Apelación de Ricardo González se escuchará la otra semana: permanecerá en prisión

Continúa la audiencia de medida de aseguramiento contra Ricardo González, segundo implicado en el homicidio del estudiante Jaime Esteban Moreno. A lo largo de los últimos días, la Fiscalía ha sostenido la tesis de que el cartagenero de 22 años no solo participó en la agresión que terminó con la muerte de Moreno, pero también actuó con violencia. Apoyado en videos, fotogramas y testimonio, el ente acusador, espera que la juez acepte su solicitud de enviarlo a prisión.

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La abogada de la defensa de González apeló la determinación de la juez. Su apelación será escuchada el miércoles de la otra semana, desde las 9:00 a.m.

Analizando los argumentos y peticiones, la jueza consideró que la medida de aseguramiento con cárcel es la más idónea para González. Esto en vista de los argumentos y planteamientos de la Fiscalía, es decir, el arraigo no demostrado, la proclividad del procesado a evadir la justicia, e incluso, mencionó, la actitud de abandonar a la víctima al momento de los hechos.

En su hilo argumentativo, la juez analizó que el golpe que le propinó Ricardo González por la espalda a Jaime Moreno, fue más contundente de lo que quiso mostrar la defensa del imputado. Sobre el argumento de la abogada de González, de que su prohijado no actuó en “coautoría”, es decir con premeditación y coordinación intencionada a matar, la desestimó. Resaltó que el golpe fue el que dejó inconsciente a Moreno, pese a lo cual, lo siguieron golpeando: “se actuó con crueldad y salvajismo, de manera consciente”, fue crítica la juez.

Jueza comienza comienza a calificar las pruebas y argumentos sustentados. “Era un muchacho que apenas empezaba a vivir”. Enfatizó en que, el supuesto abuso que justificó la golpiza a Moreno, no tiene sustento. Fue clara en decir que la respuesta violenta, fue “sin motivo y sin razón aparente”.

La juez recrea la argumentación del Ministerio Público y la defensa de víctimas, quienes recriminaron no solo la actitud del procesado sino sus acciones una vez ocurridos los hechos, en particular, al saber que estaba siendo buscado por su responsabilidad en los hechos.

El expediente que recogió la juez incluye también la entrevista del dueño de un food truck en el que trabajó Ricardo González. El hombre relata que el imputado trabajó con él hasta febrero de 2025, renunció, y luego volvió a laborar allí. Cuenta que el 31 de octubre, en la mañana, encontró a Ricardo vestido todavía con orejas negras y camiseta roja, “con mucho trabajo atrasado”. Más tarde, cerca de las 3:00 p. m., Ricardo lo llamó llorando y le mostró una foto en su celular donde aparecían tres detenidos por el homicidio del estudiante de Los Andes (Juan Carlos Suárez y las dos mujeres que los acompañaban). Gallo le preguntó si él también estaba implicado y Ricardo respondió que sí, pero aseguró que “solo lo había empujado”.

El testigo dice que Ricardo se fue ese mismo día, dejando todo tirado, y que incluso una mujer llegó a buscarlo, pero él ya “se había volado”. Luego recibió una llamada del padre de Ricardo, preocupado porque su hijo no aparecía. Más tarde el propio Ricardo lo llamó desde un número distinto.

La testigo explica que asistió al evento “Relaja la Pelvis” en el bar de cuatro pisos donde se originó la noche. Afirma que dentro del establecimiento no vio a Jaime ni a los agresores porque había mucha gente. Se enteró del caso posteriormente por los medios. Indica que el segundo sujeto, Ricardo González — reconocido como el hombre que llevaba máscara con orejas de conejo— también golpeó a Jaime cuando ya bajaban por la calle 64 hacia la carrera 15. Dice que lo vio patear a Jaime una vez que la víctima ya había sido derribada, golpeándolo en la parte superior del cuerpo, principalmente tórax y cabeza.

La Fiscalía incorporó, como mencionó la juez, la entrevista al representante del Before Club, quien explicó que la fiesta “Relaja la Pelvis” comenzó sin incidentes, con cerca de 2.500 asistentes, todos con boleta validada. Asegura que durante la noche no hubo reportes de peleas, aunque varias personas fueron retiradas por ebriedad y atendidas en enfermería. El evento se cerró hacia las 4:51 a.m. Solo horas después, hacia las ocho de la mañana, la administración supo que había ocurrido “algo grave” afuera, cuando comenzaron a circular videos en redes. El establecimiento activó la revisión de cámaras y se puso a disposición de la Fiscalía para colaborar en la investigación.

