Desde las 6:00 a. m., unos 700 recicladores de Bogotá se concentraron en la autopista Norte con calle 100 para protestar contra el Decreto 014 de 2023, cuya modificación llevan meses pidiendo infructuosamente al considerar que afecta su labor. Para entender este asunto basta concentrarse en un aspecto que viene afectando a la ciudad: los puntos de acumulación de basuras. El asunto es que el Distrito adelanta una cruzada por recuperar el espacio público ante este crítico panorama, pero se está llevando por delante a los recicladores al incautarles el material recolectado y su carretilla tras extensas jornadas de trabajo.
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El dilema no es un tema exclusivamente estético (porque se vea fea la ciudad), sino porque afecta también la salud y la seguridad de los ciudadanos. De acuerdo con la UAESP, a la fecha hay 469 puntos de acopio, en su mayoría ubicados en las localidades de Kennedy (71), Engativá (56) y Bosa (52). La magnitud es alarmante: entre octubre de 2024 y septiembre de 2025 se reportaron 372.205 regueros de basuras en las calles. Y este año no parece cerrar bien: según la entidad, mientras en el cuarto trimestre del año pasado se registraron 40.023 incidentes, en el mismo período de este año van 108.876.
Ante esta situación, no solo la UAESP ha hecho cambios en su plan de recolección de basuras, sino que la Alcaldía ha realizado 1.721 operativos de espacio público en las 20 localidades, en lo que denominaron una “ofensiva contra la ocupación ilegal del espacio público y el arrojo ilegal de basuras”. Sin embargo, en estas operaciones afectan al gremio de los recicladores. Harold Sarmiento Parra, miembro de la Asociación de Recicladores Creando Cultura (Asoarcca), relató su caso. “El 15 de diciembre, casi a las 9:00 p. m., tenía mi material recolectado. Mientras buscaba más, llegó la Alcaldía de Usaquén y se llevó todo. Dijeron que debían recuperar el espacio público, entonces les pregunté: ¿cómo podía recuperar casi 900 kilos de reciclaje? No nos dieron información. Me dejaron sin comer una semana”.
De acuerdo con Nohra Padilla, directora de la Asociación de Recicladores de Colombia, el amparo del Distrito para estos operativos es el Decreto 014 de 2023, cuyo objetivo es establecer medidas para la reducción de afectaciones al espacio público derivadas de la inadecuada gestión de residuos sólidos. “El asunto es que es un inadecuado uso de las normas, porque los recicladores tienen el derecho de usar el espacio público. Este mes han hecho más de cuatro operativos. Les decomisan su material y su vehículo de tracción humana”.
El decreto
Expedido en la administración de Claudia López, el Decreto 014 otorgó facultades a la policía para sancionar, según el Código Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana, comportamientos que afecten el buen estado del espacio público. Estas órdenes deben ser acatadas por los hogares, recicladores de oficio, comerciantes con antejardines, operadores de servicio de aseo y demás personas naturales o jurídicas.
Para el caso de los recicladores las medidas que derivaron en la demanda de este Decreto son que solo pueden separar residuos en las Estaciones de Clasificación y Aprovechamiento (ECA), en las bodegas o en los Centros Transitorios de Cuidado al Carretero (CTCC); pueden tener acceso a estos materiales aprovechables a partir de lo dispuesto por los hogares siempre que no generen puntos críticos y se prohíbe improvisar sitios de parqueo o abandono de carretas, que obstaculicen la libre movilidad, pues se procederá a su incautación y destrucción.
Diana Bernal, representante de Asoarcca, cuestiona la medida: “Usted no lleva basura a las ECA, lleva material aprovechable. Además, los centros transitorios son inseguros y hay conflictos, porque allí llegan, en su mayoría, habitantes de calle o extranjeros. Y funcionan en ciertos horarios, lejos de los sitios de alta demanda de residuos”.
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Durante las mesas de trabajo con la nueva administración, señalan que, con el objetivo de modificar esta norma, han expuesto como son los hogares los que deben presentar los residuos separados en la fuente (Decreto 596 de 2016). De igual manera, la recuperación de vidrio, cartón, papel, plástico y metales limpios se deberá efectuarse a partir de los residuos presentados por los usuarios en andén (Decreto 1381 de 2024). “La modificación del Decreto había salido en consulta ciudadana, pero en enero de este año el secretario de Gobierno nos dijo que no iban a cambiarlo”, concluyó Bernal.
En busca de un consenso
En diálogo con El Espectador, el secretario de Gobierno, Gustavo Quintero, aseguró que existe voluntad de diálogo, pero aclaró que “no podemos desobedecer un decreto existente”. Según el funcionario, “hay que verificar mejor y cerciorar conjuntamente cuáles son las rutas que ellos tienen para llegar a esos lugares especiales, donde se puede clasificar la basura y que lo puedan hacer”. Por ende, acotó que se sigue trabajando en un acuerdo.
“La mesa no se ha cerrado, pero evidentemente permitir que la clasificación se haga en el espacio público generará algunas afectaciones sobre la ciudad y nuestra responsabilidad con ellos, así como los valoramos y potenciamos, es también cuidar a la ciudadanía”. Por último, agregó que el número de operativos, de acuerdo con la norma, es bajo frente a las acciones pedagógicas de manejo de residuos que han adelantado. El Espectador intentó establecer contacto con Armando Ojeda, director de la UAESP, pero al cierre de esta edición no se concretó.
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El éxito de la nueva mesa de diálogo, que sería este martes luego de una jornada de protesta, dependerá de la afinidad entre la normativa y la realidad operativa de los recicladores como sujetos vitales en el aprovechamiento de residuos sólidos. Eso sí, sin desconocer que Bogotá tiene alarmantes cifras de basura y necesita a todos los eslabones ciudadanos para un espacio público limpio y ordenado.
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Por María Angélica García Puerto
