Múltiples golpes y un impacto con una bala de gas lacrimógeno. Así fueron las violentas muertes de Elvis Vivas y Brayan Niño, de 24 años, el primero de mayo de 2021, durante el paro nacional. Pese a que por el caso de Niño procesan a un mayor del Esmad y por el de Vivas a tres patrulleros, a la fecha, las causas penales parecen estancadas, como lo denuncian los parientes de las víctimas, quienes llevan cuatro años esperando justicia.
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De momento, el único aliciente para una de las familias es un fallo de la Procuraduría, que el 15 de agosto, en segunda instancia, endureció la sanción contra el mayor Carlos Javier Arenas, quien para la época de los hechos era comandante del Esmad. Y la endureció, porque en primera instancia, solo le impusieron una multa de $18 millones. Tras la apelación, la procuradora Luz Estella García, quien calificó su participación en el homicidio de Niño como “gravísima” (homicidio a título de dolo), lo destituyó e inhabilitó por nueve años para ejercer cargos públicos.
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La decisión tipifica esa conducta como una grave violación de derechos humanos, al incumplir los protocolos sobre el uso de la fuerza. “No puede ser catalogada como una simple negligencia. (...) El mayor Arenas contaba con formación especializada (...) y desconoció las recomendaciones de seguridad”, dicen apartados del fallo, ante el cual no procede recurso.
Para la organización de derechos humanos DH Colombia, defensores de las víctimas en este proceso, este es un ejemplo de “reivindicar el caso como una grave violación de derechos humanos y la necesidad de justicia de su familia”. No sin antes acotar que “el Estado ha tratado de proteger a los agentes de fuerza pública victimarios y eso les ha permitido un altísimo margen de impunidad a su favor. Además, el cómo una vida puede llegar a tasarse y tasarse en un valor tan paupérrimo”.
La noche violenta
El primero de mayo de 2021, en Madrid (Cundinamarca), lo que inició durante el día como un acto cultural, en la noche se transformó en disturbios cuando un grupo de personas vandalizaron la estación de Policía del barrio El Sosiego y el peaje El Corzo. El exalcalde del municipio, Andrés Tovar Forero, a través de una transmisión en vivo, le pidió a la gente resguardarse en sus casas y advirtió que el Esmad estaba cerca.
Casi a las 9:00 de la noche llegaron los uniformados que, con gases lacrimógenos, dispersaron un grupo de jóvenes, que respondían con piedras. En una de las tanquetas estaba el mayor Arenas quien, según el informe técnico FPJ-13, disparó desde la escotilla su fusil lanzagases en tres oportunidades de manera directa, a corta distancia (menos de 13 metros), en línea recta y sin obstáculos, lo que ocasionó que una de las granadas impactara en la cara de Brayan Niño, quien cayó herido de gravedad y murió minutos después cuando llegó sin signos vitales al Hospital Santa Matilde.
“A pesar de que los manifestantes se alejaron de la glorieta y la tanqueta podía continuar con su recorrido, (Arenas) continuó realizando disparos de gases en dirección al puente peatonal, uno de los cuales impactó el ojo derecho de Brayan causándole la muerte”, detalla la tesis de la Sala Disciplinaria.
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En medio de este caótico operativo Elvis Vivas intentó huir, pero lo interceptó un grupo de policías que, como quedó registrado en cámaras de seguridad, lo golpearon con bolillos, armas y puntapiés. Minutos después lo arrastraron hasta una tanqueta y lo llevaron a la estación de Policía El Sosiego.
Allí una testigo grabó a Elvis sentado en el piso. Tras 20 minutos salió por detrás de la estación, ensangrentado y desorientado, pidiendo agua. Dos manifestantes lo llevaron al Hospital San Rafael de Facatativá al ver la magnitud de sus heridas y ocho días después murió producto de un trauma craneoencefálico, no sin antes decirles a las enfermeras quiénes lo habían golpeado.
Siempre en la memoria
“Me voy, pero te juro que mañana volveré”. Así se despidió Elvis de su mamá Johana López, no sin antes darle un beso en la frente. A las 9:00 p.m. ella recibió una llamada en la que le avisaron que estaba herido en el hospital. “Mi hermano fue a la estación de policía, pero le dijeron que allí no había llegado nadie con ese nombre. Pero era mentira, ya lo habían sacado de ahí. No hubo registro en la minuta”, cuenta.
A ‘Junior’, como le decía de cariño, lo describe como una persona amorosa, humilde, amigable y talentosa para la actuación, llegando incluso a trabajar como extra en algunas producciones de televisión. “Cada uno trata de sobrellevar las cosas, pero no soy la misma de antes. El vacío que hay acá en la casa es muy grande y donde quiera que voy”.
Flor Araque, madre de Brayan Niño (quien tenía un hijo de 6 años) comparte este mismo sentimiento. Para ella y su otra hija, Marlin Niño, el fallo de la Procuraduría significa un avance, pero no compensa la lentitud que hay en el proceso penal.
A él lo recuerdan como un hermano, hijo y padre amoroso y protector. “Me hace mucha falta. En las fechas especiales duele bastante. He soñado con él diciéndome que está bien y que dejara de llorar”.
Un proceso lento
Marlon Díaz, abogado de la familia de Elvis Vivas, indicó que desde 2023 el proceso penal sigue en etapa de indagación en la Fiscalía Segunda seccional de Funza. Es decir, sin que hasta el momento se haya formulado imputación por homicidio, al menos, en contra de Dani Arley Castaño, comandante de la estación El Sosiego, y los uniformados Óscar Solano y César Rivera Cuéllar.
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“Dependemos de ese paso de la Fiscalía y creemos que cuentan con abundante material, como los documentos anexos de la historia clínica. Hemos hecho periódicamente impulsos a la actuación, pero no ha sido posible que se mueva el proceso y nos preocupa mucho bajo la necesidad de que el caso no quede impune”.
Díaz agrega que hay más patrulleros vinculados en la tortura y asesinato del joven, de acuerdo a evidencias fílmicas de testigos. Para 2022, dijo, pidió a la Fiscalía entrevistar al comandante y subcomandante de la estación de Policía de Madrid, Winter Fidel López Cárdenas y Alfonso Jaramillo, respectivamente. Además a otros siete policías que estaban de turno ese día: el patrullero Fernando Alonso Pineda Silva, el patrullero Andrés Mauricio Torres Perdomo, la patrullera Yuli Mireya Villamil González, el patrullero Milton Jesse Sarmiento, el auxiliar Rafael Alberto Mattis, el auxiliar Dayron Andrés Sánchez y el patrullero Javier Hernández Ariase, “quien registra conversaciones con el teniente López Cárdenas”, dice el abogado.
El caso de Niño, por su parte, también ha pasado por cinco fiscales y el expediente ha rotado entre Funza y Bogotá. Desde la organización DH Colombia señalaron que la etapa procesal tiene una acusación por homicidio con dolo eventual contra el mayor Carlos Javier Arenas Niño, pero llevan más de un año esperando la audiencia preparatoria. “Esperamos que con la decisión de la Procuraduría, la Fiscalía atienda diligentemente lo que es un caso de graves violaciones a derechos humanos”.
El que no exista condena ha sido para Johana López un dolor. “Es complejo ver como no hacen nada, como si la vida de mi hijo no valiera”, reclama. Por su parte, Flor Araque y Marlin Niño esperan que en octubre se desarrollen las audiencias preparatorias contra Arenas. Ambas desearían devolver el tiempo y que Brayan las siguiera acompañando. Pero ahora solo esperan que la justicia sea ejemplar.
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