
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
La investigación en el sector académico ha sido la encargada de llevar a Daniel Ruiz Carrascal, por segunda vez, al panel de expertos más importante sobre cambio climático. El ingeniero civil, Phd en Ciencias de la tierra y ciencias ambientales será uno de los siete investigadores que harán parte del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) para realizar el séptimo informe de evaluación sobre los riesgos e impactos de esta problemática a nivel mundial.
Ruiz se ha desempeñado como investigador asociado en el Departamento de Ecología, Evolución y Biología Ambiental de la Universidad de Columbia, en Estados Unidos. También fue docente de la Escuela de Clima de la misma universidad, específicamente en el programa de maestría en Artes de Clima, de la que fue estudiante primero.
Sus esfuerzos de investigación se han centrado en temas relacionados con variabilidad climática, cambio climático e impactos en sectores que son sensibles al clima. En Colombia, por ejemplo, ha trabajado en temas de alta montaña (páramos y bosques altoandino), salud ambiental y oferta del agua.
Su experiencia le permitirá ser ahora revisor experto en el informe de evaluación del IPCC. En conversación con El Espectador, Ruiz habló de los detalles de su trabajo en el panel, la importancia de la representación colombiana en este espacio y otras percepciones sobre una de las mayores problemáticas a nivel mundial.
(Le puede interesar: “Enfrentamos un negacionismo de las causas estructurales del cambio climático”)
Esta no es su primera participación en el IPCC, ¿cuál fue su rol en el informe anterior?
Tuve varios compromisos. Fui invitado inicialmente a ser autor y líder del capítulo 12, del primer grupo de trabajo. Este capítulo era el encargado de estudiar la información del cambio climático y variabilidad climática que tenemos disponible para hacer análisis regionales o para llevar a cabo evaluaciones de riesgo. Propusimos una metodología que se llama impulsores de impacto, donde tratamos de identificar cuál es la información más relevante que los diferentes sectores que son sensibles al clima tienen que considerar en sus análisis.
También tuve la oportunidad de contribuir al capítulo 11, que es el que tiene que ver con extremos climáticos en un clima cambiante. Y adicionalmente contribuí en los factsheets que son unos documentos centrales para tomadores de decisiones, que resumen la información para las regiones y para los sectores de interés.
En este séptimo informe, ¿cuál será su trabajo?
He sido invitado a ser revisor experto. Nosotros identificamos lo mejor del talento a escala global de expertos en diferentes disciplinas y áreas del conocimiento para que revisen el informe de evaluación. También nos encargamos de resolver los comentarios que se generan cuando el informe es revisado por expertos y gobiernos. Finalmente, discutimos los aspectos controversiales, o cuando eventualmente hay aspectos que se alejan de los mensajes centrales que tiene el informe.
¿Ya hay un cronograma listo para sacar adelante el séptimo informe?
Normalmente, los informes de evaluación tienen unos ciclos que duran aproximadamente 3 a 4 años. Este debería empezarse a estructurar en el transcurso de septiembre. Esta fase inicial de interacción y de entrenamiento iría hasta más o menos noviembre de 2025. A partir de diciembre empiezan las reuniones de los autores líderes, que se harán en París. Desde la primera reunión pasan aproximadamente dos años, dos años y medio. Por esto esperamos que el informe empiece a ser distribuido a los gobiernos en su versión final más o menos, a finales del año 2027 para que entre a un nuevo ciclo de revisiones y de comentarios en 2028, y así tener listo el que se entrega a tomadores de decisiones a mediados de ese mismo año.
¿Cómo hacer que toda esta información que se genera desde el grupo I se convierta en acciones eficaces para hacerle frente al cambio climático?
Hay cuatro pilares fundamentales. Primero, generar datos, información y conocimiento. Segundo, traducir esa información a un lenguaje que sea útil para el proceso de toma de decisiones, porque todos los sectores hablan diferentes jergas, lenguajes y tienen diferentes intereses. Tercero, garantizar que esa información llegue a todos los actores posibles en los formatos correspondientes, y a través de los canales que sean más efectivos. Cuarto, incorporar todo esto en el proceso de toma de decisiones, y esto es particularmente importante porque además del juicio de expertos, que es muy cualitativo, la información cuantitativa fortalece este proceso y es ahí donde nosotros cumplimos un rol muy importante porque estamos tratando de garantizar que la información llegue a todos los actores.
