Carácter, curvas y líneas forjan una imagen distinta del crossover prémium francés DS4. Sus molduras, la imagen, la óptica y su silueta; lo novedoso, lo llamativo. Proyecta y transmite un diseño que marca la diferencia. Es, a su manera, agresivo; también deportivo y arriesgado, si se quiere. En definitiva, tiene, le sobra y exuda ese factor determinante en el segmento prémium: personalidad.
A Colombia llega desde Alemania. Diseñado en París y fabricado en el país teutón. Allí, específicamente en la localidad francfortesa de Rüsselsheim am Main, una factoría de Stellantis despacha al crossover que oscila entre, sí, un crossover y un hatchback de medianas, para el mercado colombiano, dimensiones.
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Subjetividad al margen, del DS4 es llamativa la forma y el tamaño. Una imagen evidentemente baja y ancha, se aterriza con 4.400 mm de largo, 1.600 mm de ancho y una altura de 1.490 mm. Es decir, a pesar de la amplitud que puede expresar su silueta, es en realidad un carro fácil de maniobrar, bien sea en parqueaderos o en los, cada vez más reducidos, espacios viales de ciudades como Bogotá.
Suficiente
El bloque encargado de dar vida al DS 4, específicamente a la versión Performance Line-Trocadéro, es, por supuesto, un heredero del downsizing, uno de 1,6 litros, turbo y con una descripción que no escatima en detalles: “Ciclo Otto (gasolina), turbocargador TwinScroll + Intercooler Aire-Aire, inyección directa a alta presión, tiempo de válvulas variable, cuatro válvulas por cilindro (16 válvulas) y refrigeración por agua”.
En ficha, las cifras son de 215 caballos de potencia, cuando la aguja del tacómetro llega a las 5.500 rpm; junto a un torque máximo de 300 Nm, a partir de, unas alcanzables, 1.900 rpm. El tren motor se complementa con una caja automática secuencial de ocho marchas.
En movimiento, bueno, es… suficiente. Como conclusión, resalta la entrega máxima de torque, que parte y funciona a un rango común, usual y, por lo tanto, útil o funcional. Tomando su totalidad como un crisol, transmite un diseño cuidadoso, mas no una imagen deportiva y al volante esto se expresa. Su 0 a 100 km/h está en unos 7,9 segundos.
El lag es evidente. Sin embargo, no es prolongado… o sosegado. Aunque claro o notorio, es breve. Incluye modos de manejo, Eco y Sport entre ellos, siendo este último una reducción en ese punto que da inicio a este párrafo y el aumento de la experiencia auditiva del motor, al parecer, asistido por las bocinas dentro de la cabina.
En carretera, la suspensión en firme. En ciudad, poco castiga a los ocupantes ante reductores y demás irregularidades del camino. Movimientos bruscos en adelantos pueden generar algún salto o brinco del eje trasero. En general, opera bien en ambas condiciones.
Imposible saltar sus consumos. El computador señaló entre 66 y 70 km/gal en carretera. La cifra se redujo a los 35-19 km/gal en ciudad. Esto, de 2.000 a 2.500 m. s. n. m., con una carga de hasta 180 kg.
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Adentro, afuera
Esas formas, hexagonales, siempre rectas, se repiten en su interior. Desde las tomas de aire, pasando por el botón de encendido y los espejos laterales (con una silueta similar a la de las orejas de un felino) sobresalen. Ocurre igual con las costuras de las sillas.
Allí, en cada una de las sillas, hay cuero con alcántara. También, el logo de la marca y las siglas de esta referencia bajo los cabeceros. Hay hilos blancos y rojos. También ajuste manual de ambas plazas delanteras. Frente a ellos, una pantalla que da vida al sistema multimedia, con 10 pulgadas y conexión inalámbrica para dispositivos Apple CarPlay y Android Auto.
El tacómetro es digital, con un tamaño de 7″. El volante, en su parte posterior, tiene levas, que funcionan al conducir en modo manual, algo funcional en adelantos, aunque en el modo deportivo la flexibilidad de la caja es adecuada.
Atrás, en la segunda fila, hay espacio suficiente para dos personas. La del medio, claro, entrará en conflicto con las salidas de aire traseras y el, levemente, elevado túnel de transmisión. Al rubro de capacidad se suma el del baúl, con unos, generalmente suficientes, 430 litros, expandibles a 1.240, abatiendo las plazas traseras.
En seguridad
El DS 4 que se vende en Colombia cuenta con un paquete de seguridad que incluye frenos ABS, REF y EBD, frenado de emergencia, control de estabilidad, asistente de arranque en pendiente, nueve bolsas de aire, sistema de detección de presión en las llantas y mantenimiento de carril, entre otros.
Hay una cámara trasera que facilita la maniobrabilidad al estacionar. Sobre la pantalla de 10″ se proyecta el exterior del carro en 360°, con imágenes que capta la cámara que reposa en el baúl y se forman según el recorrido del carro. Extraña, por ejemplo, un control crucero adaptativo y una alerta de tráfico cruzado.
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El DS 4 es la propuesta francesa del segmento prémium de medianos. Una opción versátil, adecuada y con una presencia imponente, que no teme ser arriesgada, pues logra una personalidad única, perceptible al volante y desde afuera. Su precio es de $193′990,000.
