No es la primera vez que el relleno de Doña Juana está en la mira del debate público debido a las problemáticas asociadas a su funcionamiento. Debido a las miles de toneladas que entran al día a sus lindes, las cuales exceden su capacidad, la emisión de gases tóxicos y otros riesgos asociados al relleno para sus vecinos y la ciudadanía ya han sido ampliamente denunciados.
Sin embargo, para esta oportunidad, el nuevo revés para el relleno viene del Ministerio del Trabajo. Una inspección reciente de la cartera laboral evidenció presuntas fallas en materia de seguridad y salud laboral que afectan a más de 250 trabajadores del complejo.
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Durante la visita del ministerio, que realizó sin previo aviso, las autoridades identificaron desactualización del reglamento interno, presuntos incumplimientos de la convención colectiva y deficiencias en la implementación del Sistema de Gestión de Seguridad y Salud en el Trabajo.
El ministro de Trabajo, Antonio Sanguino, advirtió que algunas de estas situaciones pueden poner en riesgo la integridad de los empleados y anunció la construcción de un plan de mejoramiento con participación de la empresa operadora y las organizaciones sindicales.
La advertencia del ministerio llega en un momento especialmente delicado en materia de aseo, tanto para el Distrito, como para la ciudad.
Por un lado, en febrero del año entrante, se vencerá la licitación actual con la que se rige el modelo de basuras en la ciudad, sin que todavía se conozca a ciencia cierta cómo seguirá operando el aseo en Bogotá después de esta fecha.
Del mismo modo, el relleno de Doña Juana podría estar llegando a límite de su vida útil de acuerdo con la opinión de expertos en la materia, por lo cual la ciudad deberá idear otra manera de disponer de los residuos sólidos al mediano plazo.
No obstante, también desde la mirada de los expertos, seguir pensando en otro relleno sería insistir en una solución que ha trasladado durante años los impactos ambientales y sociales a sectores de estratos medio y bajo, normalizando la pestilencia, el riesgo y la desigualdad territorial.
De momento no hay un pronunciamiento del operador del relleno, ni de las autoridades Distritales, sobre los hallazgos del ministerio y las posibles sanciones en caso de hacer caso omiso a las advertencias de la cartera de Trabajo.
De hecho, el propio ministerio declaró que convocará a mesas de trabajo entre las partes involucradas con el fin de concretar acuerdos que resuelvan las falencias identificadas durante la inspección.
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