"La micromovilidad permite viajes limpios, económicos y rápidos": Andrew Savage

Uno de los miembros fundadores de Lime, empresa que busca ingresar al mercado de los vehículos eléctricos compartidos en Bogotá, afirma que no empezarán a instalar sus vehículos hasta que no exista una regulación, que debido a acercamientos con el Distrito está muy cerca de expedirse.

Redacción Bogotá - Bogota@elespectador.com
23 de marzo de 2019 - 03:23 a. m.
Cali, desde inicios de marzo, fue la primera ciudad del país en permitir la operación de Lime. / Cortesía.
Cali, desde inicios de marzo, fue la primera ciudad del país en permitir la operación de Lime. / Cortesía.

Las ciudades del mundo están cambiando sus modos de transporte y Bogotá no es ajena a esa realidad. Sin embargo, en la capital, la falta de soluciones en cuanto al transporte ha propiciado la expansión de formas ilegales como bicitaxis, vans, buses de servicio especial y hasta mototaxis. Por eso desde hace un año, aproximadamente, a la ciudad están llegando cada vez más emprendimientos locales e internacionales que promueven la micromovilidad, que no es otra cosa que transportes pequeños, generalmente eléctricos, que sirven para viajes cortos y se basan en el concepto de lo compartido. (LEA: Infraestructura y seguridad: los retos para regular la micromovilidad en Bogotá)

Andrew Savage es uno de los miembros fundadores de Lime, una de la empresas que le apuesta a este tipo de modelo en el mundo. Apenas están aterrizando en Colombia, y quieren que su punto de partida sean las grandes ciudades. Ya operan en Cali, y ahora buscan entrar a los mercados de Medellín y Bogotá. En diálogo con El Espectador, Savage habló sobre qué es micromovilidad, sus cualidades y sus retos más importantes para una ciudad como Bogotá.

¿A qué se debe el auge de la micromovilidad en las grandes ciudades del planeta?

La micromovilidad ayuda mucho en las ciudades que tienen un sistema de transporte robusto. Sobre todo, alivia mucho los contextos urbanos pues permite hacer viajes de una manera más limpia, económica y rápida. Hay muchos viajes en carro particular que se pueden hacer con sistemas de micromovilidad. Uno de esos son las patinetas, que no pesan más de 15 kilos.

¿Por qué están convencidos de que la gente puede bajarse de sus vehículos y pasarse a las scooters?

Desde nuestra experiencia internacional sabemos que una de cada tres personas dejó de hacer un viaje en carro particular o taxi y lo sustituyó con un recorrido eh un medio de micromovilidad. Esto quiere decir que por cada tres viajes hay un carro menos en las calles.

Háblenos sobre la trayectoria de Lime...

Lime es una empresa que empezó inicialmente con bicicletas. Hoy el foco son las patinetas, porque descubrimos que nuestros usuarios prefieren usar las scooters antes que las bicicletas y hemos visto que hay una adherencia de las ciudades a este medio de transporte para transportar a las personas en la primera o última milla. Tenemos más de 26 millones de viajes en el mundo, la mayoría de estos entre 3 a 5 kilómetros.

¿Cómo va el proceso de iniciar su operación en Colombia?

Estamos observando el panorama y participando de las discusiones con los gobiernos, pero todavía no hemos empezado en Bogotá, ni en Medellín. En Cali ya arrancamos a operar desde inicios de este mes.

¿Qué conocen sobre las condiciones de Bogotá? ¿Son propicias para la utilización de sus servicios?

Sabemos que Bogotá pasó por alertas ambientales recientemente y sería oportuno aportar al debate público soluciones de cómo podemos mejorar el tráfico. Las scooters son soluciones de primera y última milla para conectar con los sistemas públicos de transporte, así que estaríamos hablando de que muchas personas podrían estar usando este modelo.

¿Cómo han sido los trabajos de articulación con el Distrito?

Estamos contentos porque el Distrito abrió un espacio de discusiones para saber qué camino seguir con la regulación. Estamos siguiendo estas reuniones y ellos nos presentaron una propuesta, que no está claro si es la final o no, pero que igual estamos discutiendo con ellos. Es importante el espíritu de democracia y que la regulación es de una economía que acaba de surgir. Por eso es importante que la norma no limite este mercado y en realidad este modelo sea visto como una alternativa para el transporte y para ayudar a reducir la contaminación del aire. Estamos trabajando muy de cerca y esperamos en abril salga la regulación.

¿En qué términos esperan que se emita la resolución?

Lime apoya las iniciativas regulatorias de las ciudades. Es nuestro principio en todo el mundo. Lo único que buscamos es que esas normas ayuden a la ciudad y sirvan para incrementar este servicio en general, pues eso incentiva el uso de modos de transporte limpios y sostenibles. La regulación tiene un papel fundamental en incentivar el impacto positivo a la ciudad que la economía de las patinetas puede generar.

¿Qué estimaciones tienen en cuanto a alivio del tráfico y la calidad del aire?

Estimamos que una ciudad como Bogotá puede tener en el futuro hasta 100.000 patinetas eléctricas compartidas. Así saldrían de las calles 300.000 viajes por día, se dejarían de emitir 48.000 toneladas de CO2 y cuatro toneladas de material particulado PM 2.5. Bogotá tiene la oportunidad de ser abastecida por energía hidroeléctrica y eso significa que el modelo ayudaría mucho más a la ciudad en temas ambientales.

¿Cómo garantizar la seguridad (vial y personal) de los vehículos eléctricos compartidos?

En cuanto a nosotros, hacemos muchas acciones para educar a los usuarios para manejar las patinetas lo más responsable posible. Dentro de la aplicación hay un entrenamiento y tutoriales de cómo manejar las scooters con seguridad. También trabajamos en el desarrollo de patinetas más seguras para nuestros usuarios, pues los vehículos los fabricamos nosotros mismos en California. Las que estamos preparando tienen una batería que dura más, son más robustas, más pesadas, y tienen aspectos de seguridad que nos han traído muchos resultados.

Además de servicios de micromovilidad, ¿qué más le aportan a las ciudades?

Compartimos nuestros datos con los gobiernos, como las rutas de viaje más usadas y los horarios de mayor uso, para que las ciudades puedan planear su expansión de ciclorrutas. El datasharing (compartir datos a gran escala) es bueno porque suele pasar que tenemos datos que muchas ciudades aún no tienen. Siempre incentivamos a las ciudades y buscamos que sean creativas en la manera de ver la movilidad como un todo.

¿Qué retos tienen los desarrolladores de este tipo de iniciativas para hacerlas más masivas?

Los métodos de pago. En algunas ciudades ya tenemos opción de pago en efectivo. Hay sistemas que cargan créditos para usar después. En este momento buscamos aliados para manejar formas de pago con dinero en efectivo.

Por Redacción Bogotá - Bogota@elespectador.com

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