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A mediados del año pasado un equipo de científicos argentinos logró modificar genéticamente la papa con el fin de evitar que se malogre rápidamente. Ahora, siguiendo ese ejemplo, otro grupo de investigadores del sector privado ha logrado editar genéticamente y clonar embriones de bovino con el fin de mejorar la producción de carne. (Lea: La Unesco alerta del uso imprudente de la edición genética)
Según la revista Perfil, la investigación, a cargo del biotecnólogo Gabriel Vichera director científico y cofundador de la firma Kheiron Biotech, comenzó el experimento año pasado y uso la herramienta de edición genética Crispr-Cas9. El llamado “Programa de mejoramiento genético de precisión” tiene dos objetivos: uno científico y el otro productivo.
Si todo sale de acuerdo a lo planeado, a comienzos del próximo año nacerá la primera camada de terneros con un genoma “mejorado” de manera que puedan generar un 20% más de carne que el promedio de su raza. “El objetivo es, mediante edición génica, obtener nuevos ejemplares de raza Brangus, pero con la característica de ofrecer más carne y llegar a su peso ideal de faena en menor tiempo”, dijo Vichera. “Todo eso consumiendo la misma cantidad de alimento que sus congéneres con el genoma no alterado”, agregó.
Crispr Cas9
De acuerdo a lo recogido por el medio argentino, los investigadores primero modificaron el ADN del animal, “mejorándolo”. Luego clonaron esas células fecundadas e implantaron los embriones resultantes en el útero de 50 vacas que la compañía tiene en un corral científico en San Antonio de Areco, al noroeste de Buenos Aires. (Le puede interesar: ¿Modificar o no modificar genéticamente a un organismo?)Además, el proceso no puede considerarse como “transgénico” porque “todo el procedimiento fue cuidadosamente pensado para evitar la introducción de cualquier material genético extraño”, explica el investigador. “Recurrimos a la edición de precisión, pero trabajando exclusivamente sobre el ADN original de la raza evitando de esa manera cualquier controversia bioética futura”, añade.
El experimento logró disminuir la expresión del gen de la miostatina, cuya función es crear las proteínas responsables de ralentizar y frenar el crecimiento del tejido muscular del animal. “El resultado es que esperamos tener un rebaño de vacas con ese gen ‘silenciado’ y que por eso alcanzarán mayor masa muscular, asegurando una carne más magra y, en promedio, un balance de mayor producción de proteínas por animal”, explicó Vichera.
Los resultados permitirán tener un avance importante en términos reproductivos y podrían tener un fuerte impacto económico, ya que la ventaja de usar herramientas de edición genética y clonar sus resultados permite a los ganaderos obtener ejemplares con nuevas características biológicas, en menor tiempo y de forma no azarosa, dice el biotecnólogo.