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El modo “Sport” en los carros es una configuración que optimiza el desempeño del motor, la transmisión y la respuesta del acelerador, brindando una conducción más dinámica. Al activarlo, el sistema ajusta parámetros como la sensibilidad del acelerador y el tiempo de cambio de marchas, permitiendo una aceleración más rápida y un mayor aprovechamiento de la potencia.
Según Pablo Sáenz, piloto experto de la marca Michelin, este modo también puede influir en otros aspectos del vehículo, como la firmeza de la dirección y, en algunos modelos, la suspensión y la distribución del torque en sistemas de tracción integral. “Estas modificaciones mejoran la estabilidad y el agarre, lo que resulta especialmente útil en curvas cerradas o maniobras de adelantamiento”, señala.
Por lo general, este modo se activa mediante un botón en la consola central o a través del sistema de infoentretenimiento. En algunos modelos deportivos o de alto rendimiento, esta función también puede activarse desde el volante. “Al activarlo, el sistema modifica varios parámetros del vehículo para mejorar su desempeño. La respuesta del acelerador se vuelve más inmediata, lo que permite una entrega de potencia más rápida”, enfatiza Sáenz.
Para el piloto experto, este ajuste no es exclusivo de los carros deportivos, sino que está presente en una amplia gama de vehículos. Desde sedanes que ofrecen un manejo más dinámico, hasta SUVs que equilibran potencia y versatilidad, e incluso automóviles de lujo que incorporan este modo para mejorar la experiencia de conducción sin sacrificar el confort. “Su disponibilidad en distintos segmentos responde a la demanda de conductores que buscan mayor respuesta y precisión al volante”, añade.
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En los carros automáticos, el modo deportivo ajusta la transmisión para mantener las marchas por más tiempo, aprovechando mejor la curva de potencia del motor. Además, la dirección se vuelve más rígida y precisa, mejorando el control a altas velocidades. Según Sáenz, en modelos con dirección electrónica, este ajuste brinda una sensación de manejo más deportiva.
Sin embargo, este modo también incrementa el consumo de combustible y acelera el desgaste de componentes como frenos, transmisión y neumáticos, especialmente si se conduce de manera agresiva. Por ello, el piloto experto recomienda activarlo solo en escenarios adecuados, como carreteras despejadas, tramos de montaña o adelantamientos, donde se busca una conducción más ágil y reactiva.
En contraste, en tráfico urbano denso o en condiciones de baja adherencia, como lluvia intensa o nieve, puede hacer que el vehículo sea más inestable y menos eficiente.
Para optimizar el rendimiento y evitar un desgaste innecesario, lo ideal es desactivar el modo deportivo y volver al estándar o “Drive” cuando no se requiera un manejo más dinámico, especialmente en ciudad o en trayectos largos donde la eficiencia es prioritaria.
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Diferencias entre los modos de conducción
Sáenz explica que los distintos modos de conducción están diseñados para optimizar el desempeño del vehículo según las necesidades del conductor. El modo “Eco” prioriza la eficiencia de combustible, reduciendo la respuesta del acelerador y favoreciendo cambios de marcha a bajas revoluciones.
El modo “Comfort” ofrece un equilibrio entre rendimiento y comodidad, con transiciones de marcha más suaves y una dirección ligera. En contraste, el modo “Sport” está enfocado en mejorar la respuesta del motor y la dirección para una conducción más dinámica, con aceleraciones más rápidas y mayor precisión en el control del vehículo.
Para aprovechar al máximo el modo “Sport” sin comprometer la seguridad, Sáenz recomienda:
- Activarlo en escenarios adecuados, evitando su uso en tráfico denso o en condiciones de baja adherencia, como lluvia o nieve.
- Mantener una conducción controlada, sin exceder los límites del vehículo ni del entorno.
- Revisar periódicamente frenos y neumáticos, ya que este ajuste puede generar un mayor desgaste.
- Familiarizarse con las reacciones del vehículo, especialmente si el conductor no tiene experiencia en manejo deportivo.