“Pedí a la justicia militar que defina si fue un acto del servicio”: comandante Policía de Cundinamarca
El comandante de la Policía de Cundinamarca, coronel César Castro, asegura que se adelantan las investigaciones disciplinarias ante el incendio en el CAI de San Mateo, en Soacha, así como se solicitó a la Fiscalía abrir una indagación.
Después de la tragedia que se registró el pasado 4 de septiembre en la estación de Policía de San Mateo, en Soacha (Cundinamarca), donde fallecieron nueve reclusos tras un incendio, las críticas han apuntado una vez más a la Policía. Los familiares de las víctimas no solo han señalado a los uniformados de haber caldeado los ánimos al prohibir ese día las visitas, sino que los han señalado de no auxiliar a tiempo a las víctimas.
Lea: Lo que hay detrás del incendio en CAI de Soacha
El Espectador habló con el coronel César Castro, comandante de la Policía de Cundinamarca, quien se refirió no solo a las condiciones de hacinamiento en la estación, sino a lo que ocurrió ese día, las investigaciones que están en curso, así como su solicitud para que sea la justicia penal militar la que determine si lo que ocurrió fue un acto del servicio o no.
Es conocido el hacinamiento en las estaciones, ¿cómo reparten a condenados y sindicados?
Toca donde haya espacio, porque no hay celdas para separarlos. Tampoco podemos llevarlo a otros municipios, porque cada población tiene su estación y sala de retenidos. Los casos atípicos se dan en los municipios de esta zona, donde tenemos hacinamiento.
El primer choque con las familias de los internos fue la prohibición de visitas. ¿Por qué tomaron esa decisión ese día?
Por la pandemia, porque las estaciones de Policía no son aptas para recibir visitas a retenidos. Pero fue una decisión que se tomó desde antes, no fue solo ese día. De hecho, la Policía fue laxa con varios de ellos al permitirles videollamadas con las familias. Y eso lo hacemos para que se sientan mejor y tengan una vida digna.
¿Realmente cuántos policías había al momento del incendio?
Para ese momento había cuatro, dos que estaban entregando turno y dos que estaban recibiendo. Por la asonada, tuvieron que llegar refuerzos de otros lugares del municipio.
Para atender casos de asonadas e incendios, como el que ocurrió ese día, ¿cuál es el protocolo?
Contra las asonadas no, pero en casos de incendios sí, porque se trata de un tema humanitario, en el que se tiene que pensar en la vida de quienes están ahí.
¿Cómo va el tema de las investigaciones?
Actualmente hay dos. Una de tipo disciplinario y otra penal, que adelanta Fiscalía. Además, como comandante de Policía Cundinamarca pedí a la justicia penal militar para que decida si esto fue un acto de servicio o se sale de su jurisdicción. Todo eso se hizo en septiembre.
¿Se han acercado a las familias de las víctimas del incendio?
No, porque como el incendio se da en custodia y luego fallecen, el dolor de ellos en contra de la Policía no facilita un acceso inmediato. Es más, al momento sé que los únicos con los que han hablado ha sido con la administración municipal, que es la que ha estado pendiente. Mi competencia va hasta informarles a las autoridades lo que pasó.
Después de la tragedia que se registró el pasado 4 de septiembre en la estación de Policía de San Mateo, en Soacha (Cundinamarca), donde fallecieron nueve reclusos tras un incendio, las críticas han apuntado una vez más a la Policía. Los familiares de las víctimas no solo han señalado a los uniformados de haber caldeado los ánimos al prohibir ese día las visitas, sino que los han señalado de no auxiliar a tiempo a las víctimas.
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El Espectador habló con el coronel César Castro, comandante de la Policía de Cundinamarca, quien se refirió no solo a las condiciones de hacinamiento en la estación, sino a lo que ocurrió ese día, las investigaciones que están en curso, así como su solicitud para que sea la justicia penal militar la que determine si lo que ocurrió fue un acto del servicio o no.
Es conocido el hacinamiento en las estaciones, ¿cómo reparten a condenados y sindicados?
Toca donde haya espacio, porque no hay celdas para separarlos. Tampoco podemos llevarlo a otros municipios, porque cada población tiene su estación y sala de retenidos. Los casos atípicos se dan en los municipios de esta zona, donde tenemos hacinamiento.
El primer choque con las familias de los internos fue la prohibición de visitas. ¿Por qué tomaron esa decisión ese día?
Por la pandemia, porque las estaciones de Policía no son aptas para recibir visitas a retenidos. Pero fue una decisión que se tomó desde antes, no fue solo ese día. De hecho, la Policía fue laxa con varios de ellos al permitirles videollamadas con las familias. Y eso lo hacemos para que se sientan mejor y tengan una vida digna.
¿Realmente cuántos policías había al momento del incendio?
Para ese momento había cuatro, dos que estaban entregando turno y dos que estaban recibiendo. Por la asonada, tuvieron que llegar refuerzos de otros lugares del municipio.
Para atender casos de asonadas e incendios, como el que ocurrió ese día, ¿cuál es el protocolo?
Contra las asonadas no, pero en casos de incendios sí, porque se trata de un tema humanitario, en el que se tiene que pensar en la vida de quienes están ahí.
¿Cómo va el tema de las investigaciones?
Actualmente hay dos. Una de tipo disciplinario y otra penal, que adelanta Fiscalía. Además, como comandante de Policía Cundinamarca pedí a la justicia penal militar para que decida si esto fue un acto de servicio o se sale de su jurisdicción. Todo eso se hizo en septiembre.
¿Se han acercado a las familias de las víctimas del incendio?
No, porque como el incendio se da en custodia y luego fallecen, el dolor de ellos en contra de la Policía no facilita un acceso inmediato. Es más, al momento sé que los únicos con los que han hablado ha sido con la administración municipal, que es la que ha estado pendiente. Mi competencia va hasta informarles a las autoridades lo que pasó.