Mientras Bogotá insiste en el uso responsable del agua, un problema silencioso sigue afectando al sistema de acueducto: el hurto y la manipulación ilegal de las redes.
En noviembre, la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB) detectó y logró cobrar agua que estaba siendo consumida de forma irregular, en un volumen equivalente al consumo mensual de más de 61 mil hogares.
El hallazgo se dio tras 791 inspecciones realizadas en noviembre en 19 localidades de Bogotá y en el municipio de Soacha. En una de cada cuatro visitas, los equipos técnicos de la EAAB encontraron fraudes o manipulaciones en la infraestructura, una señal de que el uso ilegal del servicio sigue siendo una práctica extendida en distintos sectores de la ciudad.
Las conexiones clandestinas fueron detectadas en viviendas, obras de construcción, restaurantes, hoteles, moteles y lavaderos de vehículos, lugares donde el consumo de agua suele ser alto y, en muchos casos, se intenta evadir el control del medidor.
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Así robaban el agua
Durante las inspecciones, la EAAB identificó varias formas de fraude. Entre las más frecuentes están el retiro ilegal de medidores para obtener agua directa, las reconexiones sin autorización, la manipulación de los equipos de medición y la ejecución de obras sin el Trámite Provisional de Obra (TPO), un permiso obligatorio para construcciones temporales.
Estas prácticas no solo permiten que el agua se consuma sin pagar, sino que también afectan la presión del servicio, generan fugas y deterioran la red, impactando a barrios completos que sí cumplen con el pago del servicio.
Dónde se concentraron los hallazgos
En total, la EAAB realizó 791 inspecciones en 19 localidades de Bogotá y en el municipio de Soacha. En una de cada cuatro visitas se encontraron irregularidades en la infraestructura del acueducto, lo que confirma que el fraude no es un hecho aislado.
Las localidades con más casos detectados fueron Suba, Engativá y Barrios Unidos, seguidas por Rafael Uribe Uribe y Soacha, donde se hallaron conexiones ilegales en viviendas, obras de construcción, restaurantes, hoteles, moteles y lavaderos de vehículos.
El impacto económico del fraude
Además del daño al sistema, el hurto de agua tiene un impacto directo en las finanzas del servicio. Solo en noviembre, la EAAB logró gestionar y cobrar cerca de $4.181 millones correspondientes al consumo de agua que estaba siendo utilizado de manera irregular.
Paralelamente, la empresa presentó 31 denuncias ante la Fiscalía por el delito de defraudación de fluidos, relacionadas con más de 73.500 metros cúbicos de agua, cuyo valor supera los $660 millones. Estos casos hacen parte de investigaciones en curso contra quienes manipulan o se conectan ilegalmente a las redes del acueducto.
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Un problema que afecta a toda la ciudad
Desde la Empresa de Acueducto advierten que el fraude no es un asunto menor ni aislado. Las conexiones clandestinas, la manipulación de medidores y las reconexiones ilegales pueden generar baja presión, fugas, daños en la infraestructura y riesgos en la calidad del servicio, afectando a miles de usuarios que sí cumplen con el pago.
Además, estas prácticas sobrecargan la red, elevan los costos de operación y terminan impactando a toda la ciudad, especialmente en momentos en los que Bogotá enfrenta retos por el uso responsable del agua.
Por eso, la EAAB reiteró el llamado a la ciudadanía para denunciar cualquier comportamiento sospechoso en la red de acueducto, a través de la línea Acualínea 116 o el correo recuperaciondeconsumoseaab@acueducto.com.co.
Cada denuncia, insistieron, ayuda a proteger el servicio y a garantizar que el agua llegue de manera justa y segura a todos los hogares.
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