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¿Qué es una ‘perla de leche’ y por qué aparece?

Aunque puede causar incomodidad, es generalmente inofensiva y desaparece o se “cura” sola.

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Redacción Bienestar
12 de diciembre de 2025 - 11:35 p. m.
¿Qué es una ‘perla de leche’ y por qué aparece?
Foto: Getty Images
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Durante la lactancia, es común que surjan algunas molestias en los pezones. Pueden presentarse grietas, cambios en su color y, en casos más serios, infecciones derivadas de complicaciones como la mastitis o heridas que, al permanecer abiertas, facilitan la aparición de hongos.

Hoy nos centraremos en una de las molestias más frecuentes: la perla de leche, un puntito que aparece en el pezón y que puede causar dolor intenso durante la succión que hace el bebé.


¿Qué es una ‘perla de leche’?

Aunque puede causar incomodidad, la perla de leche es generalmente inofensiva y desaparece o se “cura” sola. Como dijimos antes, se trata de un pequeño punto, a veces brillante, que suele ser blanco —aunque también puede presentarse en otros colores, como rojo, morado o, incluso, ser transparente—. Aparece en el pezón de la mamá durante el periodo la lactancia y provoca gran dolor al momento de amamantar. Es normal que se inflame mientras el bebé succiona. Luego vuelve a bajar su hinchazón, se forma una costra o capa externa y se cae.


¿Por qué se produce?

Se forma cuando uno de los conductos por los que la leche viaja, desde la glándula hasta la superficie del pezón, se bloquea o se “tapona”. Como resultado, la leche se acumula en ese punto y se forma el pequeño bulto. Esto puede generar ardor y un dolor similar al del pinchazo de una aguja.

Las causas pueden variar —aunque se deba, generalmente, a un mal agarre por parte del bebé a la hora de comer— y su color puede revelarnos un poco más sobre ello. Por ejemplo, si es blanca, seguramente la perla tuvo origen por un mordisco o una presión excesiva que hizo el bebé al mamar. El tiempo máximo en el que desaparece es de un mes y se conoce también como “perla por tracción”.

Si el punto tiene un color rojo, morado o alguno similar (incluso negro), puede indicar que durante la succión ocurrió algún movimiento brusco que formó una especie de moretón o “chupón”. Si no provoca dolor, no es necesario alarmarse, pero es importante recordar que un chupón también puede representar un pequeño coágulo de sangre, por lo que conviene que un profesional lo revise para asegurarse de que todo esté bien.

Si la perla tiene un color amarillo o beige, especialmente si se nota en la punta del pezón o hay presencia de pus, podría tratarse de una infección. En ese caso, lo recomendable es solicitar la revisión de un médico que decida si se necesitan análisis o pruebas adicionales y determine el nivel de cuidado que requiere. No hay que reventar, rozar o molestar.

Y, bueno, en el caso de la transparente, esta desaparece muchísimo más rápido. No alcanza a ser una perla por tracción uniforme; es un intento de succión que agarró la piel del pezón de manera superficial y la provocó. Cuando el bebé succiona repetidamente puede estallarla.


¿Existe algún tratamiento?

Aunque el dolor pueda ser muy intenso, no conviene intentar manipular o reventar la perla de leche por cuenta propia, sea cual sea. Lo más seguro es que un profesional la revise y, si es necesario, la trate con una aguja estéril. Un manejo inadecuado puede provocar infecciones, hongos o incluso una herida más complicada.

Al bañarse, hay que limpiar la zona con agua y jabón, sin usar productos o remedios caseros, o seguir consejos de internet que no tengan respaldo médico. Cada piel es distinta, delicada, y no se conoce el diagnóstico a simple vista. Además, el seno es la “fuente” de alimentación del bebé; cuidarlo protege los conductos y facilita que, una vez que la perla desaparezca, la lactancia pueda retomarse de manera cómoda para ambos.

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En teoría, las perlas de leche pueden desaparecer por sí solas en un plazo de hasta siete días. Sin embargo, si hay cambios en su color o la duración se prolonga más de lo esperado, es importante consultar. Esto se debe a que, en algunos casos, la perla puede ser un síntoma temprano de complicaciones como la mastitis u otros problemas relacionados con la etapa de lactancia.


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Por Redacción Bienestar

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