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El recorte presupuestal que dejó sin recursos de la Nación al Metro de Bogotá y a otros dos proyectos cofinanciados para 2025, no sentó para nada bien en la Alcaldía Mayor de Bogotá.
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Además de lo que el Distrito considera un incumplimiento a contratos firmados desde 2017, el hecho de que el Gobierno no les haya avisado de esta novedad antes de emitir el Decreto, fue considerado como un detalle de mal gusto.
“Los aportes de la Nación a los proyectos de Bogotá no son un favor. Responden a contratos firmados y aplazarlos es una forma de incumpliendo. También queremos dejar claro que este aplazamiento no fue concertado. Nadie del Gobierno Nacional se comunicó con nosotros”.
Así lo dio a entender Carlos Fernando Galán en su respuesta oficial a la medida, en la que, además, ratificó la continuidad de las obras del Metro de Bogotá, pese al aplazamiento de las transferencias de la Nación.
En ese orden de ideas, el mandatario distrital ratificó que la decisión de aplazamiento no tendrá un efecto inmediato. Lo anterior, dado que el Distrito ya ha financiado hasta ahora la mayor parte de la obra y cuenta con los recursos necesarios para asumir su ejecución hasta 2026.
No obstante, el alcalde no descarta “analizar todas las herramientas legales a nuestra disposición para hacer cumplir los contratos a la Nación”, informó Galán. Sin embargo, el alcalde no hizo mención del efecto de los recortes al RegioTram o la nueva Calle 13.
Asimismo, la modificación de las transferencias, y por ende de las vigencias futuras que las respaldan, generará sobrecostos a la obra, sin aclarar específicamente quién los asumirá.
Este punto es clave de cara a la propuesta de revisar, y si es el caso ajustar, las vigencias futuras que el alcalde ya le planteó a la Nación. Aunque la formulación inicial fue aplicada inicialmente al proyecto de la Calle 13 (que también quedó en vilo por cuenta del aplazamiento de los recursos), no se descarta que pueda ser una fórmula válida para distribuir las cargas y los dolientes de este costo adicional.
De cualquier forma, 2026 será un año clave para el futuro de la obra más importante del país.
No solo porque hasta esa fecha el Distrito tiene los recursos para continuar la obra por su cuenta, sino por las elecciones presidenciales. Del ganador de la contienda electoral, y de la prioridad que le desee otorgar al Metro, dependerá la fluidez con la cual se pueda concretar la cofinanciación de este proyecto y de los otros dos que quedaron en el limbo.
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