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Movilidad en la Carrera Séptima: 23 años entre promesas, debates y proyectos inconclusos

La idea de construir una troncal de TM por la Carrera Séptima estuvo muy cerca de prosperar, pero naufragó debido a que la administración López llegó con otro plan y encontró una licitación suspendida. Se sumó así a la lista de proyectos planteados desde 1997, que fracasaron por desavenencia política, falta de ejecución u oposición ciudadana.

Redacción Bogotá
25 de julio de 2020 - 11:12 p. m.
El proyecto de Transmilenio por la Séptima fue el que estuvo más cerca de concretarse. Se hundió en el proceso licitatorio.
El proyecto de Transmilenio por la Séptima fue el que estuvo más cerca de concretarse. Se hundió en el proceso licitatorio.
Foto: IDU

La alcaldesa de Bogotá, Claudia López, anunció esta semana la revocatoria de la licitación para construir la troncal de Transmilenio (TM) por la Carrera Séptima de la que se viene hablando desde 2007. Con esta decisión, se da vía libre a la estructuración de un nuevo proyecto para la Séptima, como prometió en campaña la mandataria. Su idea es hacer en la 7ma un Corredor Verde, sobre el que sin embargo hay muy pocas cosas claras. Lo único cierto por ahora es que el nuevo proyecto no se basará en el modelo Transmilenio, sino en un transporte basado en energías limpias, que por supuesto se tendría que articular con el resto del sistema de transporte público de la capital.

El Corredor Verde se convierte así en un proyecto más para mejorar la movilidad y el espacio público de la Séptima, siendo la octava propuesta que se plantea en 23 años. En este tiempo, el proyecto que logró más avances fue la troncal de Transmilenio, obra que se planeó en la administración del exalcalde Enrique Peñalosa y que se quedó en la etapa de licitación, detenida por orden judicial.

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Más allá de las motivaciones para el cambio de proyecto, durante la estructuración de la troncal se llevaron a cabo decenas de foros, debates y se abrieron múltiples espacios de discusión en los que lo único que quedó claro era la necesidad de intervenir la 7ma y renovar su ecosistema de movilidad y espacio público. Según proyecciones de la anterior administración, no intervenir la Séptima significa que dentro de unos años será mejor caminar que transportarse en vehículo o bus. Además, hacer un corto recorrido por la avenida es suficiente para evidenciar el mal estado de los andenes y la falta de iluminación en algunas calles.

Pero para hablar de planes de intervención en la Séptima hay que remontarse a 1997, en una de las cientos de veces que se habló de construir la primera línea de metro para Bogotá. Uno de los tramos del proyecto férreo estaba propuesto entre las calle 28 y 72 de la 7ma. Ocurrió durante la transición Mockus-Peñalosa, y en 1998 el entonces presidente Ernesto Samper se comprometió a financiar el 70 % de la obra.

En 2000, en su primera administración, Peñalosa propuso pausar el proyecto del metro de Bogotá y dar prioridad al naciente sistema de transporte que propuso el entonces mandatario: Transmilenio. La razón del cambio fue un ahorro y que el modelo de troncales representaría un mayor cubrimiento de zonas.

En 2007, el exalcalde Lucho Garzón fue el primero en proponer una troncal de TM por el corredor. Garzón hizo los primeros estudios de factibilidad para construir una troncal desde la calle 34 hasta la 100, con desniveles en las calles 72 y 85. Garzón dejó los diseños, pero la tarea de continuar el proyecto se la dejó a su sucesor, Samuel Moreno.

El proyecto sufrió otro revés en 2010, pues Moreno rechazó los estudios que le dejaron y llegó con otro plan: construir un “Transmilenio ligero”, entre las calle 34 y 72. La decisión no fue solo de Moreno, pues la Procuraduría le ordenó suspender la troncal al tener tantos cambios los diseños iniciales.

