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¿Qué pasa si frena sin pisar el embrague en la moto?

Entender cómo responden los sistemas de la moto y aplicar las recomendaciones de los fabricantes resulta importante para conducir con mayor eficiencia y reducir al mínimo los riesgos en la vía.

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En Dos Ruedas
25 de octubre de 2025 - 12:00 a. m.
Frenar bien va mucho más allá de apretar una manigueta o pisar un pedal.
Frenar bien va mucho más allá de apretar una manigueta o pisar un pedal.
Foto: freepik
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El uso del embrague al frenar una moto es una práctica bastante común, pero también una de las más debatidas entre pilotos y expertos. A simple vista puede parecer una ayuda para controlar mejor la moto, sin embargo, hacerlo de manera incorrecta puede traer consecuencias tanto en la seguridad del conductor como en la durabilidad de los componentes mecánicos.

Según explica Pablo Sáenz, piloto experto de Michelin, el embrague no debería usarse como apoyo principal durante la frenada. Este componente fue diseñado para desacoplar temporalmente el motor de la transmisión, no para intervenir de forma constante en la reducción de velocidad.

Desde el punto de vista mecánico, mantener el embrague presionado mientras se frena acelera el deterioro de los discos y resortes, acortando su vida útil. Además, al perderse el efecto de retención del motor, el sistema de frenos debe asumir toda la carga, lo que provoca un mayor desgaste de pastillas, discos o tambores, e incrementa el riesgo de sobrecalentamiento. Sáenz advierte que, además de afectar la eficiencia del frenado, esta práctica puede aumentar el consumo de combustible y comprometer la estabilidad, sobre todo en superficies húmedas o resbaladizas.

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¿Cómo lograr un frenado seguro en moto?

Frenar bien va mucho más allá de apretar una manigueta o pisar un pedal. Detrás de una buena frenada hay técnica, práctica y, sobre todo, conciencia de cómo funciona la moto. Saber aplicar el freno en el momento justo no solo ayuda a evitar accidentes, también permite conservar en buen estado piezas importantes como el embrague, los discos y las pastillas.

Pablo Sáenz comparte varios consejos que pueden marcar la diferencia al momento de detener la motocicleta de forma segura y controlada:

1. Aprovechar el trabajo del motor: reducir las marchas poco a poco mientras se desacelera es una excelente forma de dejar que el propio motor ayude a frenar. Este método descarga parte del esfuerzo de los frenos y mejora el control, sobre todo en pendientes o al aproximarse a una curva.

2. Usar los dos frenos con equilibrio: la fuerza principal del frenado proviene del freno delantero, pero el trasero también cumple una función destacada para mantener la moto estable. Aplicar ambos de manera proporcional evita desequilibrios y mejora la respuesta en superficies con baja adherencia.

3. Frenar con suavidad y aumentar la presión: la clave está en la progresividad. Comenzar con una leve presión e incrementarla gradualmente reduce el riesgo de bloqueo de las ruedas y permite una frenada más controlada. En motos sin ABS, esta técnica es especialmente importante.

4. No abusar del embrague: el embrague debe intervenir solo cuando es necesario, por ejemplo, al bajar de marcha o evitar que el motor se apague. Mantenerlo presionado todo el tiempo elimina el efecto del freno motor y acelera el desgaste del sistema.

5. Cuidar la postura: durante la frenada, el cuerpo también juega un papel importante. Mantener los brazos semiflexionados, las piernas sujetando el tanque y el torso estable ayuda a distribuir mejor el peso y conservar el equilibrio.

6. Adaptar la frenada al terreno: cada superficie exige una reacción distinta. En asfalto mojado, arena o grava, lo mejor es anticiparse, reducir la velocidad con tiempo y aplicar los frenos con más suavidad para evitar deslizamientos.

7. Revisar los frenos con frecuencia: un sistema en buen estado es garantía de seguridad. Revisar el desgaste de las pastillas, el espesor de los discos y el nivel del líquido de frenos debe ser parte de la rutina de mantenimiento.

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