En la tarde de este jueves, el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, y el ministro de Transporte, William Camargo, se reunirán para hablar sobre obras que se adelantan en la capital y, seguramente uno de los temas será la primera línea del metro. En especial, luego de que el presidente Gustavo Petro insistiera este miércoles en su idea de modificar una parte del trazado, esta vez, basado en los resultados de estudio de costo-beneficio que elaboró la Sociedad Colombina de Ingenieros, para la ANI.
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Segun el informe, hacer un tramo subterráneo por todo el corredor oriental, sea por la carrera 13 o la avenida Caracas, es lo que más le conviene a la ciudad, incluso así se demoren los trabajos cuatro años más (hasta 2032). Así lo dio a conocer el primer mandatario, quien en la presentación indicó que producto de su viaje a China, todo estaría dado para hacer el cambio. Solo faltaría el sí de Galán.
Según Petro, el presidente de China, Xi JinPin, dijo que, si Distrito y Nación se ponían de acuerdo en hacer la modificación, ellos estarían dispuestos a acceder sin peleas jurídicas. “Por ellos no hay obstáculo y podríamos mirar qué hay que hacer para que despegue el proyecto”, concluyó el presidente.
¿Cuál es la posición del consorcio chino del metro?
Actualmente la construcción de la primera línea de metro de Bogotá está a cargo del consorcio Metrolínea 1 SAS, que integran las empresas chinas ‘Xi’An Metro Company Limited’ y ‘China Harbour Engineering Company Limited’, las cuales han participado en la construcción de los metros de Hong Kong, Singapur, Wuhan, Kuala Lumpur, Sydney, entre otros.
Ante la propuesta del presidente Petro, con base en el estudio de la SCI, El Espectador contactó a Wu Yu, vicepresidente del consorcio, para conocer su posición y, en resumen, respondió que el contrato 163 de 2019, “se ejecuta tal como se licitó y se firmó” y agregó que, ante un eventual cambio en el trazado, “las decisiones sobre el contrato las toman de manera exclusiva y excluyente la alcaldía de Bogotá y la Empresa Metro de Bogotá”.
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Aunque no ahondó más en su respuesta, se le consultó sobre los retrasos en el cronograma que tiene la obra, a lo que aseguró que “el concesionario está comprometido con el cumplimiento del contrato. Sin embargo, y dada la dimensión de la obra, es normal que se tengan unos términos de ejecución variables, dentro de unos rangos, sin que afecte el resultado final”.
Para contrarrestar este atraso, dijo, “se han establecido medidas para avanzar más rápido. Pero repito, es algo que sucede en este tipo de obras a nivel mundial. Y en algunos frentes vamos adelante en el cronograma, como el patio taller, que tiene un avance del 96,59%. El compromiso es entregar la obra en 2028 y así será”, enfatizó para El Espectador.
A pesar de preguntarle la posibilidad del cambio de un tramo de la primera línea de elevado a subterráneo y de las alertas sobre la falta de experiencia del consorcio para obras bajo tierra, se limitó a decir que las empresas que conforman el consorcio tienen “mucha experiencia en el desarrollo de grandes obras de infraestructura”. Reiterando que su obligación “es cumplir con el contrato de concesión” y aclarando que no responden “sobre supuestos o especulaciones”.
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¿Qué dicen desde la Alcaldía de Bogotá?
Desde campaña, el alcalde de Bogotá ha sido enfático en señalar que el contrato de la primera línea se mantendrá y que se cumplirá con la entrega en los plazos establecidos. En la rueda de prensa que realizó el pasado miércoles para hablar del metro, Carlos Fernando Galán dio luces de la respuesta que tiene preparada para al Gobierno: no modificar la obra, para poder entregarles a los bogotanos el metro el primer trimestre del 2028.
“Eso es una apuesta para tener una hoja de ruta a futuro, para proyectos que se desarrollen. La SCI ha sido clara en decir que el estudio que hicieron no es para generar una recomendación de modificación del Metro de Bogotá. No los contrataron para eso. (Aun así), nosotros vamos a escuchar y conocer esa metodología, que nos parece positivo que el país la tenga”, dijo Galán.
