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Mercedes-Benz C200 en Colombia, el sedán vanguardista con tracción trasera

Tecnología, deportividad y lujo definen a uno de los modelos con mayor volumen de ventas de la marca. Reseña.

Nicolás Fernández
14 de enero de 2023 - 05:43 p. m.
Imagen de referencia del Mercedes-Benz C200.
Imagen de referencia del Mercedes-Benz C200.
Foto: Mercedes-Benz AG - Mercedes-Benz AG - Global Communications Mercedes-Benz Cars & Vans

Línea con tradición. Hoy, una galaxia de estrellas se desparrama en la parrilla del Mercedes-Benz C200 AMG Line. Cada una ostenta esas tres puntas que señalan el transporte aéreo, marítimo y terrestre. En fin, una pequeña exposición de aquel ícono que eligió la familia Daimler, en Alemania, a principios del siglo XX, para otorgarle identidad al que hoy es uno de los fabricantes prémium de mayor reconocimiento en el mundo, con 2’043.900 unidades vendidas en 2022, solo debajo del BMW Group, que tuvo 2’399.636 —sus cifras incluyen BMW, Mini y Rolls-Royce—.

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Sin embargo, es un sedán moderno. Más bien, uno estos que hoy rivalizan con las SUV y mantienen en vida a su segmento. Esos que ruedan con curvas redondeadas y un maletero corto, con esa inclinación casi “coupesosa” para vidrio trasero, en aquella conexión techo-baúl. Aunque, claro, no hay que pasarlo por alto, se aferra a esa tracción trasera que muchos buscan en este tipo de carrocerías, para este rango de precios.

Ahora bien, da vida a un segmento y se niega a la altura. Esa a la que muchos se inclinan por insinuar un estilo crossover. Tiene personalidad, como la mayor parte del portafolio de los germanos, y se mantiene cerca al pavimento, con no más de 15 centímetros de altura al suelo —en la parte delantera—, un número, seguramente, conflictivo con los reductores, huecos, desniveles e imperfecciones que hacen parte del siempre montañoso e irregular ecosistema vial de Colombia. Llega desde Alemania.

Compacto de altas aspiraciones

Mercedes-Benz impregnó un par de detalles de su berlina —sedanes de gran tamaño— Clase S en la Clase C de la generación actual. Y sin hilar delgado y, por supuesto, yendo al punto más evidente, resalta el diseño de los faros traseros, que se hacen más largos y estilizados, con una inclinación diagonal en forma de L y un contorno con la silueta de una gota.

Estéticamente, resaltan los bordes cromados de los vidrios laterales. También, su interacción con el negro brillante del pilar que separa la puerta delantera de la trasera. En general, la imagen exterior demuestra una clara actualización del modelo anterior y las llantas rin 18, con especificación 225/45, adelante y 245/40 —más gruesas— atrás, insinúan la deportividad y adrenalina que se espera de un sedán prémium.

Antes de ir a las sensaciones de manejo, vale mencionar su disposición interior. Como es común, cuatro personas se sentirán cómodas y una quinta, en el medio, atrás, viajará con obstáculos en las piernas —salidas de aire, túnel de transmisión...—, aunque el agarre en cada plaza es adecuado, aun a más de 80 km/h, y la altura, ante brincos y desniveles, es no más que precisa.

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Hay, sin duda, altas aspiraciones en el equipo interior, con pantallas para el panel de instrumentos (12,3”) y el sistema multimedia (11,9”). El volante incorpora mandos táctiles y otros tipo botón, que se oprimen… en conclusión, puede ser difícil o requiere una experiencia de semanas para usarlos con precisión y no errar ante la sensibilidad al tacto, por ejemplo, al cambiar de canción.

La experiencia interior es superlativa, hay que decirlo, y esa interacción de un sistema de sonido envolvente, con asientos deportivos AMG —en cuero y alcántara—, junto a la posibilidad de activar algunas funciones con el comando de voz “hey, Mercedes”, alrededor de alguno de los más de 60 colores disponibles para la iluminación de la cabina; configuran una experiencia de primer nivel… prémium.

Híbrido y justo

Como un aliado de los limitados espacios para transitar y estacionar de las grandes ciudades locales, sus 4.151 mm de largo, 1.820 de ancho y 1.438 de alto resultan adecuados. Su cámara de reversa, de 180° y algunos de los sensores sonoros de proximidad más sensibles del mercado también.

Es justo al volante y su propulsor turboalimentado de 1,5 litros y cuatro cilindros mueven sus más de 1.600 kilos de peso —sin ocupantes— con unos 222 caballos de potencia a 5.800 rpm. El motor a gasolina entrega 201 caballos, los otros 21 los da el componente eléctrico que lo hace mild hybrid, de 48 voltios, y 300 Nm de torque, cuando el tacómetro indica 1.800 revoluciones.

También adecuado, el trabajo de la caja automática de nueve marchas es lo que se espera de un sedán prémium alemán. Claro, en un modo de manejo deportivo —o Sport +—, con manejo manual —por medio de levas— la sensación de velocidad puede mejorar; aunque puede ser un reto superar los 7,3 segundos de velocidad desde cero a 100 km/h que indica el fabricante.

En carretera, donde la suspensión es más gentil con los ocupantes, el consumo fue de unos 55 km/gal a un ritmo normal. Con el control crucero a 80 km/h, la cifrase estiró a los 90 km/gal. En modo deportivo (Sport +) el número se redujo a 30 km/gal. En la ciudad, el indicador mostró un consumo aproximado de 36 km/gal. Todo esto, a una altura oscilante entre los 2.000 y 2.500 m.s.n.m., con unos 160 kilos de carga.

La bienvenida a la marca

El C200 roba miradas y cumple con aquella promesa de generar en quien lo conduce la sensación de manejar un vehículo prémium. Parece una premisa reiterativa, pero vale la pena al revisar algunas opciones del mercado que se limitan en equipo, confort y prestaciones.

Este compacto de la estrella brilla por su personalidad, siempre vanguardista. Así mismo, el consumo no es exagerado y la insonorización demuestra un ensamble prolijo. Extraña alguna alerta de tráfico cruzado, control crucero adaptativo o ajuste eléctrico para la ubicación horizontal de las sillas delanteras. Suma siete bolsas de aire, alerta de cansancio y alerta de presión en los neumáticos, entre otros.

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Así, C200 se mantiene vigente en el portafolio de sedanes prémium para Colombia. Una pieza con tintes de tradición y vanguardismo, disponible a un precio de $250’000.000, para la versión testeada: la AMG Line.

Nicolás Fernández

Por Nicolás Fernández

Periodista de autos y creador de secciones como Líderes del Mercado y El Mecánico Recomienda.nefernandez@elespectador.com

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