La imagen del todoterreno. Un vehículo con ángulos casi rectos. Con una distancia al suelo alta; tanta, que a sus ocupantes les toca empinarse al ingresar. Un cuerpo lumínico básico: dos aros que irradien el camino. Unos neumáticos llamativos, con más caucho que rin, labrados para el barro, la tierra..., en fin, cubiertos por unos pasos de rueda que permiten avanzar y no interfieren al recorrer zonas destapadas o superficies irregulares.
Jeep Gladiator es la materialización del todoterreno. Un primer vistazo entrega conclusiones. La primera, sin duda, su origen. Es Jeep, un vehículo norteamericano con 5.538 mm de largo, 1.875 de ancho y 1.933 de alto. Llantas de especificación LT255/75R17C Tires) ajenas a las dinámicas de lo urbano. Lleva esos dos aros y siete ranuras verticales que identifican al fabricante. Sí, de frente y, por momentos, de costado, es Wrangler, otra imagen viva de un vehículo todoterreno.
Un segundo punto es su intención. Todo tiene un propósito y los productos del mercado automotor no son la excepción. Gladiator busca el destapado, la trocha, la arena… Es la antítesis del asfalto, del gris que prima en las ciudades. Prefiere el aire libre; tanto, que su estructura es configurable para que sus propietarios retiren el techo, las puertas e incluso el vidrio frontal según sus intereses, gustos o aventura.
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Una aventura que no se limita al recorrido, pues Gladiator es una pickup que permite una capacidad de carga máxima de 545 kilogramos y cuya capacidad de arrastre o peso máximo de remolque es de 2.761 kg.
En su carrocería priman lo recto, el metal y las líneas poco complejas. Este último punto se refiere, por supuesto, al desinterés del fabricante al fluir en movimiento. El desapego a la aerodinámica, pilar de equipos de ingeniería alrededor del globo, pero que en este caso es irrelevante. Gladiator tiene personalidad, imagen y un carisma que se prende como aquella chispa de da vida al bloque V6 bajó el capó.
Cuando la pickup de Jeep se viste con el paquete Rubicon, Gladiator presenta un juego de tonalidades negras y rojas, donde el primero de estos ocupa la mayoría de componentes de la cabina, mientras que el segundo decora sus bordes, costuras y piezas como el salpicadero.
Aspirado y V6
Adentro es funcional, punto. Lleva un panel de instrumentos, de esos híbridos, con tacómetro y velocímetro análogo y una pantalla vertical de 7” que muestra información adicional del carro. Tiene un sistema multimedia con pantalla táctil de 8,4”. No se conecta de forma inalámbrica con celulares de ningún sistema operativo ni incluye un punto de carga para este aparato.
Adentro, al volante, es evidente la altura del carro. Esa misma forma rectangular realza cada punta y esta es una bondad, pues hay pocos puntos ciegos y momentos de difícil visibilidad en movimiento. Las sillas fueron diseñadas con un diseño tradicional, el cual se agradece en el off-road, cuando a veces hay que moverse en la cabina para mirar o mover rápidamente el volante, pero que puede fatigar en recorridos largos en carretera.
Bajo el capó, un homenaje a su origen. Sí, es norteamericano, por eso no extraña que equipe un motor Pentastar V6 de 3.6 litros, naturalmente aspirado, el cual entrega 280 caballos de potencia a las 6.400 rpm y hasta 352 Nm de torque cuando la aguja señala las 4.100 rpm. Se acopla a una caja automática de ocho marchas con opción de manejo secuencial y una palanca con la configuración para conducción 4x4 de forma manual.
En el asfalto y condiciones de ciudad, el trabajo mecánico es casi imperceptible dentro de la cabina. En el destapado y en situaciones de mayor exigencia y pericia de la persona al volante, el sonido fácilmente se apropia del habitáculo, con ese rugido común de los motores V6.
En carretera, entre los 2.000 y los 2.500 m. s. n. m., con una carga cercana a los 200 kg (solo en cabina) los consumos fueron de 35 a 38 km/galón —de gasolina extra, por supuesto—. En ciudad, en condiciones similares, la cifra va de 29 a 32 km/galón. La capacidad de su tanque de combustible es de 22 galones.
Seguridad y precio
Algunas de las tecnologías de la Jeep Gladiator Rubicon son el asistente de frenado, asistente de arranque en pendientes, control de tracción y mitigación electrónica de vuelco y monitoreo de presión de las llantas, entre otros.
Su estructura es modificable y por eso incluye barras en las puertas contra impactos laterales. No hay que pasar por alto sus bolsas de aire para conductor, acompañante y laterales, ni sus ganchos de remolque y rieles de protección contra rocas.
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Gladiator es la materialización del todoterreno. La descripción del concepto en una imagen y esa silueta que es un sinónimo de la marca. El vehículo para huir de la rutina y explorar los caminos poco comunes que casi siempre llevan a lugares y paisajes excepcionales. Su precio es de $370’000.000.
