Misterio e incertidumbre por homicidio de excombatiente de Farc en el sur de Bogotá

Aunque el asesinato de una exguerrillera de las Farc se configuró como un nuevo ataque al proceso de paz, por ahora no se encienden las alarmas en el Distrito para buscar nuevas estrategias de protección a quienes están en proceso de reincorporación.

Redacción Bogotá - Bogota@elespectador.com
07 de marzo de 2020 - 02:34 a. m.
Según Farc, desde la firma de los Acuerdos de Paz han sido asesinados 188 exguerrilleros. / EFE
Según Farc, desde la firma de los Acuerdos de Paz han sido asesinados 188 exguerrilleros. / EFE

Atónitos quedaron los vecinos del barrio El Tintal, de la localidad de Kennedy en el suroccidente de Bogotá, al conocer que en el sector había sido asesinada una mujer. La víctima era Astrid Conde Gutiérrez, una excombatiente de las Farc, quien de acuerdo con las autoridades fue ultimada con una pistola calibre 7.62 con silenciador. El sobresalto en el barrio fue tal, que varios vecinos evitaron salir de sus casas y otros exigieron a la Policía que hiciera presencia en la zona, lo que derivó en la activación de un plan candado que logró la captura del presunto responsable del asesinato.

>>> LEA: Asesinan en Bogotá a Astrid Conde Gutiérrez, excombatiente de las Farc

Con el de Conde, las Farc tienen documentados 188 asesinatos de excombatientes que firmaron el proceso de paz con el gobierno del expresidente Juan Manuel Santos. El homicidio también se convirtió en el segundo caso en la capital, el primero que se registra en los últimos dos años. La preocupación, por tanto, es máxima si se tiene en cuenta que el homicidio materializa las alertas hechas por la Defensoría del Pueblo por presencia de grupos armados en Bogotá, en las que Kennedy aparece como una de las zonas con mayores advertencias. 

Y aunque para muchos el ataque también concreta las amenazas mediante panfletos intimidantes contra miembros de la extinta guerrilla, de acuerdo con las autoridades la víctima no había reportado ningún tipo de amenaza. De ahí que para algunos analistas del conflicto, el caso puede configurarse como un nueva grieta en el cumplimiento de lo acordado en La Habana.

De acuerdo con Ariel Ávila, investigador y subdirector de la Fundación Paz y Reconciliación, “estos hechos causan pánico en la base guerrillera y puede llevar a que muchos se vayan a las disidencias, solo por salvaguardar su vida. También demuestra que los planes del Gobierno no han servido para nada y es más discurso que práctica” También, dice Ávila, el hecho envía un mensaje para que Bogotá comience a pensar mejor la atención a quienes dejaron las armas. “En la época de desmovilización paramilitar se creó un programa exitoso de atención al desmovilizado que previno muchas cosas. La capital podría volver a implementar algo similar”.

Por su parte, el Distrito, mediante la Alta Consejería para los Derechos de las Víctimas, la Paz y la Reconciliación, rechazó el asesinato de Conde y exigió a las autoridades judiciales que aceleren la investigación.

Al respecto, según informó el coronel Necton Borja, comandante operativo de la Policía metropolitana de Bogotá, ya se designó un fiscal y un equipo de investigadores que van a orientar las averiguaciones. “Esperamos que el responsable de los hechos coopere para establecer los móviles que lo condujeron a cometer este asesinato. El capturado tiene antecedentes porque estuvo vinculado a procesos por tráfico, fabricación y porte ilegal de armas, y hurto en diferentes localidades de Bogotá”.

Sin embargo, a pesar de que el hecho podría considerarse un campanazo para reforzar la seguridad de los excombatientes que decidieron trasladarse a Bogotá, el Distrito por ahora no anuncia nuevas medidas de seguridad para quienes se encuentran en proceso de reincorporación a la sociedad, ni se contemplan planes  para evitar que la violencia urbana se vuelva a asentar en determinadas zonas de la capital.

¿Quién fue la víctima?

Durante 24 años, Astrid Conde Gutiérrez fue combatiente de las Farc. Tras la firma de los Acuerdos de Paz, estaba en un proceso de reincorporación a la vida civil.  

En su tiempo en la guerrilla, Conde fue conocida como Nancy, fue compañera de Miguel Botache Santillana (alias Gentil Duarte) uno de los disidentes de las Farc más buscados del país, con quien mantuvo una relación hasta 1998 de la cual nació un hijo. Nancy y Gentil Duarte hacían parte del Frente Séptimo del Bloque Comandante Jorge Briceño (otrora Bloque Oriental) de las Farc.

Conde fue capturada y enviada a prisión en 2012 por participar en el ataque a Miraflores en el que fueron asesinados tres civiles y 16 miembros de la Fuerza Pública, y secuestrados otros 129 uniformados. Además, se le sindicó de la incineración de dos camiones en el año 2010 en el departamento del Meta. En su permanencia en prisión, tuvo que enfrentar un agresivo cáncer de seno, donde denunció no haber recibido el tratamiento adecuado. 

Tras su desmovilización, Conde participaba activamente en el proceso de reincorporación en Bogotá. También hacía parte de un grupo de mujeres llamado “Defensa & Derechos”, asociado a la Corporación Solidaridad Jurídica, organización defensora de derechos humanos.

Por Redacción Bogotá - Bogota@elespectador.com

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