'La marca embargada al BD de Bacatá no existe': presidente de la compañía a sus acreedores

La empresa acumula deudas por $133.000 millones. De otro lado, los inversionistas del proyecto siguen sin recibir ganancias. La firma responsable del edificio está insolvente.

Alexánder Marín Correa (jamarin@elespectador.com) / @alexmarin55
17 de abril de 2018 - 11:00 a. m.
El BDBacatá es el segundo edificio más alto de Latinoamérica y el primer rascacielos de Colombia, con 216 metros de altura. / BDBacatá
El BDBacatá es el segundo edificio más alto de Latinoamérica y el primer rascacielos de Colombia, con 216 metros de altura. / BDBacatá

Tan grande como el edificio BD de Bacatá es la incertidumbre de los ciudadanos que invirtieron sus ahorros en el primer rascacielos del país. A todos les prometieron ganancias desde 2015, cuando el edificio estuviera en operación. Sin embargo, van tres años, el edificio sigue en obra y ellos, sin ver ni un peso. (Lea: Promotor del edificio BD Bacatá debe $133.000 millones)

En medio de fechas incumplidas, crecientes reclamos y respuestas evasivas, hoy se encuentran con una noticia que aumenta las dudas: el promotor del proyecto está insolvente, tiene deudas con contratistas y empleados, y un juzgado embargó una marca registrada. (LEA: Las dudas de los inversionistas del BDBacatá)

De acuerdo con un artículo de La República, la firma BD Promotores, encargada de la obra, tiene deudas acumuladas por casi $4.000 millones, lo que llevó a sus acreedores a demandarla. En principio, un juzgado emitió la orden de embargar sus cuentas y sus bienes, pero se encontraron con una sociedad sin recursos. Por eso, como segunda opción, el mismo juzgado emitió la orden de embargar el nombre “BD Bacatá Downtown”, como una forma de asegurar el pago. (Conozca los detalles de BDbacatpa)

Sin embargo, Venerando Lamelas, presidente de BD Promotores, les da una noticia poco alentadora: esa marca, al menos a nombre de su empresa, no existe. “Si existiera y tuviera algún valor, se los habría dicho. Sin embargo, no es así”, señaló. No obstante, el directivo hace un llamado a la calma y asegura que a todos los que tienen cuentas pendientes con la compañía se les va a pagar.  (LEA: El BD Bacatá: grande hacia el cielo, mediocre hacia la calle)

Historia

Para llegar a este punto hay una larga historia. Para conseguir los recursos para construir el edificio en Bogotá, BD Promotores puso en marcha en 2009 un novedoso sistema: el crowdfunding inmobiliario, que consistía en vender derechos fiduciarios (acción llamada Fidi) para financiar la construcción de una zona comercial y un hotel, con la promesa de que, una vez se empezara su explotación comercial, los inversionistas recibirían de por vida parte de las utilidades.

Al comienzo la oferta parecía atractiva, pues con mínimo $30 millones, la persona haría parte del grupo de inversionistas de un ambicioso proyecto: el primer rascacielos de Colombia y el segundo más alto de Latinoamérica, con 216 metros de altura, 117 oficinas, 405 apartamentos, 6.000 m² en locales comerciales y un hotel con 427 habitaciones, en pleno centro de la ciudad.

La proyección era que, al inaugurar el hotel y el centro comercial, la rentabilidad anual durante los primeros 10 años sería del 16 %, casi el doble de lo que ofrece un banco con un CDT a largo plazo (8 %). El compromiso era que el edificio estaría en 2013, sus servicios comerciales operarían a partir de 2014 y las primeras utilidades llegarían en 2015.

Sin embargo, las inquietudes de los inversionistas comenzaron cuando los constructores incumplieron el primer plazo. Desde entonces, lo único que han recibido son anuncios que siguen sin concretarse y fechas de inauguración que se van aplazando. El año pasado, por ejemplo, el entonces gerente comercial de BD Promotores, Luis Arranz, le dijo a El Espectador que antes de medio año empezaría a operar la parte comercial y que el hotel en diciembre de 2017. El anuncio se quedó en el papel.

El dinero de los inversionistas lo custodia la empresa Acción Fiduciaria que, por orden de la Superintendencia Financiera, debe informar a los clientes qué ha pasado con sus recursos. En febrero del año pasado, en el reporte a sus 3.000 inversionistas sobre la construcción del hotel, decían que la ejecución presupuestal iba en 89 % y que solo faltaban adecuaciones.

En el último informe, poco ha cambiado y el hotel sigue sin operar. Eso sí, dijeron que se seguía trabajando en acabados; que varios de los pisos estaban en obra blanca, y que los elementos para las habitaciones estaban comprados, pero guardados pendientes de instalación. Y rematan: Las obras pendientes requieren de un adecuado flujo de recursos para la compra de materiales y mano de obra.

Si bien, con el tiempo el Fidi se fue valorizando y quienes en 2009 pagaron casi $50 millones hoy tienen un título que cuesta $120 millones, en nueve años no han visto ni un peso y quienes ha intentado venderlo, han fracasado.  Aunque recientemente los que invirtieron en el centro comercial les dijeron que a partir de este mes recibirían los primeros dividendos, los que lo hicieron en el hotel tendrán que esperar un tiempo más. 

La marca no existe: BD Bacatá

Frente a situación de insolvencia de la compañía; las denuncias de empleados, que dicen que no les han pagado seguridad social; las quejas de incumplimiento a los inversionistas; el no pago a un grupo de proveedores, y el embargo de la marca “BD Bacatá Downtown”, al presidente de BD Promotores, Venerando Lamelas, dio algunas explicaciones: al estar las obra en su etapa final, la compañía ha tenido que ajustar la nómina, y eso ha llevado a reclamos de despedidos; dijo que sus acreedores pueden estar tranquilos, porque sus recursos estarán asegurados con los bienes de la obra, y que el embargo se impuso sobre algo que sencillamente no existe.

“Fue nuestra empresa la que pasó por dificultares financieras, mas no el proyecto. El BD Bacatá tiene suficientes bienes para garantizar todos los pagos a proveedores e inversionistas. En cuanto al mencionado embargo, luego de revisar el proceso, tengo que decir que BD Bacatá Downtown no es una marca que esté registrada y si existe, no sé si está a nombre BD Promotores. Además, Bacatá es una palabra que no podríamos registrar”, agrega. 

Insiste en que una cosa es la empresa BD Promotores y otra los recursos de la obra, las cuales se encuentran asegurados por una fiduciaria, que al final les pagará a todos. “Puede que existan proveedores que han demandado y seguro que podrán cobrar. En cuanto a los inversionistas, tenemos para decir que ya entregamos los apartamentos y las oficinas. Y los inversionistas del centro comercial empezarán a recibir dividendos este mes. Frente al hotel, aún falta un poco”.

Aclara que, si bien algunos inversionistas se han quejado de la demora en el pago de la rentabilidad, insiste en que, aunque han existido demoras, todos han multiplicado su inversión. Pero ¿cómo entender la insolvencia?: “El proyecto es muy grande y algo tan importante puede sufrir dificultades debido a la economía del país o sujeto a las ventas. No obstante, las bondades del proyecto son amplias, de las cuales recibiremos nuestros dividendos. Para la empresa hubiera sido más fácil haber construido 10 edificios más pequeños, pero Bacatá ya es un símbolo de la ciudad”.

 

 

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Por Alexánder Marín Correa (jamarin@elespectador.com) / @alexmarin55

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