El Distrito publicó el proyecto de decreto que busca extender la hora de rumba en Bogotá hasta las 5:00 a.m., medida que abre un profundo debate: ¿qué prima, la seguridad o el impacto económico? Mientras unos lo ven como un esfuerzo para avanzar el en sueño de una ciudad 24 horas, característica de las grandes urbes, entre las que no figura Bogotá, otros lo ven como un retroceso a los históricos esfuerzos que se han hecho por disminuir los índices de inseguridad asociados a la noche.
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Para tomar la decisión, el Distrito se basó primordialmente en la necesidad de unificar horarios: “Tenemos dos horarios: algunos negocios cierran a las 3:00 a.m. y otros a las 5:00 a.m. Eso genera una carga a las autoridades. Con esto buscamos trabajar de la mano con los establecimientos legales y la ciudadanía, para combatir la rumba ilegal, que tanto daño le genera a muchos jóvenes”, explicó el secretario de Gobierno, Gustavo Quintero Ardila.
Pese a la explicación, la medida no es ajena a la polémica. En especial, por eslabones como la garantía de seguridad en los alrededores de los sitios de rumba (especialmente para las mujeres), el transporte público, los índices de riñas, de consumo de sustancias ilegales y el tema del ruido en los sitios en donde los establecimientos comerciales coexisten con predios residenciales, los cuales no han podido controlar.
La medida: así queda la venta de licor
El decreto, de entrada, busca fijar condiciones claras para la venta y el consumo de licor en la ciudad. Por ejemplo, para los establecimientos de rumba, el horario de expendio y consumo será desde las 10:00 a.m. hasta las 5:00 a.m. del día siguiente. En el caso de los restaurantes, la venta solo debe ser como acompañante de las comidas, de lo contrario, tendrán que variar su clasificación.
En cuanto al expendio en “supermercados, almacenes de grandes superficies comerciales, tiendas de proximidad, billares, licorerías, cigarrerías, estancos, salsamentarias, confiterías, fruterías, panaderías, tiendas de barrio, bolirranas, galleras y canchas de tejo será desde las 10:00 a.m. hasta las 11:00 p.m. del mismo día”, señala el decreto. La restricción de horario no aplica a las ventas de licores a domicilio.
En cuanto al consumo de licor en el espacio público, las disposiciones siguen igual: se prohíbe el consumo en un perímetro de 200 metros a la redonda de centros educativos, estadios, coliseos, centros deportivos, hospitales y centros de salud.
A la medida, explica el Distrito, se le hará veeduría y seguimiento por tres meses a tres indicadores: seguridad, en especial datos de homicidios, hurto, violencia sexual y porte de armas; convivencia, a través del registro de riñas y consumo problemático de sustancias psicoactivas, y orden urbano o comportamientos que afectan el espacio público como el manejo inadecuado de residuos, ocupación indebida del espacio público, parqueo prohibido y ruido.
Impacto económico vs seguridad
“Esta medida representa una oportunidad estratégica para seguir fortaleciendo la economía nocturna de la ciudad; mejorar la competitividad del sector y la de múltiples actividades económicas que ya operan en jornada nocturna, y de promover el desarrollo responsable e incluyente de la vida en la noche”, señala la Asociación de Bares de Colombia, Asobares.
La asociación agrega que la economía nocturna, según cifras recientes, genera un promedio de 493.000 empleos, lo que equivale al 11,77% del total de empleo en la ciudad. Particularmente la actividad de bares, gastrobares y restaurantes aporta 276.000 empleos, el 6,58% de la ciudad.
De este segmento, el 57,52% de los empleos los ocupan mujeres; un 4% corresponde a miembros de la comunidad LGBTIQ, y cerca del 29% corresponde a jóvenes menores de 28 años. “Representa un aporte del 3,19% al PIB de Bogotá, cifra que en 2024 se traduce en más de $7,6 billones, consolidando esta industria como motor esencial del desarrollo económico local”, asegura la Asobares.
Adicional, hay algo de lo que no se tiene un cálculo preciso, pero beneficiará a la ciudad: los ingresos adicionales por impuestos, para una administración que sigue buscando recursos para su plan de desarrollo. Solo en 2024 la ciudad recaudó $451.000 millones por impuesto de cerveza y $251.000 millones por el de cigarrillos. A lo que se suma el ICA, que tiene relación con los ingresos de cada establecimiento. A mayor horario, estos y otros rubros también crecerán.
A contramano, están los índices de inseguridad, que muestran cómo en la noche y en la madrugada se concentra una parte significativa de varios delitos e incidentes en zonas con alta densidad de establecimientos de expendio y consumo de alcohol. Varios delitos tuvieron una concentración relevante en estos horarios, lo que es consistente tanto para el 2024 como para el primer trimestre de 2025.
