Mientras la Alcaldía celebra que las obras del metro superaron el 51 %, persiste el reclamo de un grupo de subcontratistas por la falta de pagos y que, según supo este diario, alistan una demanda contra la Empresa Metro (EMB) y el concesionario chino Metrolínea 1, por deudas cercanas a $6.000 millones. La situación se cocina en un eslabón que la EMB y la interventoría dicen desconocer. ¿La razón?, al ser un contrato de concesión, no hay límites al constructor para subcontratar, ni para que estos, a su vez, también subcontraten. Esto creó una cadena dónde solo al primer círculo lo vigila el interventor, la firma española PMO. El resto queda por fuera de su ojo.
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Solo en el “primer anillo” hay cerca de 200 empresas encargadas de labores como traslado de redes, cimentación, servicios de alimentación, entre otras. “Aguas abajo hay hasta tres cadenas, que nadie monitorea y que, por su dimensión, supera cualquier capacidad”, explica Javier Descarga, interventor de la obra. A esto se suma otra dificultad: a pesar de ejecutar recursos públicos, el concesionario chino, contratista titular, maneja el asunto con secretismo y ha sido reacio a revelar su red de subcontratistas. En respuesta a un derecho de petición de El Espectador, dijo que “la información era reservada y solo se podía obtener por orden judicial”.
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Ante las controversias por el pago a los subcontratistas, la interventoría ha sido enfática en decir que la falta de pago no es por falta de recursos, porque el proyecto es líquido. “Por eso exigimos pulcritud en los pagos escaleras abajo y que no sea el obrero, el más débil, quien se vea afectado”, agregó Descarga. El lío es que esta “pulcritud” parece ausente en algunos casos eslabones abajo, como lo evidencian las protestas y denuncias de los trabajadores, así como las palabras del representante del consorcio chino, Yang Qiwu, quien ha dicho que, por su parte, los pagos se realizan a tiempo “siempre y cuando los contratistas presenten oportunamente sus documentos. Si no lo hacen, esto genera caos en el proyecto”.
Si bien, no han vuelto las protestas, la situación está lejos de apaciguarse. Ante el Concejo los afectados ya expresaron su preocupación por la inacción de la EMB; un funcionario de Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), indicó que el tema se tocará en las reuniones de la junta directiva de la EMB, y para completar, los afectados no solo alistan la demanda, sino que ya presentaron una queja en la Procuraduría contra el gerente del Metro, Leonidas Narvaez. Todo, para encontrar soluciones
Las quejas
Fredy Suárez, representante legal de la Mafre Ingenería, expuso su pleito, por $300 millones, con uno de los subcontratistas del metro: Cemex. “A finales de 2024 nos contrataron para instalar unas mallas, para asegurar la calidad de la arena para las mezclas de cemento. Por líos logísticos no se pudo terminar, pero pedimos que nos paguen lo que hicimos. No nos han respondido y no tenemos a quién acudir, pues tanto la EMB como el concesionario dicen que no tienen responsabilidad”, asegura.
La versión de Cemex es otra. Fuentes cercanas al caso dicen que el origen radica en un aumento desproporcionado de los cobros del subcontratista. Además, que la empresa cumple de manera estricta sus obligaciones y que en los proyectos del Metro de Bogotá se aseguran de que la calidad de los trabajos de sus proveedores cumplan altos estándares de calidad.
Al ir un poco más lejos en la cadena hay casos más complejos, como el del Consorcio Proyecto Metro (CPM), encargado de traslado de redes, el cual denunció en diciembre, a través de la oficina del abogado Abelardo de La Espriella, que el consorcio chino no le había pagado. Se sabe que esto lo rechazó el consorcio Metro Línea 1, el cual dijo que sí le pagó y que terminó el contrato por incumplimientos. Sin embargo, no se ha podido liquidar, porque CPM no ha demostrado la ejecución de las obras que sigue cobrando. El problema acá hay subcontratistas de CPM esperando que les paguen y tendrán que seguir así hasta que se resuelva el lío judicial.
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En medio de estos, es importante señalar que este diario consultó tanto a la EMB, la Interventoría y el concesionario sobre las disputas. Todos dijeron que, hasta la fecha, ningún caso ha llegado oficialmente a los estrados judiciales, por lo que la anunciada demanda colectiva que preparan algunos contratistas serían novedad. Estos y otros asuntos se discutirán este 14 de mayo, en una sesión el Concejo de Bogotá, que se realizará en la localidad de Kennedy.
Los retos en las obras
Según cifras oficiales de la EMB, el proyecto marcha según el cronograma y los líos no han sido financieros, según Adriana Padilla, gerente de Comunicaciones de la EMB. “La contraprestación económica al concesionario se realiza cada trimestre, según van terminando las Unidades de Ejecución (UE)”. De esta manera, a la fecha se han desembolsado casi $1,6 billones, que ha complementado con préstamos internacionales.
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Los retos en las obras, según el concesionario, han estado en las deficiencias del inventario de redes; las restricciones horarias para los Planes de Manejo de Tráfico (PMT), así como los hallazgos imprevistos (como restos arqueológicos o condiciones geotécnicas).“Actualmente, el cambio climático impactan los tiempos previstos”, agregó. Por su parte, la interventoría del proyecto, “el reto más importante es continuar el paso para que a finales de este año lleguemos al 70 % de las obras. Con esto, en 2026 llegarán los primeros equipos ferroviarios para su montaje, clave para el proyecto”. Por ahora, mientras las obras avanzan, las denuncias persisten. Se espera que la audiencia de esta semana dé una luz para halar una solución.
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