Rio Claro, en Antioquia, fue declarado como un área protegida

Cerca de 15.905,9 hectáreas de bosque, distribuidas en jurisdicción de los municipios de Sonsón, San Luis, San Francisco y Puerto Triunfo estarán protegidas. La medida fue implementada en el marco del proyecto “Magdalena Cauca Vive”.

Natalia Barona
04 de diciembre de 2019 - 12:16 a. m.
La Reserva Natural Cañón de Rio Claro es un modelo de desarrollo sostenible para la conservación de los últimos bosques tropicales.  / Cortesía
La Reserva Natural Cañón de Rio Claro es un modelo de desarrollo sostenible para la conservación de los últimos bosques tropicales. / Cortesía

Cornare, el máximo ente que cuida a los ríos Negro y Nare, anunció la creación del Distrito Regional de Manejo Integrado (DRMI) Bosques, Mármoles y Pantágoras, un proyecto que busca contribuir a la conservación de ecosistemas acuáticos y su biodiversidad. Además, confirmó la declaración de protección del río Claro, que es de aproximadamente 15.905,9 hectáreas de bosque y están distribuidas en jurisdicción de los municipios de Sonsón, San Luis, San Francisco y Puerto Triunfo, una noticia que alegró a las comunidades de varios municipios del oriente y del Magdalena medio antioqueño. (Lea: El rol de los campesinos en la Protección de los Parques Naturales)

Clara Solano, directora de Fundación Natura, asegura que este es un proyecto emocionante, pues no existe un área protegida de escala nacional ni regional que incluya un elemento de la geología en Colombia, “es el primero que en su nombre tiene mármoles, esto es novedoso y además retador. Los ecosistemas de humedales son prioridad de conservación a nivel mundial y se requiere un manejo con acciones contundentes y eficaces”, añadió la funcionaria.

El Río Claro es un elemento fundamental e integrador para muchos antioqueños, es evidente que buscan su permanencia en el tiempo y por eso su compromiso. Esta área es única e irremplazable, pues es un eje articulador de dinámicas biofísicas e hidrológicas; además es singular por contar con ecosistemas de bosque basal húmedo inmersos en un complejo kárstico. Ecosistemas poco comunes en el territorio colombiano, que son vitales porque generan procesos de regulación del agua y propician el desarrollo de flora.

Durante el evento, fue anunciado que Río Claro había sido declarado área protegida. / Cortesía

En este afluente, la Fundación Natura, junto a Cornare, en una ceremonia conmovedora para la comunidad, formalizaron la declaratoria de área protegida. Para los habitantes esta es una carta de navegación que estaban esperando hace muchos años, ya que, aseguran, necesitaban instrumentos jurídicos ambientales de ordenamiento y de conservación, ya que esta ha sido una región que, por décadas, ha visto cómo se han desarrollado proyectos mineros en el lugar. 

En esta zona existen al menos 12 empresas mineras, por lo que fue importante concertar, por más o menos tres años, con empresas mineras para que desde su labor contribuyan a la conservación del tesoro natural. También, fue fundamental dialogar con el sector turístico y, en general, con la comunidad y los representantes de las actividades económicas y sociales para que observaran que la sostenibilidad y la productividad pueden ir de la mano. (Puede  leer: ¿Cómo contribuir a la preservación del agua?)

Esta nueva área protegida presenta una gran riqueza hídrica y de ella dependen varias comunidades, además, es afluente del río Magdalena. La comunidad es consciente de que este plan no es perfecto y que debe construirse conjuntamente. Pese a ellos, están dispuestos a hacerlo. 

“Estamos viviendo un momento único, es un proyecto especial y es nuestro. Nosotros somos quienes habitamos en este territorio y debemos aportar a su conservació. La nueva generación está pidiendo un nuevo modelo de gobierno, de país, de sociedad y el DRMI está dentro de ese nuevo modelo de planeación”, aseguró después del evento Juan Guillermo Garcés, gerente de la Reserva Río Claro.

La declaratoria del área contribuirá, además, a la conservación de especies amenazadas como el Paujil Pico Azul, especie endémica para Colombia y en estado crítico; y el Titi gris, el cual se encuentra en peligro de extinción. 

La fase de ruta declaratoria ya finalizó. Con este proceso de organización de información actual e histórica, que proviene de muchos actores, se conoció más sobre el área y se involucró a la comunidad en la formulación de estrategias de conservación. Ahora, en la nueva fase que inicia, se busca convertir este espacio geográfico en un área protegida a través de acciones transformadoras. (Le puede interesar: Cinco destinos imperdibles para el ecoturismo en Colombia)

Este proyecto es financiado por Global Environment Facility (GEF); implementado por el Banco Interamericano de Desarrollo BID; y tiene como socios al Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible – MADS; el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales – IDEAM; el Fondo Adaptación y la Corporación Autónoma Regional del Río Grande de la Magdalena – CORMAGDALENA. El objetivo es aunar esfuerzos para que organizaciones puedan hacer ejercicios de gran impacto en conservación de los sociecosistemas acuáticos.

Además, se confirmó la declaración de protección del río Claro, que es de aproximadamente 15.905,9 hectáreas de bosque. / Cortesía

Por Natalia Barona

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