Acabar amordazado en su casa o ser víctima de motoladrones en el barrio son modalidades frecuentes en Bogotá, ciudad donde ni siquiera los concejales se salvan de la delincuencia. Dicho así, el panorama de seguridad parece crítico, pero al ver las estadísticas de criminalidad la realidad parece otra. Pese a ello, el Concejo prepara una moción de censura contra el secretario de Seguridad, César Restrepo. Justo en este contexto, dividido entre la data, la percepción y el miedo, llega un nuevo aire a la Policía Metropolitana de Bogotá con la designación del general Giovanni Cristancho Zambrano como nuevo comandante.
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La llegada de Cristancho se da como resultado del remezón en la Policía Nacional y llega con el respaldo del nuevo director de la Policía, un viejo conocido en la capital: el general Carlos Fernando Triana, quien comandó la Mebog entre agosto de 2022 y mayo de 2023, marcando un hito en la capital: una reducción histórica en la tasa de homicidios, al ubicarla en 12,9 casos por cada 100.000 habitantes, según destacó el Ministerio de Defensa.
Este es un dato que se convierte en un reto para cualquier comandante en la capital, teniendo en cuenta que dos años después de la gestión de Triana el logro se alejó: en el primer año de la “Bogotá Camina Segura”, de Carlos Fernando Galán, la tasa de homicidios superó los 15 casos por cada 100.000 habitantes, bajo la comandancia del saliente general José Daniel Gualdrón, quien tuvo un año complejo, pero no del todo perdido en materia de seguridad.
Cifras vs. percepción
La última semana la capital conoció hechos preocupantes: al concejal Rolando González lo encañonaron y lo asaltaron al frente de su casa, en Chapinero; un grupo de delincuentes ingresó a un conjunto en Lagos de Torca (Suba) y amordazó a tres familias para asaltarlas; en un gimnasio del barrio Castilla (Kennedy) se registró un asalto masivo; una niña, de cuatro años, murió por una bala perdida, en medio de un ataque sicarial, y una bandera del ELN apareció en el norte de la ciudad. Y la lista puede continuar si revisamos, en retrospectiva, los 14 meses de esta administración.
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Paradójicamente, en contraste con los casos de hurtos violentos, que se viralizan en redes sociales y que aumentan la percepción de inseguridad, la Policía sostiene que en 2025 el índice de robos y otros delitos vienen disminuyendo. A la fecha han capturado a 1.319 personas por este delito, y sus diferentes modalidades reportan reducciones importantes. Por ejemplo, el hurto a comercio cayó 49 % el de residencias, 32 %; a personas, 35 %, y de automotores, 41 %, según indicó la institución a El Espectador. De igual forma, vienen disminuyendo otros delitos, como violencia intrafamiliar y lesiones personales. ¿Cómo entender que haya una reducción, pero la impresión capitalina y las imágenes de violencia continúan creando un clima de zozobra?
Andrés Nieto, experto en seguridad, analiza: “Este no es un debate sobre si es percepción o victimización, son las dos, solo que responden a distintas variables, igual de importantes. El problema con el hurto, a diferencia del homicidio, es que sí depende de las denuncias. Si la víctima no realiza el reporte oficial no hay conteo de la misma, mientras que para registrar los muertos no se necesita una denuncia, sino el levantamiento del cuerpo. De ahí que pueda ser que las personas se cansaron de denunciar, mucho más con lo engorroso que puede resultar hoy interponer una denuncia”.
Lo que le espera al comandante
Reducir la tasa de homicidios será uno de los principales retos del general Cristancho. Entre el 1° de enero y 15 de febrero de 2025 se presentaron 133 casos, 16 más de los registrados en el mismo período del año anterior. En 2024, asesinaron a 1.204 personas, lo que representó un aumento del 11 % frente a 2023 (1.084 casos). Adicional a la estrategia contra el homicidio, un componente de género será otro elemento a tener en cuenta, anota el concejal Julíán Sastoque (Alianza Verde), pues en 2024 el número de mujeres asesinadas aumentó 29 % frente a 2023. “115 casos en 2024 es la cifra más alta desde 2015″, señaló.
“El nuevo comandante recibe una ciudad con un progresivo incremento en los homicidios, que pasó del 5 % entre 2022-2023 al 11 % entre 2023-2024. Además, con un aumento de la extorsión de casi 60 %, y de los delitos sexuales 4 %. Su gran reto será convencer a la ciudadanía y a las instituciones de que se requiere del apoyo de todas las partes y sectores de la administración para combatir el delito. Una mejora en las relaciones, no solo de palabra, será clave, así como recibir un apoyo que se materialice en hechos. Para empezar, podrían darle a la Policía lo que necesita para trabajar, como movilidad y comunicaciones”, añadió Nieto.
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Julián Uscátegui (Centro Democrático), concejal activo en la bancada por la seguridad, afirma que la nueva cabeza de la Mebog debe, por un lado, fortalecer la Policía, que tiene un déficit de casi 10.000 uniformados, y mejorar la dotación, vehículos y herramientas necesarias para combatir el crimen”. En cuanto a la dotación, la concejal Diana Diago (Centro Democrático) se adhiere al debate resaltando el estado de la flota de la Policía.
En agosto de 2024 la concejal denunció que había 835 patrullas fuera de servicio (718 motos y 117 carros). Siete meses después encontró que aumentaron los vehículos fuera de servicio: ahora son 1.055 de los casi 4.000 que tiene a cargo la Secretaría de Seguridad. “Es inaudito que la cuarta parte de los vehículos entregados por la ciudad estén inservibles. Es una ofensa con los bogotanos”, recalcó.
Moción de censura
En la palestra política quedó el secretario de Seguridad, César Restrepo. Desde el cabildo, instancia donde los concejales han seguido de cerca los avances en seguridad, baluarte del Plan de Desarrollo de Galán, han pedido su renuncia.
Julián Uscátegui informó a este diario que el próximo martes radicará la moción, a la que, dicen desde la corporación, ya se han sumado varias bancadas. “Lo difícil de esto es que el secretario de Seguridad no escucha, mucho menos actúa. Lo mismo pasa con el alcalde. De todos los debates que hemos propuesto, la respuesta es que ellos están trabajando y dando resultados, ignorando la crítica. Ni siquiera han dado una respuesta a nuestros proyectos de acuerdo, que son propuestas pensadas para mejorar el panorama. Ninguno ha sido llamativo para la administración, prefieren trabajar con sus propuestas y no con las del Concejo o la ciudadanía”.
Queda claro que en materia de seguridad Bogotá es una ciudad de grandes retos, y ahora, tratar de superarlos, será una tarea en manos del nuevo director de la Policía en la capital. ¿Lo logrará?
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