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A dos años, ¿qué pasó con la estampilla de la U. Distrital?

La mayor parte de los recursos se han destinado a la dotación de las sedes El Porvenir y El Ensueño. Si bien se mantuvo este tributo, se redujeron los recursos para la institución al incluirse a la Universidad Nacional.

Mónica Rivera - @Yomonriver (mrivera@elespectador.com)

18 de febrero de 2020 - 04:44 p. m.
La estampilla de la Universidad Distrital es por 30 años y el valor recaudado está destinado para el mejoramiento de la infraestructura física. / Archivo El Espectador
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En la medida en que el Distrito celebre más contratos (en monto o número), uno de los sectores más beneficiados es la educación superior pública de Bogotá, gracias a la estampilla pro-universidad, tributo local que obliga a los contratistas a pagar el 1,1 % de su remuneración, para destinarlo en uno de los sectores que cada vez requiere más recursos. Y, por lo visto, en los dos años que cumple la modificación de este impuesto ha sido un alivio. Pero, ¿qué se ha hecho con la plata?

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El tributo nació en 2001. Inicialmente se proyectó que, por 15 años, se destinaría para que la Universidad Distrital aumentara cupos y mejorara la infraestructura. ¿Los resultados? Se crearon tres nuevos doctorados, consolidaron nuevos sistemas de información y mejoraron las bibliotecas. Además, financiaron la construcción de la sede El Porvenir, en Bosa; transformaron el antiguo matadero distrital en la biblioteca general, y se amplió la sede tecnológica en Ciudad Bolívar.

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En 2016, justo cuando se aproximaba la fecha para renovar el impuesto, el Congreso ordenó a la capital incluir en la nueva reglamentación a la sede Bogotá de la Universidad Nacional, al determinar que el 80 % de sus estudiantes son de la capital. Y así se hizo: en diciembre de 2017 el Concejo de Bogotá aprobó la contribución con tres modificaciones: aumentó el cobro a 1,1 %, se proyectó a 30 años y estableció que el 30 % del recaudo sería para la nueva beneficiaria.

Su reglamentación fue precisa y estableció cuál sería el destino de los recursos. En el caso de la Distrital, lo direccionó para el fortalecimiento de la red de datos, la investigación y el desarrollo científico, infraestructura, dotación y compra de equipos, desarrollo y fortalecimiento de doctorados, así como para el mantenimiento de laboratorios, bibliotecas y centros de documentación.

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En cuanto a la U. Nacional, dijo que sería exclusivamente para reforzamiento estructural, restauración, modernización y mantenimiento de las edificaciones declaradas de interés cultural, para recuperar planta física de la ciudadela universitaria y para la adquisición de nuevas tecnologías de la información y comunicaciones, para aulas y laboratorios. A pesar de que esta institución tiene un Plan Anual de Adquisiciones, no especifica a la fecha en qué se ha invertido el recaudo de la estampilla.

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¿Y qué han hecho con la plata?

Los últimos dos años, al menos en la Distrital, los recursos han servido para suplir necesidades en sus campus. Solo en 2018 recibió $8.304 millones. En su momento, el entonces concejal Jorge Torres (Alianza Verde) pidió al Consejo Superior de la Universidad discutir el Plan de Desarrollo Físico junto con la Alcaldía, para definir el destino de los recursos, pues si bien estaba claro su uso, según él, debía priorizarse el mejoramiento de la infraestructura de la Facultad de Artes (ASAB) y la construcción de la segunda fase de la Biblioteca Aduanilla de Paiba.

En 2019, la universidad recibió $20.217 millones que, según sus directivas, se destinaron para el desarrollo de doctorados y cursos certificados ($2.793 millones), dotación de la sede de Bosa ($2.607 millones) y el mantenimiento de laboratorios ($3.725 millones). Además, en los próximos meses se espera inaugurar la nueva sede tecnológica en El Ensueño, en Ciudad Bolívar, que contará con dos nuevas torres, que reforzarán los programas de la sede de Candelaria La Nueva.

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Después, según el rector de la Universidad Distrital, Ricardo García, la idea es empezar el montaje de la Facultad de Salud, para la cual ya empezaron a hacer los estudios. “Después montaremos la carrera de enfermería. Además, a corto plazo, la idea es la creación de las carreras de física, química y biología, no como licenciaturas, sino como ciencias”, dijo García.

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A pesar de que los proyectos parecen claros, tras el paro del año pasado y la suspensión del semestre (que se reanudó el 10 de febrero), dice el rector García, será todo un reto volver a la normalidad académica. Si bien el dinero de la estampilla, comenta el directivo, hubiera servido para suplir otras urgencias, solo se pueden destinar a proyectos de inversión. “En este momento el mayor gasto es funcionamiento, para pagarles a los docentes, por lo que tendremos que pedir una adición presupuestal. Está en el aire la discusión y hay buena voluntad política”, concluyó.

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Independiente de las dificultades económicas que pueda vivir la universidad pública, es claro que la Universidad Distrital debe renovarse y mucho más, tras el escándalo por el desvío de recursos del Instituto de Extensión. Lo que se viene en materia de recursos, teniendo en cuenta las grandes obras de infraestructura que se aproximan, impone un reto adicional: debe demostrar que está en la capacidad de crear nuevos programas y reforzar la planta existente, como la de la sede de La Macarena o la ASAB, por la que los estudiantes tanto han protestado.


Concejo debate posibles irregularidades en proyecto Metro

 

Este jueves 20 de enero, a partir de las 9:00 a.m., en el Concejo se llevará a cabo un debate de control político, en el que se expondrán posibles inconsistencias con el Metro de Bogotá, en especial lo relacionado con la contratación y la conformación de la Empresa Metro (EMB), encargada de la estructuración del proyecto.Al debate están citados el gerente de la EMB , los secretarios de Movilidad, Hacienda y Planeación, y los entes de control.

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Aunque en el debate se retomarán algunas de las denuncias que se vienen haciendo sobre el proyecto, como los hallazgos que hizo el año pasado la Contraloría o los posibles errores administrativos que se cometieron durante la conformación de la EMB, algunos cabildantes anticiparon que también se revelarán evidencias sobre presuntas irregularidades, como que la empresa accedió a servicios que no estaban respaldados contractualmente y aspectos del funcionamiento interno de la empresa, que pondrían en riesgo la ejecución de la obra, así como el papel de Ingetec en el proyecto.

 

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Por Mónica Rivera - @Yomonriver (mrivera@elespectador.com)

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