Los esfuerzos por encontrar pistas que lleven al paradero de Valeria Afanador Cárdenas, menor de 10 años con síndrome de down desaparecida desde el 12 de agosto, no paran en Cajicá. En las últimas horas, más organismos de socorro y soldados del Ejército se unieron a las labores de búsqueda, sin resultados concretos hasta ahora. En medio de varias hipótesis, incertidumbre y esperanza, este sábado continúan los operativos de búsqueda.
Le puede interesar: Hablaron los padres de la menor de 10 años desaparecida en Cajicá: esto dijeron
Al lugar de los hechos, la vereda El Canelón del municipio de Cajicá, recientemente llegaron soldados del Ejército y Bomberos de varios municipios para ampliar el radio de búsqueda. No obstante, la ausencia de rastros concretos ha llevado a aumentar la recompensa de $20 a $50 millones, y a valorar nuevas hipótesis al rededor de lo que sucedió con la menor, quien se desapareció mientras cumplía con su jornada académica en el colegio Gimnasio Campestre Los Laureles.
Cajicá marcha para apoyar búsqueda de Valeria
Ante la incertidumbre por el paradero de la niña tras cinco días de operativos ininterrumpidos que no han dado el resultado esperado, la comunidad de Cajicá salió a las calles del municipio la mañana de este sábado para dar una voz de apoyo a la familia y respaldar las labores de búsqueda que continúan en zona rural y urbana del municipio.
De acuerdo con Rafael Leguizamón, comandante del cuerpo de bomberos de Cajicá, al menos 500 personas salieron con camisetas y bombas blancas para expresar al unísono, en una sola frase, el clamor de toda una comunidad: “unidos por Valeria”.
Entre tanto, la incansable búsqueda continúa. “No vamos a escatimar recursos ni personal: todo nuestro equipo especializado está en terreno, acuartelado en primer grado, con la determinación de encontrar a la menor en las próximas horas”, señaló el gobernador de Cundinamarca, Jorge Emilio Rey.
Tras el quinto día de búsqueda, el caso podría tomar otro rumbo.
El tiempo es clave, ya que después del quinto día de labores cambia la dirección de la búsqueda. En el lugar de los hechos, el Comandante de Bomberos de Cajicá, Rafael Leguizamón, señaló a El Espectador: “tenemos un periodo de tiempo operacional de cinco días, iniciales para hacer todo el proceso de búsqueda. Después de eso, hay que ir paralelo con otros procesos que ya se salen de la de la competencia de los grupos de atención de emergencias”.
Andrea Medina, consultora del colegio, también se refirió a la desaparición. “Es algo inaudito. Algo en lo que no tenemos una explicación lógica o veraz. La hemos buscado por todo lado, pero no aparece”, señaló a este diario.
“Los niños con alguna condición de discapacidad del colegio, porque son varios, no tienen una persona específica de cuidado, están salvaguardados por todo la institución. Nosotros nos damos cuenta de que Valeria ya no está después de 10 minutos, cuando activamos la ruta interna. En media hora, activamos la alarma y a los 45 minutos a la policía”.
Por otro lado, el Comandante Leguizamón advierte que el día de la desaparición (12 de agosto), después de la 1:00 de la tarde, tras casi dos horas del último avistamiento de la menor en el colegio campestre, Bomberos recibió el reporte del caso. “Se movilizaron todos los cuerpos de socorro, búsqueda y rescate, coordinados por la administración municipal, la Dirección de Gestión del Riesgo y el Cuerpo Oficial de Bomberos”.
Sobre las hipótesis, dijo: “se tenían tres: la primera, era que la niña hubiera caído al río. La segunda, que la niña hubiera bordeado el río y hubiera salido hacia las áreas circundantes del río y la tercera, que hubiera salido hacia alguna calle y se hubiera ido por algún lado del municipio”.
El caso
Valeria Afanador Cárdenas desapareció el martes 12 de agosto sobre las 10:30 a.m., en inmediaciones del mencionado colegio, ubicado en la vereda El Canelón (Cajicá). Las cámaras de seguridad de la institución captaron a la estudiante dirigirse a la zona de arbustos cercanos a la reja que colinda con el sector del río Frío.
“Desde ese momento, no se ha registrado en las cámaras su regreso por el mismo punto”, indica el comunicado del colegio. Adicional, informaron que sus brigadistas iniciaron la búsqueda inmediata, una vez el personal del colegio notó que la menor no estaba.
En respuesta a la situación, el colegio activó el protocolo interno de búsqueda, al que se unieron municipios y bomberos de la región, sin lograr resultados, razón por la cual, la versión que inicialmente tenía más fuerza, que indicaba que la menor habría caído al río, con el paso de las horas, pierde fuerza. El rango de búsqueda se ha ampliado, así como las hipótesis.
Otras hipótesis y versiones
En entrevistas dadas al medio Chía Radio 24, familiares de la menor hicieron un recuento de lo que ha sido su intensa búsqueda y las hipótesis que rondan el caso. Felipe Afanador, primo de la menor, indicó lo que se vio en las cámaras de seguridad: “pudimos evidenciar que, en la cancha de fútbol, la niña intenta entrarse entre las matas, se sale, hace el recorrido hasta la esquina del colegio y se devuelve hasta que llega un momento en el que no se ve que devuelva al colegio”, señaló.
Además, la búsqueda en el río, infructuosa hasta ahora,se amplió. Sin embargo, Afanador señala que, río abajo, cerca del punto de la desaparición, hay un trinco de gran tamaño que, en un caso hipotético, impediría el paso de la menor. Y añade que el río no es hondo, razón por la cual, si la niña estuviese en el cauce, ya habría sido hallada.
El joven contó también que hubo un automóvil que llamó la atención de las autoridades y el cual fue localizado, pero durante la inspección, no se halló nada sospechoso. “Entre las hipótesis se valora si la niña fue recogida y no esté en esta área, sino refugiada en algún sitio. Todo está en investigación”, recalcó.
Para conocer más noticias de la capital y Cundinamarca, visite la sección Bogotá de El Espectador.