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¿Qué tienen que ver los incendios que ocurrieron en Australia entre 2019 y 2020 con el fenómeno de La Niña? Esta es una pregunta que asocia dos eventos que, aparentemente, no tienen una relación. Sin embargo, un nuevo estudio, publicado en la revista Science Advances encontró evidencia de que la temporada de incendios y la ocurrencia de La Niña por tres años seguidos.
De acuerdo con los modelos elaborados por científicos del Centro Nacional de Investigación Atmosférica de Estados Unidos, los aerosoles del humo provocado por los incendios forestales interactuaron con las nubes para enfriar las aguas superficiales del sudeste del Océano Pacífico subtropical.
Esto, a su vez, creó condiciones favorables para la formación de La Niña. Es importante recordar que este fenómeno se caracteriza por temperaturas oceánicas inusualmente frías en el Pacífico ecuatorial y, durante los últimos tres años, se ha asociado a eventos de inundaciones en distintas partes del mundo.
En Colombia, por ejemplo, explica el Ideam, el efecto de este fenómeno se caracteriza por un aumento considerable de las precipitaciones y una disminución de las temperaturas en las regiones Andina, Caribe y Pacífica, así como en áreas del piedemonte de los Llanos orientales. (También puede leer: Vacunarán koalas contra enfermedad sexual que amenaza su supervivencia)
El fenómeno triple de La Niña es inusual, como el que se produjo a lo largo de los últimos años. Usualmente, La Niña solo dura uno o dos años y se alterna con su fenómeno opuesto, El Niño. Hay otra característica de este fenómeno que fue inusual. A diferencia de otras ocurrencias de La Niña, este último episodio no se produjo después de un fuerte El Niño.
En ese sentido, muchos pronósticos no predijeron su llegada, lo que lo convierte en “algo casi sin precedentes”, según indicó John Fasullo, científico del clima del Centro Nacional de Investigación Atmosférica (NCAR por sus siglas en inglés) y autor del estudio al portal especializado de Science.
Los científicos utilizaron un modelo climático del NCAR para simular las condiciones atmosféricas mundiales de 2019 a 2021. En una serie de las simulaciones, el modelo tuvo en cuenta el humo, mediante una estimación de las emisiones de fondo de los incendios forestales. Y, en otra serie, el modelo incorporó datos satelitales específicos sobre el humo de los incendios forestales, muchos de ellos procedentes de Australia.
Vale la pena recordar que, entre junio de 2019 y mayo de 2020, los incendios forestales en Australia arrasaron 46 millones de hectáreas y fueron tan graves, que liberaron niveles de humo similares a los de una gran erupción volcánica, indicó el NCAR. (Le puede interesar: Muere la última hembra de una especie de tortuga gigante)
“Mucha gente se olvidó rápidamente de los incendios australianos, sobre todo cuando estalló la pandemia de covid-19, pero el sistema terrestre tiene una memoria muy larga, y los efectos de los incendios perduraron durante años”, afirmó Fasullo.
Los científicos encontraron, a partir de las simulaciones, que los incendios acercaron el fenómeno de La Niña más que los modelos que se basaban en emisiones estimadas. ¿Cómo? Las partículas de humo crearon nubes más brillantes y duraderas en todo el hemisferio sur. Estas, a su vez, reflejaron más luz solar hacia el espacio, enfriando y secando el aire.
El aire más frío, después, desplazó la ubicación de la Zona de Convergencia Intertropical (ZCIT), que es una banda de lluvia que suele situarse a lo largo del ecuador, donde chocan los vientos del este de los hemisferios norte y sur.
La Zona se ubicó más hacia el norte, lo que, a su vez, intensificó los vientos del este sobre los trópicos. Estos empujaron las aguas cálidas superficiales hacia el oeste, lo que ayudó a las aguas frías a ascender desde las profundidades. Esto habría consolidado La Niña durante tres años.
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