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Prueba de lo anterior es lo que hoy está ocurriendo con los semáforos en las localidades de Kennedy y Bosa, que, según dice la secretaria de Movilidad, Claudia Díaz, se han visto afectados por manos de la delincuencia en la ciudad.
Puede que esto sea cierto. El tema es que, cuando estamos a punto de cumplir un mes con muchos de estos semáforos sin funcionar, nadie está pidiendo explicaciones. Lo que los ciudadanos en estas localidades exigen a grito entero es que se solucione el problema.
A estas alturas, estos semáforos ya deberían estar completamente restablecidos; sin embargo, no es así. Y es ahí donde uno se pregunta qué espera la Administración Distrital para tomar el toro por los cuernos y solucionar este asunto. ¿Acaso que se presente un grave accidente que involucre a menores de edad o a personas de la tercera edad?
Dijo el alcalde Galán, el día de su posesión, que sus funcionarios de primer orden estarían más en las calles que en las oficinas. Si calificamos lo que hoy ocurre, la conclusión sería que sus secretarios no le copiaron y permanecen encerrados en sus oficinas, vaya uno a saber si a la espera de los reportes que presenten sus asesores y asistentes.
En temas de movilidad, la Alcaldía de Galán parecería estar improvisando, porque la secretaria Claudia Díaz actúa como si las situaciones la tomaran por sorpresa.
Sucedió cuando se derribó el puente de intersección entre la Calle 13 y la Avenida Las Américas. La funcionaria no previó la necesidad de estructurar un plan de movilidad en este punto que evitara mayor traumatismo en la congestión vial como consecuencia de la obra de construcción. No: la doctora Díaz se dio cuenta después, es decir, cuando las quejas de los ciudadanos inundaron las redes sociales por el traumático flujo de los vehículos particulares y del TransMilenio que circula desde y hacia la localidad de Kennedy.
Sucedió también con un partido de fútbol en el estadio El Campín, que tuvo lugar después de las 8 de la noche. No se previó que se requería un plan de movilidad especial que garantizara el normal regreso a casa de los asistentes.
Y está sucediendo también por las noches, después de las 10, cuando mucha gente trata de regresar a casa y no puede porque las rutas de TransMilenio comienzan a cerrar a las 9 de la noche.
La ciudad no funciona hasta las 10 de la noche como pasaba en los años 80, mi querida secretaria. Prueba de ello es la población universitaria que estudia por las noches, sale a las 10, y debe padecer la escasez de rutas tanto del SITP como de TransMilenio, exponiéndose así a la inseguridad.
Por lo anterior, secretaria, la invito a usted y a la gerente de TransMilenio a salir de la oficina y recorrer las vías, para que se den cuenta de que la realidad de hoy no es la misma de ayer, en la que ustedes parecen vivir. También la invito a dejar las explicaciones y hablar de soluciones; una de ellas, el restablecimiento de la red semafórica en las localidades de Kennedy y Bosa.
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