Bogotá celebrará este jueves su primer Día del vendedor informal
En la ciudad hay por lo menos 163.000 personas que se dedican al comercio informal. El director del IPES, Libardo Asprilla, dice que quedará en el pasado la persecución policial contra esta población, siempre y cuando se cumplan los acuerdos de convivencia ciudadana.
El jueves 18 de febrero, Bogotá celebrará por primera vez el Día del vendedor informal, en el cual reconocerá la labor que hacen estas personas. Para algunos sonará paradójico que el Distrito quiera adelantar esta actividad, ya que en los últimos días no ha sido del todo favorable la opinión pública sobre la relación de la alcaldesa con esta población.
Lo anterior se debe a dos episodios que ha tenido la mandataria con parte de estos trabajadores. El primero de estos fue con un vendedor de perros y hamburguesas que se le cruzó en la cicloruta, y quien terminó volcando su puesto ante la advertencia de un agente de la Policía que le dijo que le iba a decomisar su fuente de sustento; y el segundo con una mujer que le preguntó “¿Y los informales qué?” , a lo que la alcaldesa respondió “Ahí está trabajando, sumercé. Trabaje juiciosa… trabaje juiciosa”.
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El director del Instituto para la Economía Social (IPES), Libardo Asprilla, dice que la voluntad de la administración de Claudia López es respetar el derecho al mínimo vital que tienen los trabajadores, así como avanzar en la creación de condiciones que les permita hacer su labor de una manera más digna. Lejos de lo que podría pensarse con la celebración del Día del vendedor informal, de que sería una estrategia para limpiar la imagen del Distrito en esta materia, el directivo explica que esta no es nueva, sino que se aprobó en el Concejo de Bogotá desde el año pasado.
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Precisamente El Espectador habló en la tarde del lunes con parte de los trabajadores informales de la carrera Séptima, quienes confirmaron que las autoridades los han dejado trabajar. Sin embargo, aseguran que las ventas no han sido del todo favorables, pues más de un comercio se lleva a casa ganancias de $3.000 por día.
En la primera celebración del Día del trabajador informal, el Distrito rifará 40 mobiliarios que permiten la realización de este tipo de comercio. Son unos carros metálicos, los cuales se pueden utilizar, por ejemplo, para vender comida, respetando las condiciones de salubridad que exigen las autoridades.
Del mismo modo, se presentará el modelo de unos stand de ventas que serán utilizados en ferias itinerantes que espera hacer el IPES, a lo largo del año, para ayudar la economía de estos trabajadores. Es un espacio en el que caben unos dos trabajadores, los cuales tienen un mostrador, divisiones para ubicar sus productos y mantenerse distanciados de otros vendedores.
Sumado a lo anterior, se instalará una estatuilla en el Concejo de Bogotá, mediante la cual se rinde un homenaje a su labor.
Actualmente Bogotá cuenta con al menos 163.000 vendedores informales, los cuales han sido identificados y caracterizados por el IPES. Para ellos se busca ofrecerles alternativas para que den el paso hacia la formalidad, como cursos en el SENA y capacitaciones para creación de empresa.
El jueves 18 de febrero, Bogotá celebrará por primera vez el Día del vendedor informal, en el cual reconocerá la labor que hacen estas personas. Para algunos sonará paradójico que el Distrito quiera adelantar esta actividad, ya que en los últimos días no ha sido del todo favorable la opinión pública sobre la relación de la alcaldesa con esta población.
Lo anterior se debe a dos episodios que ha tenido la mandataria con parte de estos trabajadores. El primero de estos fue con un vendedor de perros y hamburguesas que se le cruzó en la cicloruta, y quien terminó volcando su puesto ante la advertencia de un agente de la Policía que le dijo que le iba a decomisar su fuente de sustento; y el segundo con una mujer que le preguntó “¿Y los informales qué?” , a lo que la alcaldesa respondió “Ahí está trabajando, sumercé. Trabaje juiciosa… trabaje juiciosa”.
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El director del Instituto para la Economía Social (IPES), Libardo Asprilla, dice que la voluntad de la administración de Claudia López es respetar el derecho al mínimo vital que tienen los trabajadores, así como avanzar en la creación de condiciones que les permita hacer su labor de una manera más digna. Lejos de lo que podría pensarse con la celebración del Día del vendedor informal, de que sería una estrategia para limpiar la imagen del Distrito en esta materia, el directivo explica que esta no es nueva, sino que se aprobó en el Concejo de Bogotá desde el año pasado.
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Precisamente El Espectador habló en la tarde del lunes con parte de los trabajadores informales de la carrera Séptima, quienes confirmaron que las autoridades los han dejado trabajar. Sin embargo, aseguran que las ventas no han sido del todo favorables, pues más de un comercio se lleva a casa ganancias de $3.000 por día.
En la primera celebración del Día del trabajador informal, el Distrito rifará 40 mobiliarios que permiten la realización de este tipo de comercio. Son unos carros metálicos, los cuales se pueden utilizar, por ejemplo, para vender comida, respetando las condiciones de salubridad que exigen las autoridades.
Del mismo modo, se presentará el modelo de unos stand de ventas que serán utilizados en ferias itinerantes que espera hacer el IPES, a lo largo del año, para ayudar la economía de estos trabajadores. Es un espacio en el que caben unos dos trabajadores, los cuales tienen un mostrador, divisiones para ubicar sus productos y mantenerse distanciados de otros vendedores.
Sumado a lo anterior, se instalará una estatuilla en el Concejo de Bogotá, mediante la cual se rinde un homenaje a su labor.
Actualmente Bogotá cuenta con al menos 163.000 vendedores informales, los cuales han sido identificados y caracterizados por el IPES. Para ellos se busca ofrecerles alternativas para que den el paso hacia la formalidad, como cursos en el SENA y capacitaciones para creación de empresa.