El Área Metropolitana del Valle de Aburrá dio a conocer el caso de una tortuga en condiciones críticas de salud que llegó al Centro de Atención, Valoración y Rehabilitación de Fauna Silvestre (CAVR) luego de vivir cerca 30 años como “mascota”.
Aunque no se dieron mayores detalles sobre la recuperación de este individuo, las autoridades aseguraron que “durante tres décadas su piel perdió color, sus músculos se debilitaron y sus huesos se deformaron tanto que terminó con una fractura. No tuvo espacio para caminar en su hábitat, ni luz natural suficiente, ni la alimentación que su especie necesita”.
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Desde 2024, el Centro de Atención, Valoración y Rehabilitación de Fauna Silvestre (CAVR) ha recibido más de 1.900 tortugas morrocoy (Chelonoidis carbonaria). Se trata de un dato crítico si se tiene en cuenta que esta especie habita en esta zona del país. De esta manera, la mayoría de estos casos están ligados con el tráfico y tenencia ilegal.
Según datos del Ministerio de Ambiente, una de las épocas más críticas para el tráfico de especies es Semana Santa. En este periodo de tiempo, los reptiles, con 9.004 individuos, las aves (2.621) y los mamíferos (1.553) fueron las especies más traficadas durante estas temporadas.
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“Entre los reptiles más traficados, la tortuga hicotea (Trachemys callirostris) encabezó la lista, representando el 70 % del total. Le siguieron el caimán de anteojos (Caiman crocodilus) y la iguana verde (Iguana iguana), cada uno con un 13 %, mientras que la tortuga de patas rojas (Chelonoidis carbonarius) constituyó el 4 %”, precisa el ministerio, en su sitio web.
En general, se estima que, anualmente, el tráfico de fauna mueve más de US$ 50.000 millones a nivel global, haciéndolo uno de los negocios ilícitos más rentables, de acuerdo con un informe de 2024 de United for Wildlife, una iniciativa impulsada por la Embajada Británica en Colombia y que reúne a varias organizaciones que buscan combatir este delito.
Precisamente, en el marco de la COP16 que se desarrolló hace un año en Cali, TRAFFIC, una organización que hace parte de la iniciativa, presentó un informe con el panorama de este delito en el transporte aéreo del el país.
Según el informe, entre enero y septiembre de 2024 se incautaron 228 individuos de especies traficadas (especímenes) o partes de estas en el aeropuerto El Dorado de Bogotá, un lugar clave para la salida de estos animales a otros países y en donde se hacen el 50 % de incautaciones en aeropuertos en Colombia. En los últimos años, los registros más altos en cantidad de especímenes se dieron en 2020 (2.722 individuos o partes de estos incautados) y 2021 (cuando la cifra fue de 2.273), las investigadoras advierten que el país tiene un sistema de información desarticulado y que hay un gran desconocimiento sobre este delito, algo que dificulta su reducción.
Entre 2017 y hasta septiembre de 2024 se incautaron 8.239 individuos vivos y 3.493 partes constitutivas de animales en El Dorado. Estos datos fueron recopilados por TRAFFIC, que se dedica a investigar y combatir este delito a nivel mundial, utilizando fuentes secundarias y la información oficial de la Secretaría de Ambiente de Bogotá (disponible entre 2016 y 2024). Allí se hacen el 50 % de las incautaciones en aeropuertos del país y se estima que otro 30 % se dan en la terminal aérea de Leticia, Amazonas.
Uno de los puntos más críticos que advierte el informe es que en Colombia no existe una cifra consolidada del número de individuos o partes de estos que se incautan en todo el país. Esto impide que se tenga una estructura enfrentar esta problemática.
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