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Tras un año de crisis de abastecimiento de agua, sequía y restricción del recurso en la región capital, el Acueducto y el alcalde anunciaron que en abril se podría pensar en acabar el racionamiento, a pesar de algunas dudas que surgen al ver el llenado actual del sistema Chingaza y las constantes críticas del presidente Gustavo Petro. Esto depende de cómo se comporten las precipitaciones en este año hidrológico.
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Así lo aseguraron el alcalde Carlos Fernando Galán y la gerente de la EAAB, Natasha Avendaño. Ambos destacan la comparación de la situación actual del agua con la de hace un año. “Tenemos cerca de 45 millones de metros cúbicos más en Chingaza, que en 2024. Si seguimos viendo este comportamiento en abril y tenemos buenas precipitaciones, podría hablarse de terminar la medida, sin embargo, esta debe ser una decisión que tomemos para que Bogotá nunca más vuelva al racionamiento”, indicó Avendaño en Caracol Radio.
Galán, en rueda de prensa este martes 25 de febrero, hizo énfasis en que, tradicionalmente, los niveles más bajos de llenado de agua en los embalses se registran entre enero y marzo, ya que es a partir de abril cuando inicia de nuevo el ciclo de llenado con la primera temporada de lluvias del año.
“El comportamiento en el páramo de estos dos meses del año han sido positivos, no han sido extensas las lluvias, pero han estado por encima del promedio. Tendremos un mejor año hidrológico”, señaló la gerente del Acueducto. No obstante, Avendaño recordó que los pronósticos del año pasado fueron totalmente impredecibles debido al cambio climático, por ende, “debemos ser cuidadosos, las precipitaciones fueron totalmente contrarias a los pronósticos en 2024″.
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En contraste, el presidente Gustavo Petro, volvió a criticar el panorama: “¿qué pasó entre 2015 y 2022?, para que de una ciudad que se jactaba de la calidad de su agua potable y de su abundancia y que se daba el lujo de estimular fuertemente a grandes constructores para la expansión de la ciudad, y de pronto, llega el racionamiento, pero no va a ser solo por este año. Si no se hace nada, cada vez habrá que racionar más”.
En la siguiente gráfica puede observar el comportamiento del sistema Chingaza en los últimos años, en donde se destaca la reducción en los primeros meses del año:
¿Cómo están los embalses?
Para este martes, el sistema Chingaza, que abastece el 50 % del agua de Bogotá, registra un 40,48 % de llenado de agua, es decir, a 4 % del “día 0″, punto de referencia que dispuso la Alcaldía para plantear medidas más restrictivas. El sistema está compuesto por el embalse San Rafael, que está por el 63,80 % y el embalse de Chuza, por el 33,3 %.
El agregado Norte, de donde Bogotá obtiene agua desde hace algunos meses para suplir una buena porción del recurso hídrico, está por el 49,40 %, compuesto por los embalses Tominé (43,34 %), Sisga (61,59 %), y Neusa (79,47 %). El estado de este sistema generó una advertencia de parte de la Corporación Autónoma de Cundinamarca (CAR).
Con base en el monitoreo constante que hace a los embalses, el director de la autoridad ambiental, Alfred Ballesteros, director de la CAR, declaró que el embalse de Tominé ha experimentado un descenso considerable, respecto al volumen de agua que tenía el año pasado. Según el funcionario, ha perdido 75 millones de metros cúbicos de agua, respecto a enero del año pasado.
El director de la CAR advierte que “el Acueducto de Bogotá no podría seguir obteniendo el 50 % de este recurso hídrico del agregado norte, sino que tendríamos que volver a tomar más agua del sistema Chingaza”. En diálogo con El Espectador, Balleteros opta por evitar el alarmismo. Sin embargo, es insistente en que, si los municipios no toman medidas contundentes, en especial Bogotá, lo más probable es que la llave aliciente de Tominé se deba cerrar.
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Por Redacción Bogotá
