Las persistentes amenazas al río Tunjuelo

El Distrito realizó un nuevo cierre de las curtiembres que llevan seis décadas contaminando las aguas del afluente.

Manuela Valencia
28 de septiembre de 2018 - 03:30 a. m.
De 254 curtiembres, solo 76 cumplen las normas ambientales. / Archivo
De 254 curtiembres, solo 76 cumplen las normas ambientales. / Archivo

Las aguas del río Tunjuelo llevan 60 años infectándose con los productos tóxicos que utilizan las diferentes industrias que se establecieron en sus orillas. Entre las primeras en aparecer sobre la ronda del río se encuentran las empresas de procesamiento de pieles de ganado, que desde entonces inciden en la calidad del agua de la cuenca media del afluente. Las curtiembres del barrio San Benito, en Tunjuelito, son en su gran mayoría muy artesanales, por lo que el tratamiento de los químicos utilizados para su producción no cumple las respectivas normas de disposición de residuos.

Pese a los múltiples operativos que el Distrito ha realizado en la zona, las empresas han sabido maniobrar para pagar las multas o funcionar de manera clandestina, haciendo imposible el cumplimiento de la normatividad ambiental. La más reciente inspección se adelantó en la madrugada de ayer, dejando como resultado el sellamiento de 50 curtiembres. De acuerdo con la Secretaría de Ambiente, entidad que adelantó el operativo junto con la Policía y la Unidad de Protección Ambiental y Ecológica, esta decisión se tomó luego de varios llamados realizados a las empresas para que operaran de manera legal.

>>>Lea: Por contaminar el agua del sur de Bogotá, sellan 50 curtiembres del barrio San Benito

Los establecimientos hacen parte de las 254 empresas de procesamiento de pieles que hay en San Benito, de los cuales solo 76 están al día con los trámites ambientales que les permiten operar legalmente. Es por esto que el Distrito, además de realizar sellamientos e imponer sanciones que pueden llegar a $3.600 millones, ha pedido a las empresas fortalecer los planes de reducción de olores para evitar molestias de la comunidad y desarrollar estrategias de prevención en materia de salud y seguridad para las casi 15.000 personas que laboran en las curtiembres.

El proceso que más contamina las aguas del sector es la incorporación de productos químicos a las pieles, con las que se generan descargas de aguas y residuos sólidos que van a dar a la red de alcantarillado público de la zona. Así lo explica Óscar López, subsecretario de Ambiente, quien, no obstante, afirma que las intervenciones han ayudado a mejorar el estado de las aguas del río.

“Para el procesamiento de estos cueros se requiere incorporar productos químicos que tienen cromo para mezclarlos con agua y realizar el lavado de las pieles. Estas aguas terminan contaminando ríos y quebradas. A pesar de ello, el río hoy goza de las mejores condiciones en los últimos 15 años, por la disminución de vertimientos contaminantes”.

Las curtiembres son solo una de las industrias que vierten sus residuos a las aguas del río Tunjuelo. Desde su nacimiento en el páramo de Sumapaz hasta su desembocadura en el río Bogotá, el afluente ha sido blanco de alertas por los índices de contaminación constante. En la parte alta las aguas se han visto afectadas por la molienda y demolición de residuos de construcción. Allí se captaba agua de manera ilegal, luego se incorporaba a los molinos y finalmente se vertían al río las aguas sobrantes. En la cuenca baja, en la zona de los frigoríficos, también se han adelantado operativos de inspección debido a las aguas sanguinolentas que llegan al río.

Por Manuela Valencia

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