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Recientemente, desde el Patio Taller de Bosa, el Distrito, la Empresa Metro de Bogotá y el concesionario ‘Metro Línea 1 SAS’ entregaron un balance de las obras, que, aseguraron, en términos generales, se encuentra en un 30,86 % de avance, a partir de tres componentes: el traslado anticipado de redes, a cargo del Distrito, que está 100% completo; la gestión predial, también a cargo del Distrito, que contempla la adquisición de 1.429 predios y está 98,88 % completo, y el contrato de concesión que va en 21,51 %.
Para este 2024, tienen programado avanzar hasta el 43 % de las obras, que incluye el inicio de la estación uno del viaducto y la estación dos, así como “dejar casi terminado el puente metálico de salida del patio taller”, contó el Distrito. Además, para octubre esperan tener lista las redes de cimentación sobre la Avenida Villavicencio hasta el Portal Américas, y terminar el intercambiador de la calle 72, que va en un 56 %”, indicó Leonidas Narváez, gerente de la Empresa Metro de Bogotá.
Finalmente, como proyección, el alcalde Galán dijo que en el segundo trimestre del 2026 y con viaducto listo, espera que la ciudad pueda ver los primeros trenes verdes de seis vagones y 145 metros de longitud, 2,90 metros de ancho y 3,90 metros de altura, haciendo prueba, en un tramo de 7,5 kilómetros de viaducto. Es decir, hasta la segunda estación de la Primera Línea. “Es un compromiso pactado en el contrato. Los ciudadanos verán los trenes rodando”.
No obstante, esta proyección, si se analiza, no le cierra del todo la puerta a la propuesta del presidente Gustavo Petro, pues su idea del subterranizar parte del trazado a partir de estación Antonio Nariño. La propuesta está sobre la mesa, así como las evidencias. La decisión, como indicó el presidente, está en manos del alcalde de la ciudad.
Las ventajas
La Primera Línea elevada del Metro de Bogotá, constará de 23,9 km, que irá desde el Portal Américas hasta la avenida Caracas, pasará por la avenida Villavicencio, la avenida Primero de Mayo, la calle 8 sur y la calle 1, por donde finalmente girará hacia el norte por la avenida Caracas hasta llegar a la calle 78.
Sin embargo, con un cuadro comparativo, la SCI analizó cuatro opciones de construir este proyecto: todo subterráneo, todo elevado y dos propuestas mixtas que van elevadas hasta la estación Antonio Nariño, pero a partir de allí subterráneo por el borde oriental (carrera 13 o por la avenida Caracas).
De acuerdo con esta metodología, este último trazado tardaría cuatro años más, pero le representaría ahorros a la ciudad por $11,2 billones, representados en tiempos de viaje durante los próximos 30 años; menor impacto urbanístico, con la liberación de espacios públicos; mejor circulación vehicular; menor probabilidad de siniestros, y la generación de $6,9 billones en beneficios económicos y sociales. Todo esto, frente a los $3,9 billones que representaría la alternativa elevada. “Si sale lo mismo que ir en bus, el metro para qué”, dijo Petro.
Sin embargo, en materia de costos, denotaban que el proyecto subterráneo propuesto por el hoy presidente en 2014, ascendía a un costo de $25,3 billones; casi el doble del valor proyectado en 2017 para el elevado, que fue de 12,8 billones. No obstante, desde el Gobierno Nacional resaltan que, si bien no es viable toda la línea subterránea, la propuesta de lograr un tramo subterráneo “es la mejor opción hoy. Pudo haber una mejor, pero se la tiraron”, expresó el presidente Petro, quien incluso dijo que desde el Ejecutivo asumirían en caso dado, los riesgos financieros.
“La situación en la que estamos en este momento con el alcalde Galán, es que él tiene su idea. Nosotros simplemente queremos presentarle a los bogotanos la realidad con este estudio, para salir del discurso político de que el metro elevado es más barato y más rápido, lo cual es una mentira que le dijeron a la ciudadanía e ir a las realidades de los números”, precisó.
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