“Vamos a empezar un estudio riguroso de qué alternativas hay para el POT”: Claudia López

Alcaldesa de Bogotá, presenta el proyecto de Plan de Ordenamiento Territorial (POT).

Foto: Mauricio Alvarado Lozada

La alcaldesa Claudia López deberá determinar si aprueba o no el POT por decreto, dado que el pasado miércoles 8 de diciembre se cumplió el plazo que tenía el Concejo para debatir el proyecto sin que se llegara a alguna determinación. Pero, según señaló en rueda de prensa la mandataria, por ahora estudiarán las posibilidades para incluir los acuerdos a los que se llegaron en los últimos meses.

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“Vamos a analizar con mucho cuidado cómo logramos que Bogotá tenga un POT, pero en el que se incorporen muchas de las sugerencias, muy oportunas, de la ciudadanía, de las organizaciones sociales y de los concejales en el POT urgente que necesita Bogotá para pagar la deuda social y ambiental”, dijo la alcaldesa.

Sumado a esto, señaló que a partir de este jueves 9 de diciembre se reunirán con los equipos jurídicos de la Alcaldía para analizar las alternativas. “Vamos a empezar un estudio muy riguroso de las alternativas que hay para el POT”.

Debido a que el Plan de Ordenamiento Territorial no se alcanzó a aprobar o negar en el plazo establecido por el Concejo, la alcaldesa tiene la facultad para aprobarlo por decreto tal y como lo radicó ante el cabildo, por lo que no se incluirían los acuerdos con múltiples actores a los que se llegaron en estos tres meses.

Entre las posibilidades está aprobar el texto unificado con dos de los tres ponentes del proyecto en la Comisión del Plan, así como estaría la alternativa de incluir algunas de las proposiciones acordadas dentro del cabildo abierto, apegados a la Ley que dicta los lineamientos de la participación ciudadana.

Desde diferentes sectores, como la Andi, ProBogotá y Camacol, le han pedido a la alcaldesa volver a llevar el proyecto al Concejo para garantizar la participación y la concertación, a esta misma solicitud se han sumado la mayoría de las cabezas del cabildo, debido a que la discusión no se pudo dar por las dilaciones que produjeron las más de 60 recusaciones e impedimentos que se tramitaron en el transcurso del estudio del texto.