Un niño de seis años cayó desde el tercer piso de un edificio en el barrio Bosa La Libertad, al suroccidente de Bogotá, mientras su padre se ausentó por unos minutos para comprar comida. El menor, que se encontraba solo en el apartamento, sobrevivió al accidente y por fortuna permanece fuera de peligro, según informaron las autoridades.
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De acuerdo con la información preliminar suministrada por las autoridades, la noche del martes 4 de noviembre, el menor despertó y, al no encontrar a su padre, se acercó a la ventana para buscarlo. En ese momento perdió el equilibrio y cayó al vacío. El impacto fue amortiguado por un pequeño jardín del conjunto residencial, lo que evitó un desenlace fatal.
“El menor cayó en un antejardín y presenta lesiones leves en las extremidades inferiores. Fue trasladado a un centro asistencial, donde permanece estable. En este momento estamos haciendo una actividad de verificación para establecer la responsabilidad del padre del menor lesionado”, explicó el teniente coronel Luis Pardo, oficial de inspección de la Policía Metropolitana de Bogotá.
El caso ha generado preocupación entre los vecinos y volvió a poner sobre la mesa la discusión sobre la seguridad infantil dentro de los hogares. Cabe recordar que, semanas atrás, un hecho similar se presentó en otro sector de la ciudad, cuando una niña de cuatro años cayó desde un edificio en la localidad de Engativá mientras su madre no se encontraba en casa. Lamentablemente en este caso la menor falleció debido a la gravedad de golpe.
La supervisión, un deber que salva vidas
El Código de Infancia y Adolescencia establece que los padres o cuidadores deben garantizar la seguridad y el bienestar de los menores en todo momento. Dejar a un niño solo, incluso por un corto periodo, puede representar un riesgo considerable, especialmente en viviendas de varios pisos o con ventanas sin protección.
En ese sentido, instalar rejas o protectores en los ventanales, restringir el acceso a balcones y reforzar la supervisión de los menores, incluso durante breves ausencias, puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Las autoridades reiteran que “no existen lapsos seguros para dejar a un niño solo”, ya que un descuido de minutos puede derivar en una tragedia.
Aunque este caso tuvo un desenlace afortunado, reabre el debate sobre la corresponsabilidad en el cuidado infantil y la necesidad de fortalecer la prevención dentro de los hogares urbanos.
Tragedia en Cundinamarca: niña desaparecida tras corriente súbita
En un hecho separado, en el municipio de Gutiérrez (Cundinamarca), continúa la búsqueda de una niña de 11 años que fue arrastrada por una corriente súbita durante un paseo familiar en el río Blanco. Otra menor sobrevivió gracias a un flotador y a la reacción de la comunidad que advirtió a tiempo la creciente súbita.
Los hechos se presentaron el lunes 3 de noviembre. Las jornadas de búsqueda continuaron sin éxito el martes 4 de noviembre y continuarán en las próximas horas.
“Las labores continúan bajo la coordinación de Bomberos Cundinamarca, con el apoyo del Cuerpo de Bomberos de Ubaque, los equipos operativos del municipio de Gutiérrez y unidades de bomberos de Fómeque y Guayabetal, que realizan un monitoreo constante del cauce del río”, señaló el gobernador de Cundinamarca, Jorge Emilio Rey.
Tanto el accidente en Bogotá como la tragedia en Cundinamarca ponen de relieve la vulnerabilidad de la niñez ante entornos cotidianos que, con medidas de precaución y acompañamiento, podrían ser más seguros.
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