En 2011, Clara López, alcaldesa encargada tras la suspensión de Moreno, cambió de nuevo los planes. Pausó el contrato de la troncal ligera y anunció por primera vez un “Corredor verde”, del que no dio mayores detalles más allá de que se trataría de una línea con articulados eléctricos, que se moverían por la Séptima entre calles 34 y 170.

Y en 2013, como ninguno de esos proyectos quedó al menos en papel, la administración de Gustavo Petro diseñó su propio plan. Era un tranvía, desde el portal del 20 de Julio hasta la calle 193, pero la propuesta contó con una fuerte oposición del Concejo, que no lo aprobó y se desvaneció una idea más de modernizar el transporte en la Séptima.

El último descalabro en la idea de renovar el espacio público, la movilidad y el arbolado de la tradicional carrera 7ma lo tuvo el gobierno Peñalosa, que se propuso completar la red Transmilenio, que tiene un rezago enorme. Cuando el exalcalde proyectó el sistema, en el 2000, se preveía tener a estas alturas 380 kilómetros de red troncal, pero hoy apenas hay 114 kilómetros. Por eso Peñalosa se la jugó toda por construir la troncal de la Séptima, además de las líneas pendientes en la Av. 68 y la Av. Ciudad de Cali.

No la tuvo nada fácil Peñalosa ni quien fue su directora en el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU): Yaneth Mantilla. Fue ella quien diseñó el muy publicitado proyecto de “La Nueva 7ma” y tuvo que hacer frente a la férrea oposición que surgió desde 2017 en contra de ese plan. Varios comités a lo largo de la Séptima se organizaron y realizaron plantones, marchas y acompañaron las acciones populares que terminaron truncando el avance de la troncal. Aunque se interpusieron varias demandas, hay cuatro activas y, de esas, dos contenían las medidas cautelares que llevaron a la suspensión de la licitación por parte de un juez.

LEA: Transmilenio por la Séptima: crónica de un revés anunciado

Ahora, la administración López trabaja por presentar un nuevo proyecto que sustituya la troncal de Transmilenio, pero desde ya es claro que no cortará la cinta inaugural de la obra. Esto, porque realizar unos nuevos diseños tomará por lo menos dos años.

Sin embargo, la alcaldesa ya dio algunas fechas tentativas. Su idea es que en agosto se cierren por completo los cuatro procesos jurídicos en contra de la troncal, debido a que ya no existe el objeto de la controversia, que es la licitación que se cerró. En septiembre iniciaría el proceso de participación con la comunidad, tal como quedó estipulado en el Plan de Desarrollo que viabilizó el Corredor Verde sobre la troncal de TM. Ese proceso irá hasta octubre y el objetivo es que a final de año esté listo el diseño.

Si ese cumple ese cronograma, el IDU podrá contratar los diseños finales en 2021, para que las obras empiecen a más tardar en 2022.

Al cambiar el proyecto, la alcaldesa se juega una enorme carta con la que seguro se evaluará su gestión cuando acabe el periodo de gobierno, puesto que si el Corredor Verde también fracasa, sus opositores le cobrarán no haber continuado con el proyecto de la troncal, que por ahora es el que ha tenido más avances.

De hecho, desde ya hay varias figuras políticas que alistan una rigurosa veeduría al proyecto del Corredor Verde. La principal es Peñalosa, quien cuestionó con vehemencia el cambio que se hizo al proyecto que dejó casi listo. En su cuenta de Twitter, el exmandatario hizo una serie de publicaciones en las que aseguró que en la Séptima no hay “alternativa alguna distinta de TM” y resaltó las bondades que siempre le ha atribuido a ese sistema de transporte.

La pelota ahora está en manos del gobierno López, que debe apresurarse a estructurar el Corredor Verde, pues si el proyecto no queda lo suficientemente claro y avanzado, corre el riesgo de quedar como una propuesta más y ser cambiado por lo que proponga quien la suceda en el Palacio Liévano en 2023.

Redacción Bogotá

Por Redacción Bogotá

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