están enviando una clara advertencia sobre la fragilidad de los sistemas naturales de los que todos dependemos”, señalan los autores del estudio. Aunque el panorama no pinta del todo bien, los investigadores dicen que hay motivos de esperanza: “si actuamos decisivamente para limitar el calentamiento global a menos de 2 °C, podemos reducir la vulnerabilidad del 60 % de las especies de bosque amenazadas y darles una oportunidad real de supervivencia”.
🌳 📄¿Quieres conocer las últimas noticias sobre el ambiente?Te invitamos a verlas enEl Espectador. 🐝🦜