En la calle 100, entre carreras 9 y 11, se encuentra el Edificio Av. 100, el cual llama la atención, pues presenta una inclinación hacia el costado occidental, misma que se ha acrecentado con el paso de los años. Habitantes del mismo dicen que, al interior, la afectación se manifiesta en grietas y daños en ventanas. Por su parte el Instituto Distrital de Gestión del Riesgo y Cambio Climático (IDIGER) asegura que el problema ha alcanzado tal gravedad que incluso existe un riesgo de colapso.
Según lo explicado por los vecinos, el problema se originó hace aproximadamente 20 años, con las excavaciones que permitieron la construcción del Edificio Heights 99. Ricardo Becerra, quien es propietario de un apartamento en el edificio Fuencarraz, el cual está justo al lado de la edificación afectada, asegura que, si bien la propiedad en la que se encuentra su inmueble no ha sufrido daños graves, sí ha sido víctima de la estigmatización de medios de comunicación que aseguran que el Edificio Av 100, el suyo y el Combeima se encuentra en riesgo de colapso.
El Espectador consultó al IDIGER al respecto y, efectivamente, el instituto solo ha emitido el concepto de riesgo de colapso para con el Edificio Av 100. Para Becerra es importante que la edificación en la que está su apartamento no siga siendo estigmatizada, pues el hecho ha generado obstáculos para la venta de su inmueble.
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De hecho, asegura que ha implementado acciones legales en contra de la administración del Edificio Av.100, pero no ha recibido una respuesta satisfactoria, en parte, porque esta última también ha hecho lo propio en contra de la constructora que causó el problema, pero han pasado dos décadas y la edificación sigue inclinada y con el agravante del riesgo de colapso, razón por la cual el IDIGER ha sugerido la evacuación de sus habitantes.
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“Le escribiremos a la Alcaldía para que tome acciones como ente gubernamental”, es parte de las soluciones que propone Becerra, pero él mismo reconoce que es complicado, pues si hay que adelantar una demolición, a los propietarios del o los predios que eventualmente se vean afectados, les van a pagar con base en el valor del lote, lo cual implicaría una millonaria afectación. Así las cosas, la esperanza estaría puesta en que la constructora asuma y responda por su presunta actuación.
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Lo cierto es que ninguno de los propietarios está obligado a vender su predio, de hecho, alegan que se respete su derecho a la propiedad privada. Y si aún unos pocos quisieran, se necesitaría el consenso del 100 % para adelantar la demolición. La solución estaría en que una autoridad entre a mediar este asunto, realice las respectivas investigaciones y, si es el caso, haga justicia.
Nota del editor: Algunos datos contenidos en este artículo fueron rectificados tras una serie de precisiones que se dieron en el proceso de contraste de la información.