Para ambos años, los homicidios por razones de convivencia y el hurto por modalidad de atraco experimentaron una concentración alta. “No obstante, aunque la madrugada no es el rango horario con mayor participación, los homicidios, hurtos a personas y lesiones personales tienen una concentración alta, considerando que este rango del día tiene una menor actividad de la ciudad”
Señala el Distrito, que los viernes, sábados y domingos incrementa la concentración de estos delitos en horas de la noche y madrugada, lo que está relacionado con horarios de funcionamiento de espacios de expendio y consumo de alcohol.
Sin embargo, pese a la dicotomía que plantea extender el horario hasta las 5:00 a.m., la administración espera que esta realidad se mitigue con una adecuada gestión de la seguridad y con el hecho de que a esa hora Transmilenio ya está en operación.
Antecedentes y lecciones
La restricción a los horarios de rumba en Bogotá tiene el antecedente más importante en la “Ley Zanahoria”, que impulsó Antanas Mockus, en la década del noventa, durante su primera alcaldía. Allí limitó la venta de licor y el horario de los establecimientos nocturnos hasta la 1:00 a.m., para disminuir la inseguridad. La medida se mantuvo por años y luego se amplió hasta las 3:00 a.m.
Hugo Acero, quien lideró la estrategia de seguridad en las administraciones de Enrique Peñalosa y Antanas Mockus, si bien reconoce que la Ley Zahanoria tuvo buenos resultados hoy celebra la decisión de ampliar el horario hasta las 5:00 a.m., no solo por considerarlo un avance en el sueño de una Bogotá 24 horas, sino porque considera que la restricción hasta la 1:00 a.m. resultó nociva.
“Mantener ese horario fue un error garrafal, porque permitió que se extendiera la rumba clandestina, lo que facilitó, además, el tráfico y el consumo de drogas sintéticas en la ciudad. En la segunda alcaldía de Mockus, cuando extendimos el horario hasta las 3:00 a.m., ya había todo un circuito de rumbas clandestinas que el Distrito no controlaba. La nueva medida sirve para enfrentar ese sistema”, dice.
La experiencia de Acero le hizo comprender que el problema real, que impide una rumba hasta la madrugada, es la seguridad. “Tenemos bandas de paseo millonario, secuestros exprés, robos simples y robos con escopolamina, entre otras, que actúan en sitios de rumba. Entonces, si queremos una medida así, la ciudad debe estar preparada. Es imperante un aumento del pie de fuerza”, asegura.
Con eso coincide la concejala del Pacto Histórico, Heidy Sánchez, quien señala, además, que estas estrategias de seguridad debe tener un impacto especial en las mujeres. “Es fundamental que se garantice que todos los programas de prevención y atención de Violencias Basadas en Género funcionen, de manera articulada, hasta las 5:00 a.m.
Por otro lado, hay que tener en cuenta los lugares puntuales en donde aplicará la medida, pues en muchos sitios donde funcionan bares o establecimientos nocturnos hay predios residenciales e incluso varios de estos establecimientos funcionan en puntos donde el uso del suelo no está destinado para esos fines.
“El manejo del ruido es clave y más con el antecedente de la Ley, que obliga a tomar medidas efectivas. No es un tema menor: hay gente que ha tenido que irse de sus casas. Es un asunto que, generalmente, los establecimientos se pasan por la faja y hay que desarrollar estrategias reales que reduzcan esta problemática”, señala Acero.
En este punto, queda claro que, aunque parezca mínimo, la ampliación del horario de rumba dos horas, efectivamente dinamizará la economía nocturna de la ciudad. No obstante, cualquier ingreso adicional, también debe representar una inversión adicional de la administración, en materia de recursos y estrategias, para encontrar un equilibrio, pues de poco o nada sirve apostarle a una ciudad 24 horas, si los servicios de urgencia estarán llenos de heridos por riñas y accidentes de tránsito o si se disparan el accionar de la delincuencia, que prefiere la noche para actuar.
Por ahora los comentarios al decreto en la plataforma del Distrito son de índole mixta. Aunque hay algunos que lo celebran, hay otros que critican la diferenciación de horarios para bares y licorerías, puesto que esto también generaría, de un modo u otro, desórdenes de atención de las autoridades, mientras que las voces de apoyo destacan el impulso económico.
Si usted desea hacer comentarios, puede registrarse y seguir las instrucciones en la plataforma que el Distrito dispuso para tal fin, publicado en la página de la Secretaría Jurídica de la Alcaldía.
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