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Después de haber superado un cáncer, el conocido empresario de taxis Uldarico Peña murió en la mañana de este domingo, a la edad de 84 años. Este hombre era dueño de la empresa Radio Taxi Aeropuerto (Taxis Libres), creada en 1982 junto a su socio José Eduardo Hernández.
La velación se realizará en el Cantón Norte, al norte de Bogotá, por tratarse de un retirado del Ejército, pues ejerció como suboficial durante 22 años, hasta alcanzar el grado de sargento mayor. Hizo parte del cuerpo de seguridad del presidente Gustavo Rojas Pinilla y de la Guardia Presidencial de Alberto Lleras Camargo y Guillermo León Valencia, y además combatió contra las guerrillas liberales en el Valle del Cauca y Tolima.
Stefanía Hernández, hija mayor de su socio y su sucesora en el cargo de gerente de Taxis Libres, declaró mediante un comunicado que, durante décadas, Peña fue la imagen mediática y política del gremio taxista de Bogotá. "Fue una persona positiva en todos los sentidos, fuerte y lúcida hasta el último momento de su vida", expresó la empresa Taxis Libres en un comunicado. Sus adversarios, sin embargo, siempre criticaron el poder que alcanzó como dirigente gremial.
Peña fue el principal rostro del sector taxista en contra de aplicaciones como Uber o Cabify. “Estoy de acuerdo con la tecnología, siempre y cuando cumpla con las normas de transporte. El que quiera trabajar debe crear una empresa de transporte para que tenga sus carros afiliados y cumpla con responsabilidades, como la seguridad del pasajero”, señaló el empresario en una entrevista a este medio.
Su interés, sin embargo, era claro: ese tipo de empresas amenazaban su propio patrimonio. Fue tal su nivel de influencia que en 2015, cuando el Gobierno Nacional debatía cómo reglamentar las nuevas aplicaciones de transporte público, Uldarico amenazó que su empresa -que reúne a más de 35.000 afiliados- se iría a paro si Uber era legalizado. Al punto que cuando la entonces ministra Natalia Abello salió en rueda de prensa a notificar sus decisiones, lo hizo con Uldarico Peña al lado.
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En el ministerio de Abella, una decisión fue clave para la empresa no solo se valorizara sino que acumulara más poder: se congeló el parque automotor de los carros blancos de transporte especial. "Según supo La Silla, el decreto que sacó Abello mantuvo muchos de los cambios en los que originalmente venía trabajando la ex ministra Cecilia Álvarez-Correa para ordenar los taxis blancos, que son uno de los sectores más caóticos y propensos a la piratería del transporte público. Pero la idea que beneficia a Uldarico solo llegó en tiempos de Abello y -según dos personas que conocieron el proceso- había sido tajantemente rechazada antes", publicó entonces La Silla Vacía.
Uldarico Peña, quien nació en el municipio de Junín (Cundinamarca) en 1934, se hizo taxista después de haberse retirado del Ejército. En sus comienzos hacía carreras en el Aeropuerto El Dorado donde conoció José Eduardo Hernández, con quien posteriormente crearía una central telefónica de taxis que es hoy la más grande de la ciudad. No en vano han sido llamados los "zares" de los taxis.
El crecimiento de la empresa fue rápido. Para 1986 lograron una licencia para operar como empresa con 200 taxis, cuya meta alcanzaron al cabo de un año luego de implementar la estrategia de dar gratis la afiliación. Al año siguiente lograron que la ETB les diera una línea privilegiada, de fácil recordación, con el número 2111111, y montaron una central telefónica mucho más robusta con 20 operadoras.
De esta manera, con el pasar de los años, se convirtieron en la empresa más influyente de taxis en la ciudad. En la actualidad la organización tiene varias empresas vinculadas al gremio, como Taxis Libres y el Centro Comercial Carrera (especializado en servicios para taxistas), contando así con más 35 mil taxis. Una cantidad que se volvió, a la vez, un fortín político. Peña negó su intromisión en política, pero también fue siempre cuestionado por ello.
Peña y su socio Hernández fueron más de una vez la "piedra en el zapato" de las administraciones locales. En la era de Antanas Mockus, por ejemplo, fueron la cara de la oposición a la decisión del alcalde de aplicar pico y placa también para buses y taxis de la ciudad. Incluso fueron investigados por haber, supuestamente, promovido un trancón caótico. Fueron acusados de instigar planes tortuga para entorpecer el tráfico de Bogotá en su beneficio en más de una ocasión.
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El entierro se llevará a cabo el próximo martes, 8 de mayo.
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