La juez prosigue la audiencia remarcando el material probatorio que indica la participación de Ricardo González, segundo implicado en este homicidio. Los testimonios de testigos de la cuadra de la carrera 14 con calle 64, son clave para la juez.

La juez llamó a receso tras una detalla reconstrucción del material probatorio, testimonios que han salido a la luz a lo largo de esta diligencia. Retomará la palabra a las 2:30 p.m. para conocer su veredicto frente a la medida de aseguramiento contra González.

En la reconstrucción de los testimonios, al menos cuatro personas y una vecina, estuvieron en el lugar de los hechos. Una joven, acompañante del testigo que grabó uno de los videos clave, dijo que no pudo ver después de la primera patada hacia Jaime Moreno. La vecina que lo vio todo desde la ventana dijo que tras los golpes, los dos agresores (González y Suárez) se fueron junto a las dos mujeres que los acompañaban: la de vestido azul y la de negro (capturadas esa noche). Ambas les repetían, según la vecina, “¿por qué tenían que seguir pegándole en el piso?“. La vecina observó que Jaime quedó ”agonizando", su cara estaba tan magullada por los golpes que creyó que portaba una “máscara”, reconstruyó la juez.

También hubo mención a la entrevista de la señora Emperatriz, vecina, quien al parecer, fue entrevistada por un medio que le solicitó llorar en la grabación, afirmó la declaración leída por la juez.

La juez ha repasado al menos, tres testimonios clave: un testigo que grabó una buena parte de la golpiza que le propinaron al estudiante uniandino Jaime Moreno. Está otra testigo que estaba cerca al Oxxo y la señora Emperatriz, que vio todo desde su ventana.

La jueza repasó los argumentos y evidencias expuestos por la Fiscalía para sustentar la solicitud de medida de aseguramiento contra Ricardo González. Señaló que, aunque la defensa alegó arraigo familiar, este pertenece a los padres y no necesariamente al imputado.

Más adelante la juez repasó los informes de necropsia y la epicrisis de Moreno. No quiso entrar en detalles sobre las lesiones evidenciadas, pero aseguró que las fotografías del rostro del estudiante asesinado, le causaron gran impacto al reconocer múltiples golpes fuertes.

La juez inicia la lectura recogiendo los argumentos de la Fiscalía. Enumeró las entrevistas, videos, álbumes fotográficos y la necropsia que la Fiscalía usó como soportes de su inferencia de responsabilidad. Con esto aseguró que González, de acuerdo con sus acciones anteriores, podría no comparecer en caso de quedar en libertad, señalando que se fue a Cartagena tras los hechos y solo se presentó cuando ya existía orden de captura. Según la Fiscalía, la forma de actuar, la violencia empleada y la gravedad del resultado justifican una medida de aseguramiento carcelario.

Desde que se entregó, diez días después de lo ocurrido, Ricardo González ha asistido a las audiencias en la ciudad de Cartagena. La fiscal adscrita al caso asegura que hubo coautoría, que los involucrados actuaron en grupo y que la oscuridad y el número de agresores dificultaron la defensa de la víctima.

Señaló además, cómo González pretendió huir la justicia al ocultarse durante más de una semana, sabiendo que era buscado por su participación evidente en el homicidio. La Fiscalía señaló que el joven no tiene un domicilio claro y es proclive a evadirse, por lo cual sustentó la cárcel como medida privativa.

La defensa del procesado, en cabeza de una abogada, argumenta lo contrario: que los videos y fotografías no demuestran que González no pateó a la víctima (Jaime Moreno) sino que “se abalanzó sobre él”; sustentó que los testigos identifican como agresor principal al joven de cara pintada de rojo y que no existió acuerdo previo ni concertado. Por último destacó contradicciones en testimonios y cuestiona interpretaciones de la Fiscalía sobre las imágenes. Para evitar la cárcel, la defensora insistió en que la Fiscalía “discriminó” por su situación socioeconómica (vendedor de perros calientes), a su prohijado. Al estar en Cartagena, afirmó la abogada, González no puede ser una amenaza para las víctimas o testigos que residen en Bogotá.

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