A junio de 2024 el embalse de Chuza está al 35,8% de llenado. Hoy su nivel está en 40,8%.
Foto: Acueducto de Bogotá
Justo después de un año, Bogotá cierra otro capítulo en su historia: el del racionamiento. Pero más allá de lo que se vivió, del nivel de los embales, del llamado al ahorro, de los rifirrafes Distrito-nación, de los debates sobre el futuro o de si las decisiones fueron acertadas y a tiempo, el golpe de realidad para la capital fue claro: el agua es un recurso finito, que la administración debe garantizar y la ciudadanía cuidar.

Por Alexánder Marín Correa
Periodista con experiencia en periodismo judicial, investigación, local y de datos. Actualmente editor de la sección Bogotá, del diario El Espectador y asociado de Consejo de Redacción (CdR), organización que promueve el periodismo de investigación en Colombia. @alexmarin55Jamarin@elespectador.com
Conoce más