Aunque hace unas semanas una jueza falló una acción de cumplimiento en la que le dio seis meses al Distrito para que ajuste su propuesta en Lagos de Torca en cuanto a conectividad entre los cerros orientales y el río Bogotá, el proyecto con el que se pretende expandir Bogotá hacia el norte ya dio sus primeros pasos fuera del papel. La Secretaría de Planeación confirmó que el fideicoimiso que firmaron el Distrito y los privados ya recibió 60 hectáreas (suelos por 607.890 metros cuadrados), de las 1.800 que conforman el proyecto. (LEA: Justicia decidirá el futuro de Lagos de Torca)
La entrega significa la primera transferencia de suelo para Lagos de Torca, desde que el pasado 25 de enero se firmó el pacto que oficializó el fideicomiso. Aunque el Distrito no especificó la destinación de los primeros terrenos obtenidos, en todo el proyecto se prevé la construcción de 128.000 viviendas (el 50 % serán de interés social y prioritario), una sede del Hospital Simón Bolívar, centros comerciales, seis nuevas troncales de Transmilenio (entre ellas, la de la carrera Séptima) la ampliación de la avenida Boyacá, la carrera Novena y autopista Norte, y la construcción de cuatro nuevas avenidas en las calles 200, 209, 222 y 235.
De hecho, el terreno que recibió el Distrito, que tiene un área de 60 manzanas, hace parte hace parte del Parque Guaymaral y las extensiones de las Avenidas Boyacá y la carrera Novena. Con la cesión de estos predios, el Distrito también pretende demostrar el aval que le dieron al proyecto las autoridades ambientales de todos los niveles: el Ministerio de Ambiente la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) y la Secretaría de Ambiente, que expidieron un concepto favorable sobre Lagos de Torca.
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“Éstas son las primeras entregas gratuitas de los suelos que conformarán la ampliación de la Boyacá hasta Chía, la construcción de otras importantes vías como la novena, la 200 y la Guaymaral, así como el Parque Metropolitano Guaymaral que será más grande que el Simón Bolívar”, manifestó el secretario de Planeación, Andrés Ortiz Gómez, quien agregó que la ciudadela, en la que vivirán a pocas cuadras personas de todos los estratos, busca fomentar la equidad. “Buscamos una ciudad más equitativa, donde todos los ciudadanos puedan vivir mejor y más felices”.
La cesión de los terrenos, además, significa la primera de las dos transformaciones en la forma como se ha construido históricamente en la ciudad. Según Juan Camilo González, gerente de Lagos de Torca, “estos suelos, que bajo el modelo tradicional la ciudad hubiese tenido que comprar con recursos de los contribuyentes, hoy son recibidos de manera gratuita”. Esto, debido a que la cesión implica que los aportantes de los suelos tienen derecho a desarrollar las áreas privadas.
Los ambientalistas, por su parte, aguardan por la segunda instancia del proceso judicial, que se resolverá en el Tribunal Superior de Cundinamarca, pues en su concepto el proyecto tiene cosas buenas, excepto la propuesta de conectividad. Según los detractores, que redactaron e interpusieron la acción de cumplimiento que terminó fallando la justicia, Lagos de Torca terminará afectando la Van der Hammen, y de hecho sería el inicio de la intervención en la reserva, pues afirman que parte de la franja de conectividad será reemplazada por suelo de desarrollo y de renovación urbana.