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Se ha generado una creciente desinformación acerca del tema de las reservas técnicas con las que deberían contar las aseguradoras en salud EPS, cuya ausencia se ha querido señalar como resultado de la corrupción que desfinancia el sistema. Esto, además de desconocimiento sobre el tema, refleja más bien un interés por deslegitimar el aseguramiento en salud, para justificar desmontarlo.
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En cualquier entidad aseguradora, independientemente del sector en el que trabaje, existen dos tipos de reservas que respaldan su operación. Unas de carácter patrimonial, con las que los dueños de la entidad garantizan con recursos propios los vaivenes del negocio. Esto es, cuando en ocasiones y de manera transitoria los gastos superan los ingresos, estas se utilizan para mantener el flujo constante de recursos hacia los prestadores del servicio.
El otro tipo de reservas son las conocidas como “técnicas”, que consisten en guardar en instrumentos financieros de alta liquidez, parte o todo el monto de los dineros que se le entregan a las aseguradoras con el fin de respaldar el pago futuro de los servicios. Dicho de una manera sencilla, el primer mes de creada la entidad recibe el pago del seguro, pero muy seguramente en ese lapso nadie o muy pocos demandan servicios, por lo que la entidad deberá guardar ese dinero para pagar cuando esto suceda más adelante.
Pero en la mayoría de las aseguradoras de salud colombianas eso no sucedió por varios motivos. El primero, cuando una EPS afilió al inicio personas enfermas o las sigue recibiendo de EPS liquidadas ante la prohibición de negarles la afiliación, incurrió en costos de atención sin haber recibido el pago por ello. Es como comprar un seguro hoy y pretender que te reparen el carro accidentado hace un año.
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En segundo lugar, en la medida en que la acción de tutela comenzó a crecer de manera exponencial desde 2005, los aseguradores debieron asumir de sus propios recursos y de la misma UPC, el costo de estos servicios que no contemplados en el pago regular que recibían y que el gobierno en muchos casos no reconoció, lo hizo parcialmente varios meses y años después o aún no lo ha hecho.
Y finalmente, la Unidad de Pago por Capitación se tornó insuficiente para cubrir el costo de los servicios por los avances tecnológicos y el envejecimiento de la población, superando el tope (92%) de los recursos que se deben destinar a este concepto, lo que viene ocurriendo hace ya varios años. Estas tres circunstancias han traído como consecuencia que las EPS les ha sido imposible cumplir con el requisito de mantener reservas técnicas por física incapacidad para hacerlo.
Es posible que haya existido corrupción en el manejo de estas reservas y que se hayan desviado recursos irregularmente, pero de ninguna manera este fenómeno alcanza a explicar la magnitud de una situación que afecta hoy a la totalidad de las EPS. Es una exageración que en nada contribuye a resolver los problemas.
