Para Toyota, el camino es diverso. No existe una única tecnología que enrute el futuro de sus productos o enmarque sus planes de producción y desarrollo de vehículos. La marca es líder en híbridos, tiene algunos enchufables y su nombre cada día es más rutilante tanto en eléctricos como en propulsiones con base en hidrógeno.
Allí, en el enorme espectro que cubren los vehículos híbridos, se encuentran los híbridos flex fuel, que funcionan gracias al trabajo en conjunto entre un motor capaz de funcionar con altas mezclas de etanol, hasta el 100 % del carburante, y otros eléctricos, que generan movimiento libre de emisiones y recargan una batería del mismo tipo mediante el frenado y las desaceleraciones.
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Alexandra Pfeil-Schneider es la vicepresidenta de planeación corporativa de Automotores Toyota Colombia. En diálogo con El Espectador, la directiva habló sobre los beneficios del bioetanol en el objetivo de lograr movilidad sostenible, su trabajo con el Toyota Corolla Cross XRX flex fuel, o Flexie, con el que han recorrido el país, y la importancia de su promoción, que desarrollan con Asocaña.
¿Cuál es el papel del etanol en los planes de Toyota y su reto medioambiental a 2050?
Desde Automotores Toyota Colombia, estamos comprometidos con la diversificación de alternativas de transporte en el país y, de acuerdo con nuestro reto medioambiental 2050, hemos planteado focos de trabajo para aportar a la evolución sostenible de cómo nos movemos. Entre las iniciativas en las que hemos avanzado, el uso de bioetanol en vehículos es una opción viable en el país, no solo porque la materia prima es caña de azúcar, cultivada directamente en el territorio nacional, sino que responde a los objetivos en los que queremos profundizar, entre ellos reducir emisiones de carbono y aportar a la construcción de un mundo más responsable.
¿Cómo beneficia al medio ambiente el uso de etanol en la movilidad?
Desde hace más de 10 años, el sector azucarero colombiano se ha convertido en fuente de energía, no solo a través de la producción de azúcar, sino también de bioetanol y la cogeneración eléctrica: dos alternativas ambientalmente sostenibles. De esta forma, no solo se está contribuyendo con el medio ambiente sino también con el bienestar de miles de colombianos, pues la agroindustria de la caña impacta de forma positiva el desarrollo económico y social de cinco departamentos del país en los que se produce esta materia prima, donde se generan más de 286.000 empleos directos e indirectos, así como encadenamientos productivos que permiten la compra de insumos por más de $5 billones, en su gran mayoría de origen colombiano.
¿Cómo benefician las tecnologías híbridas al medio ambiente?
En el país, el 84 % de los vehículos registrados consumen únicamente combustibles fósiles, dejando una gran huella de carbono en el entorno. A partir de ello, desde Automotores Toyota Colombia consideramos que la respuesta está en la diversificación de tecnologías y no en la estigmatización de los vehículos a combustión, que siguen siendo necesarios en el territorio colombiano. Estamos trabajando en el desarrollo de iniciativas de movilidad sostenible, como, por ejemplo, la tecnología híbrida, que se ha posicionado como una alternativa viable por su accesibilidad y rápida introducción en el mercado. Con dos sistemas independientes y autónomos entre sí, a combustión y con energía autorrecargable. Los vehículos híbridos se han convertido en el país en una opción sostenible por la disminución de uso de gasolina y una cantidad limitada de emisiones de carbono.
Por otro lado, hemos propuesto un vehículo que cuenta con una tecnología que funciona con bioetanol, obtenido a partir de plantas que se cultivan en Colombia como la caña de azúcar, y que sus emisiones de carbono son menores en comparación a las de un vehículo tradicional debido al tipo y la calidad de combustible que se usa.
¿Cuál es el objetivo de esta alianza y a dónde esperan llegar con ella?
Este es un hito para el país en el marco de la ruta de la transición energética, pues representa una oportunidad para consolidar el uso de mezclas superiores de biocombustibles; en este caso con el bioetanol de caña de azúcar, un producto 100 % colombiano que crece en los campos de nuestro país; al tiempo que se mitigan las emisiones de CO2 y de material particulado. Con este vehículo estamos reafirmando que los biocombustibles son una solución inmediata a la dependencia de los combustibles fósiles, al alcance de nuestras manos.
Además, al usar bioetanol colombiano el Toyota Corolla Cross XRX Hybrid se une a la agroindustria de la caña de azúcar, que a través de Incauca, Ingenio Risaralda, Manuelita, Mayagüez, Providencia y Riopaila-Castilla producen este biocombustible como parte de su apuesta de diversificación, en la que los jugos y mieles usados para la producción de azúcar luego son empleados en la producción de bioetanol.
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¿Qué mensaje le envían al Gobierno?
Estamos trabajando de la mano de otras marcas del sector para acercar esta nueva tecnología a nuestros clientes, mostrándole al Gobierno Nacional que las oportunidades son ilimitadas y que el camino más certero hacia la sostenibilidad en temas de movilidad debe ser la diversificación de tecnologías para enriquecer el mercado con alternativas ecoamigables y competitivas. Pero en Colombia es necesaria una amplia colaboración entre el Gobierno y las empresas privadas para hacer posible la sociedad de nuevos combustibles para el futuro.
¿Se aliarán con otras marcas para promover mayores mezclas de etanol en el país?
Nuestro aliado y socio en este proceso ha sido el equipo de Asocaña y estamos convencidos de que juntos lograremos posicionar al bioetanol y la tecnología de Toyota dentro de la movilidad sostenible.
