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El fin de semana pasado, un desafortunado suceso enlutó la más reciente versión de uno de los eventos deportivos emblemas de la capital del país: la Media Maratón de Bogotá. El domingo 27 de julio, uno de los 42.000 deportistas, que participaron en la prueba de los 10 kilómetros, perdió la vida mientras se encontraba a pocos metros de terminar la prueba.
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Así lo confirmó el Instituto de Recreación y Deporte (IDRD) y la organización Correcaminos, encargada de la logística de la competencia. De acuerdo con el reporte de ambas entidades, el hombre, identificado como Pedro Enrique Rodríguez Suárez, ingeniero de 45 años, se desplomó cuando estaba a 200 metros de alcanzar la meta.
En ese momento, en medio de la angustia por su desplome, Rodríguez fue atendido por varios competidores que se encontraban, como él, prestos a llegar a la meta. Incluso videos de ese momento fueron ampliamente compartidos en redes sociales.
Dicho material audiovisual da cuenta de cómo mientras el evento continuaba y miles de personas corrían sin percatarse de la situación, otro grupo de personas rodeó a Rodríguez en una zona cercana a la glorieta de la Carrera 60 con Calle 63, en inmediaciones del Parque Simón Bolívar, punto de llegada de la competencia.
Versiones encontradas entre organizadores y familia
Correcaminos Colombia, empresa organizadora del evento, encargada de la logística, las inscripciones y los recorridos, entre otros detalles relacionados con la competición, señaló, en un comunicado en el que explican lo sucedido y ofrecen sus condolencias, que “los servicios de salud de la carrera asistieron de inmediato, brindando atención oportuna, y efectuaron el traslado en una ambulancia medicalizada al Hospital San José Infantil, donde fue reportado fallecido”.
Por otro lado, Jesús David Rodríguez, abogado que representa a la familia de Pedro Enrique Rodríguez, denunció, en entrevista con Noticias Caracol, que, al parecer, la atención que recibió el deportista hoy fallecido, por parte de los organismos de salud encargados de garantizar el bienestar de los participantes en el evento, tuvo vacíos importantes que impidieron una atención eficaz.
Según el abogado, varios testimonios de participantes y espectadores del evento, coinciden en las deficiencias de la organización en ese aspecto. “Cuando Pedro se derrumba, son personas que estaban participando en la misma competencia las que acuden a ayudar y socorrer con mecanismos de reanimación y RCP para poder preservar su vida, pero no miembros de la organización”, advierte.
“Transcurrieron aproximadamente 20 minutos entre el momento en que Pedro se desploma y la primera acción de ayuda. A esta situación también encontramos que los paramédicos y la ambulancia, presuntamente, no pudieron llegar con precisión al lugar de los hechos. La Media Maratón, en su organización, cometió varios incumplimientos con relación a la prevención del riesgo y la gestión del mismo”, señaló el abogado.
Por otro lado, otra de las aseveraciones del jurista que más preocupan, tiene que ver con que, al parecer, los desfibriladores con los que intentaron atender a Rodríguez no funcionaban, aun cuando en esta clase de eventos los casos de atención inmediata en salud suelen ser por afectaciones cardiacas o relacionadas con ese particular.
Si bien señala que la familia reconoce que en ese tipo de competiciones existen riesgos inherentes a la práctica, hace claridad en que toda la carga de riesgo no puede recaer solamente en los participantes debido a que es un evento con ánimo de lucro que, además, sucede en el espacio público.
En ese sentido, finalizó diciendo que “la MMB debería cubrir con el personal especializado, quizás no médico, pero sí de reacción inmediata para que pudieran atender la solicitud o el llamado de socorro; en los videos que muestran los demás competidores se puede ver que, a pesar de las llamadas que hicieron varias personas, y de las voces se sumaron para solicitar un paramédico, nunca llegó de forma rápida, personal de la organización que pudiera atender siquiera para hacer un llamado a los paramédicos o a la línea 123″.
Por ahora, la organización del evento no ha emitido un nuevo comunicado y las causas del deceso permanecen en investigación, aunque todo parece indicar que se trató de una muerte por causas naturales, posiblemente relacionada con el esfuerzo físico necesario en este tipo de competiciones.
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Por Redacción Bogotá
