En la próxima década, la capital del país enfrentará uno de sus mayores retos urbanos: construir 625.000 viviendas nuevas en zonas de renovación y consolidación, lo que representa el 80 % del crecimiento habitacional proyectado al 2035, según el Plan de Hábitat y Servicios Públicos.
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El desafío coincide con la decisión de ONU-Hábitat de elegir a Bogotá como sede del Día Mundial de las Ciudades 2025, bajo el lema “Ciudades inteligentes centradas en las personas”. La elección reconoce los avances locales en sostenibilidad, planeación urbana y desarrollo con enfoque social.
De acuerdo con Camacol Bogotá y Cundinamarca, la meta de renovación urbana no solo apunta a construir más viviendas, sino a transformar el modo en que se habita la ciudad. Así, los nuevos proyectos integrarían infraestructura verde, eficiencia energética, ahorro de agua y certificaciones como EDGE, que promueven edificaciones más sostenibles y con menor impacto ambiental.
“El desarrollo urbano formal es la mejor estrategia para superar la vulnerabilidad social. Cada hectárea habilitada genera espacio público, equipamientos y oportunidades de vivienda”, advierte Edwin Chiriví, gerente de Camacol Bogotá y Cundinamarca.
Con dicho escenario por delante, en la conmemoración del Día Mundial de las Ciudades en 2025, la capital tendrá la oportunidad de mostrar al mundo cómo el trabajo conjunto entre el sector público, privado y la ciudadanía puede impulsar un modelo de ciudad más sostenible e inclusivo.
“Nuestro sueño para construir Bogotá es seguir aportando a una capital con entornos renovados, infraestructura sólida y comunidades cohesionadas. Construir ciudad es construir futuro”, concluyó Chirivi.
Crecer sin afectar los ecosistemas
El reto para Bogotá no solo será levantar nuevas viviendas, sino asegurar que ese crecimiento ocurra en zonas aptas para la renovación urbana, sin presionar áreas de protección ambiental como humedales, rondas de río o cerros orientales. Garantizar esa frontera entre lo urbano y lo ecológico será clave para que el desarrollo habitacional avance sin comprometer los ecosistemas que regulan el clima, la biodiversidad y la calidad de vida de los bogotanos.
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