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Birlos en las llantas: ¿qué son, para qué sirven y cómo cambiarlos correctamente?

A pesar de ser piezas pequeñas y poco visibles, su buen estado y correcta instalación influyen directamente en la estabilidad del carro y en la prevención de accidentes.

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David Vásquez Herrera
29 de agosto de 2025 - 01:30 a. m.
Los birlos (también conocidos como tuercas para llantas) son tornillos largos y resistentes, fabricados en acero de alta durabilidad.
Los birlos (también conocidos como tuercas para llantas) son tornillos largos y resistentes, fabricados en acero de alta durabilidad.
Foto: Cortesía Pirelli
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Los birlos desempeñan un papel determinante en la seguridad de cualquier vehículo, pues son los encargados de mantener la llanta firmemente sujeta al rin y, en consecuencia, a todo el sistema de rodamiento. A pesar de ser piezas pequeñas y poco visibles, su buen estado y correcta instalación influyen directamente en la estabilidad del carro y en la prevención de accidentes.

De acuerdo con Roberto Falkenstein, consultor del Área de Tecnologías Innovadoras de Pirelli, los birlos (también conocidos como tuercas para llantas) son tornillos largos y resistentes, fabricados en acero de alta durabilidad. Su función principal consiste en ejercer presión al enroscarse en el sistema de frenos, ya sea disco o tambor, manteniendo la llanta fija en el vehículo.

El especialista advierte que descuidar estos elementos puede tener consecuencias graves. Una llanta floja producto de birlos en mal estado, dañados o mal ajustados puede desencadenar un accidente de gran magnitud. Por ello, recomienda revisiones periódicas, asegurarse de utilizar los birlos correctos para cada tipo de carro y aplicar el torque especificado por el fabricante. “El uso de una llave de torque es clave para evitar un apriete insuficiente o excesivo, que podría dañar tanto al birlo como a la tuerca o al rin”, puntualiza.

Asimismo, señala que nunca se debe circular con birlos faltantes, ya que la carga recae sobre los demás, lo que aumenta el riesgo de fractura y pérdida de la rueda. En el mercado existen birlos convencionales, usados en la mayoría de los automóviles, y birlos de seguridad, diseñados para prevenir el robo de llantas al requerir una llave especial para su instalación y retiro. En cualquier caso, Falkenstein enfatiza la importancia de buscar asesoría en concesionarios o talleres especializados para elegir el tipo de birlo más adecuado según el vehículo y las llantas instaladas.

¿Cada cuánto revisar los birlos y cuándo reemplazarlos?

La revisión periódica de los birlos es una práctica importante para mantener la seguridad del vehículo. Según Falkenstein, lo ideal es realizar un ajuste entre los 50 y 100 kilómetros posteriores a un cambio de llanta o a la instalación de un juego nuevo. Además, se recomienda verificarlos con frecuencia, especialmente si el conductor percibe ruidos extraños, vibraciones o cualquier anomalía en el rodamiento.

La necesidad de estas revisiones radica en las exigencias a las que están sometidos los birlos durante la conducción diaria. Estos elementos deben soportar el peso del vehículo, los giros constantes de las ruedas, los ciclos de calor y enfriamiento, así como los impactos de baches o irregularidades de la carretera. Incluso, el paso del tiempo puede modificar ligeramente el asiento de los birlos, provocando que se aflojen o, por el contrario, se aprieten más de lo debido.

Otro factor a considerar es la acumulación de polvo, óxido, arena o residuos en las roscas o en las superficies de contacto. La presencia de estas partículas puede reducir la fricción necesaria para mantener la sujeción y derivar en fallas que comprometen la seguridad.

El especialista advierte que un apriete excesivo de las tuercas puede dañar la rosca o deformar los tambores, discos y cubos de la llanta. Por el contrario, si los birlos quedan flojos, existe el riesgo de que la rueda se desprenda en movimiento, una situación poco frecuente, pero con consecuencias potencialmente fatales para los ocupantes y para terceros.

Procedimiento para cambiar un birlo

Cuando un birlo presenta desgaste, daños en la rosca o cualquier señal de deterioro, lo recomendable es sustituirlo siguiendo un proceso técnico:

  1. Retirar la llanta.
  2. Desmontar los componentes de frenos (caliper, balatas y disco).
  3. Extraer el birlo dañado golpeándolo desde la parte trasera.
  4. Insertar el nuevo birlo desde atrás y, con ayuda de una tuerca y una arandela, halarlo hasta que quede asentado contra el cubo.
  5. Asegurarlo mediante un apriete firme y controlado.
  6. Volver a montar los frenos.
  7. Colocar nuevamente la llanta.

Errores comunes al cambiar los birlos

De acuerdo con Falkenstein, los fallos más frecuentes al momento de sustituir birlos son:

  • Utilizar repuestos de baja calidad o incompatibles con el vehículo.
  • No aplicar el torque especificado, lo que puede provocar daño en las roscas o un aflojamiento prematuro.
  • Forzar la instalación de un birlo mal alineado, con riesgo de dañar el cubo.
  • Pasar por alto la limpieza de las superficies, dejando óxido o suciedad que afectan la fijación.

Por lo anterior, el experto de Pirelli advierte que, aunque este procedimiento puede realizarse con conocimientos básicos de mecánica, lo más recomendable es acudir a un taller especializado. De esta forma, se garantiza una instalación segura, con las herramientas adecuadas y con la certeza de que el sistema de rodamientos funcionará correctamente.

Consejos para prolongar la vida útil de los birlos y las llantas

La seguridad y el buen desempeño de un vehículo dependen en gran medida del cuidado que se le dé a los birlos y a las llantas. Para Falkenstein, aplicar buenas prácticas de mantenimiento no solo evita fallas mecánicas, sino que también contribuye a extender la vida útil de estos componentes.

El primer aspecto a considerar es el torque. Cada vehículo cuenta con una especificación determinada por el fabricante, y respetar ese valor es esencial para asegurar una fijación correcta sin dañar la rosca o forzar el material. De igual manera, es importante confirmar que los birlos tengan la rosca adecuada para el modelo de carro y el tipo de rin utilizado.

Otra recomendación clave es aplicar lubricante en los hilos y en las tuercas. Este sencillo procedimiento facilita la instalación y posterior retiro de los birlos, además de favorecer un sellado más confiable. Asimismo, se debe prestar atención a la elección de las llantas: un rin demasiado ancho o una medida incorrecta puede generar una distribución inadecuada de la carga, lo que repercute en la estabilidad del vehículo y en el desgaste irregular de los neumáticos.

Falkenstein también subraya la importancia de rotar las llantas de forma periódica. Esta práctica asegura un desgaste más uniforme, mejora el agarre en diferentes condiciones y alarga la vida útil de los neumáticos. “Mantener la presión correcta de inflado es otro hábito esencial: influye directamente en la seguridad, en el rendimiento del carro y en la eficiencia del consumo de combustible”, añade.

Finalmente, el estilo de conducción juega un papel determinante. Evitar frenadas o aceleraciones bruscas, así como disminuir la velocidad al transitar por baches o superficies irregulares, reduce el impacto sobre el caucho y previene daños estructurales en las llantas. “En conjunto, estas medidas no solo protegen los birlos, sino que también garantizan un manejo más seguro y eficiente”, concluye Falkenstein de Pirelli.

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David Vásquez Herrera

Por David Vásquez Herrera

Periodista de la Universidad Uniminuto, con diplomado en comunicación estratégica para las organizaciones.@davas_fcdvasquez@elespectador.com

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