Según un nuevo estudio publicado en la revista Science, la actividad humana está haciendo que muchos mamíferos en todo el mundo sean más activos de noche, que es cuando tienen menos posibilidades de encontrarse con humanos.
"La presencia humana puede infundir un fuerte miedo en los animales salvajes, haciendo que cambien de comportamiento para evitar el contacto", concluyeron en su trabajo los investigadores Kaitlyn M. Gaynor, Cheryl E. Hojnowski, Neil H. Carter y Justin S. Brashares, de la Universidad de California en Berkeley.
El problema que conlleva este cambio de patrón en la vida de los mamíferos es que podría generar profundos efectos en la fisiología y la adecuación animal, lo que a su vez afecta la demografía y altera la cadena trófica. Gaynor y sus colegas realizaron un análisis a gran escala de 76 estudios de 62 especies en seis continentes en los que se usaron herramientas como rastreadores GPS y cámaras activadas por movimiento para estudiar el comportamiento animal.
Con los datos recopilados, los investigadores compararon la actividad nocturna de cada especie durante temporadas de niveles altos y bajos de perturbación humana, que incluía distintas actividades, desde la caza hasta el senderismo y la agricultura.
Los autores descubrieron que, en general, frente a niveles más altos de perturbación humana, "la actividad nocturna de los mamíferos se multiplicó por 1,36".