Sigue polémica por títulos académicos de Peñalosa

Este domingo causó gran revuelo la columna publicada por Yohir Akerman en El Espectador, titulada ‘Peñalosa y su falsedad ideológica’, en la que revela que el alcalde de Bogotá además de no contar con un título de doctorado (tal como lo dejaron en evidencia los investigadores Juana Afanador y Carlos Carrillo, también en este diario) no tiene una maestría que está consignada en su hoja de vida oficial. (Lea: Peñalosa y su falsedad ideológica)

Según advierte el columnista, el mandatario “no cursó una maestría en gobierno de cuatro semestres como dice la hoja de vida oficial, sino que estuvo once meses haciendo cursos en la ‘sección Métodos Modernos de Administración Pública’”.

Ante la controversia, la Alcaldía de Bogotá respondió argumentando que el título al que se refiere Akerman, en efecto, está validado como una maestría; sin embargo, se trata de estudios adelantados en la década del 70 del siglo pasado, que no se equiparan a los de la actualidad por cuenta de las transformaciones en los sistemas educativos. No obstante, el título que alcanzó el alcalde, señala el Distrito, se enmarca como maestría. (Lea: Respuesta de la Alcaldía de Bogotá a la columna de Yohir Akerman)

“El título, el contenido y su alcance, teniendo en cuenta el énfasis del sistema de titulación francés, se encuadran en lo que unos estudios de maestría contemplan y están acordes con la normatividad de la época para la que fue obtenido el título del Programme d'enseignement de la Section Méthodes Modernes de Gestion Publique, cursado en el 'Institut International Administration Publique’ de Francia”, dijo la Administración Distrital.

El debate por los títulos de Enrique Peñalosa inició en abril pasado, luego de que en El Espectador, los investigadores Juana Afanador y Carlos Carrillo divulgaron una columna en la que demostraban que el mandatario no contaba con un título de doctorado, el cual se hacía palpable en libros y hojas de vida del alcalde. Conocida la controversia, el Distrito respondió que la aparición del título también en una página de la Alcaldía fue un error que ya se corrigió. (Lea: El tal doctorado de Peñalosa no existe)

El tema hizo que un grupo de doctores y estudiantes de doctorado elevaran un llamado desde París al mandatario distrital para que resolviera las dudas sobre su supuesto doctorado en administración pública, mientras que desde sectores políticos se pidió la renuncia del alcalde, aduciendo que por inflar sus credenciales académicas, otros mandatarios en el mundo han renunciado. 

La controversia se extendió a las redes sociales, donde los internautas le han exigido mayores respuestas al alcalde, e incluso, lo han instado a renunciar a su cargo. La columna de Akerman coincidió con fallas en la página de este diario, lo que fue interpretado por algunos usuarios como sospechoso, en tanto el texto no se visualizaba correctamente, mientras que la respuesta de la Alcaldía –publicada en otra columna en El Espectador– sí figuraba bien. Las fallas técnicas que dificultaron la visualización de varios artículos, entre ellos el de Akerman, ya fueron superadas.

Este domingo causó gran revuelo la columna publicada por Yohir Akerman en El Espectador, titulada ‘Peñalosa y su falsedad ideológica’, en la que revela que el alcalde de Bogotá además de no contar con un título de doctorado (tal como lo dejaron en evidencia los investigadores Juana Afanador y Carlos Carrillo, también en este diario) no tiene una maestría que está consignada en su hoja de vida oficial. (Lea: Peñalosa y su falsedad ideológica)

Según advierte el columnista, el mandatario “no cursó una maestría en gobierno de cuatro semestres como dice la hoja de vida oficial, sino que estuvo once meses haciendo cursos en la ‘sección Métodos Modernos de Administración Pública’”.

Ante la controversia, la Alcaldía de Bogotá respondió argumentando que el título al que se refiere Akerman, en efecto, está validado como una maestría; sin embargo, se trata de estudios adelantados en la década del 70 del siglo pasado, que no se equiparan a los de la actualidad por cuenta de las transformaciones en los sistemas educativos. No obstante, el título que alcanzó el alcalde, señala el Distrito, se enmarca como maestría. (Lea: Respuesta de la Alcaldía de Bogotá a la columna de Yohir Akerman)

“El título, el contenido y su alcance, teniendo en cuenta el énfasis del sistema de titulación francés, se encuadran en lo que unos estudios de maestría contemplan y están acordes con la normatividad de la época para la que fue obtenido el título del Programme d'enseignement de la Section Méthodes Modernes de Gestion Publique, cursado en el 'Institut International Administration Publique’ de Francia”, dijo la Administración Distrital.

El debate por los títulos de Enrique Peñalosa inició en abril pasado, luego de que en El Espectador, los investigadores Juana Afanador y Carlos Carrillo divulgaron una columna en la que demostraban que el mandatario no contaba con un título de doctorado, el cual se hacía palpable en libros y hojas de vida del alcalde. Conocida la controversia, el Distrito respondió que la aparición del título también en una página de la Alcaldía fue un error que ya se corrigió. (Lea: El tal doctorado de Peñalosa no existe)

El tema hizo que un grupo de doctores y estudiantes de doctorado elevaran un llamado desde París al mandatario distrital para que resolviera las dudas sobre su supuesto doctorado en administración pública, mientras que desde sectores políticos se pidió la renuncia del alcalde, aduciendo que por inflar sus credenciales académicas, otros mandatarios en el mundo han renunciado. 

La controversia se extendió a las redes sociales, donde los internautas le han exigido mayores respuestas al alcalde, e incluso, lo han instado a renunciar a su cargo. La columna de Akerman coincidió con fallas en la página de este diario, lo que fue interpretado por algunos usuarios como sospechoso, en tanto el texto no se visualizaba correctamente, mientras que la respuesta de la Alcaldía –publicada en otra columna en El Espectador– sí figuraba bien. Las fallas técnicas que dificultaron la visualización de varios artículos, entre ellos el de Akerman, ya fueron superadas.