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La jornada de la última ciclovía nocturna del año reunió a más de 2,2 millones de personas que salieron a caminar, pedalear y patinar por 95,16 kilómetros de vías habilitadas en toda la ciudad. Corredores como la carrera Séptima, la calle 26, la avenida Boyacá, la calle 170, la carrera 15 y la avenida Córdoba se transformaron en un gran circuito nocturno, seguro y festivo, pensado para el disfrute familiar y para vivir la ciudad de una forma distinta.
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Calles llenas de vida y movimiento
El balance de participación da cuenta de la magnitud del evento: más de 1,7 millones de personas se movilizaron en bicicleta, cerca de 468 mil recorrieron las rutas caminando y más de 55 mil utilizaron patines. Estas cifras consolidan la jornada como una de las mayores expresiones de movilidad activa del año en Bogotá.
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Mucho más que movilidad
La Ciclovía Nocturna fue mucho más que un recorrido para caminar, pedalear o patinar. A lo largo de las rutas, la ciudad se llenó de estaciones de actividad física, espacios de encuentro comunitario y una programación cultural y recreativa que acompañó la noche y le dio un carácter festivo a la jornada.
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Esa combinación de recreación, cultura y disfrute del espacio urbano explica por qué la Ciclovía se ha consolidado como un referente internacional y como uno de los planes más tradicionales para cerrar el año en Bogotá.
Una ciclovía carbono neutra
Uno de los hitos de la jornada fue que, por tercer año consecutivo, la Ciclovía de Bogotá recibió el certificado de carbono neutralidad, otorgado por la empresa Versa. En la práctica, esto significa que el impacto ambiental del evento fue compensado por completo.
Las emisiones que se generan durante la ciclovía, como las del transporte necesario para montar la logística, el funcionamiento de radios, luces y otros equipos, y el
consumo de energía en los puntos de apoyo, fueron equilibradas mediante acciones ambientales.
Entre ellas están la compra de bonos de carbono y la implementación de procesos de compostaje, que permiten aprovechar residuos orgánicos como abono y reducir la cantidad de basura que llega a los rellenos sanitarios. Gracias a este esfuerzo, la Ciclovía de Bogotá se mantiene como la única ciclovía recreativa del mundo con operación carbono neutra.
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Un cierre de año sobre ruedas
Para el Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD), la masiva participación en la jornada confirma que la ciudadanía sigue encontrando en la Ciclovía un espacio para compartir y disfrutar la ciudad de otra manera.
“La Ciclovía Nocturna volvió a demostrar que Bogotá sabe celebrar el espacio público, la recreación y el deporte”, afirmó su director, Daniel García Cañón, al resaltar el ambiente de convivencia que marcó la noche.
Desde la entidad agradecieron el comportamiento de los asistentes e invitaron a la ciudadanía a sumarse a la programación recreativa y navideña que continuará desarrollándose en diferentes puntos de la ciudad durante las últimas semanas del año.
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