Esta es la mayor representación de Colombia en su historia en el IPCC ¿Qué oportunidad representa para el país tener siete investigadores en este panel?
Es muy importante porque primero que todo estamos distribuidos en los tres grupos de trabajo. Unos estarán concentrados en la ciencia del cambio climático, otros en los impactos en los diferentes sectores sensibles al clima y en las opciones de adaptación, y otros en los temas de mitigación. Es algo muy positivo porque fuimos muchos seleccionados esta vez, lo cual muestra que en el país tenemos capacidad instalada, conocimiento de punta, y compartimos escritorio con los mejores investigadores del mundo.
Detrás de nosotros también hay instituciones, centros de investigación, que están continuamente soportando nuestras actividades. Eso nos da una idea de cuánto el país ha crecido significativamente. Aún nos falta pero esto es una muestra de que el país va por buen camino.
Mientras está listo el nuevo informe, ¿cuáles deberían ser las acciones prioritarias de los gobiernos?
Hay unos mensajes muy claros que venimos comunicando desde el informe anterior. Mencionemos tres: primero, hay una oportunidad muy grande de trabajar en regular el impacto que las actividades humanas tienen en el sistema climático terrestre. Segundo, conectado con esto, es absolutamente necesario proceder con una reducción inmediata, abrupta y sostenida de nuestras emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Tercero, todos tenemos la obligación de tomar mejores decisiones para reducir las actividades que hacemos y que están generando afectación en el sistema climático terrestre. El cambio climático no es una cosa que esté impactando a los países del hemisferio norte, diferente a los países del hemisferio sur, en realidad nos está impactando a todos.
De todos los efectos que conocemos del cambio climático, ¿cuáles son irreversibles ya?
Aún si reducimos drásticamente a cero nuestras emisiones globales de dióxido de carbono a la atmósfera, el planeta se seguirá calentando porque tiene inercia térmica. En otras palabras, las concentraciones de gases de efecto invernadero hoy, junto a la respuesta que tiene el sistema climático terrestre, responden a décadas de emisiones. Igualmente, tenemos que reducirlas si queremos hacerle perder velocidad a ciertos procesos, qué lastimosamente son irreversibles, razón por la cual se seguirán manifestando y no hay forma de que se detengan.
Uno muy claro que experimentamos aquí en los Andes del norte, es la pérdida de nuestras masas glaciares. Las vamos a perder todas porque la temperatura del punto de congelación sigue ascendiendo. Antes estaba por encima de los 4,600- 4,900 metros sobre el nivel del mar, y actualmente, está por encima de los 5.100 m aproximadamente. Esto quiere decir que todos esos picos nevados que teníamos, algunos de los cuales tenían sus cumbres en alturas ligeramente por debajo de los 5.100 m, definitivamente ya no van a tener las condiciones para que la nieve o el granizo que caiga se acumule, se solidifique y permita la formación de nuestras masas glaciares. Con ello vamos a perder, por ejemplo, nuestros cuerpos de agua en alta montaña y con ello la capacidad de regulación de la oferta del agua en cuencas hidrográficas de alta montaña, que es un proceso que no se puede frenar, pero sí tenemos la capacidad de hacerlo cada vez menos severo de lo que realmente está sucediendo.
En medio de tanta información preocupante, desde su punto de vista, ¿hay alguna esperanza de revertir el camino?
Claro, hay mil opciones. Son acciones individuales que se pueden volver colectivas o apuestas de gobiernos para cambiar nuestro modelo de explotación de los recursos naturales y modelos de producción de tal manera que tengamos un planeta, primero, con actividades significativamente más sostenibles, y segundo, con unas tasas de extracción y explotación de recursos naturales significativamente más bajas. Adicionalmente, se necesitan acuerdos internacionales para que, además, de estar de acuerdo con las acciones que tenemos que llevar a cabo, también haya, por ejemplo, recursos para lograr enfrentar uno de los múltiples retos que tienen las problemáticas ambientales globales, porque son muchos. Esa es mi percepción y creo que eso es posible siempre y cuando nosotros lleguemos a ciertos acuerdos como sociedad.
🌳 📄¿Quieres conocer las últimas noticias sobre el ambiente?Te invitamos a verlas enEl Espectador. 🐝🦜
