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Fue encontrado el cuerpo del físico colombiano Felipe Caycedo Soler en los Alpes alemanes

Después de más de un mes de su desaparición en los Alpes alemanes, fue encontrado este martes 28 de julio el cuerpo sin vida de Felipe Caycedo Soler, doctor en física de la Universidad de los Andes, investigador del Instituto de Física Teórica en la Universidad de Ulm en Alemania. Homenaje.

Juan Diego Soler
30 de julio de 2020 - 02:23 a. m.
El físico Felipe Caycedo Soler se extravío en los Alpes alemanes el 23 de junio.
El físico Felipe Caycedo Soler se extravío en los Alpes alemanes el 23 de junio.
Foto: Cortesía

Después de más de un mes de su desaparición en los Alpes alemanes, este martes 28 de julio fue encontrado el cuerpo sin vida de Felipe Caycedo Soler, doctor en física de la Universidad de los Andes, investigador del Instituto de Física Teórica en la Universidad de Ulm en Alemania, una de la mentes más brillantes de la física en Colombia y un entrañable amigoal que extrañaremos todos los que tuvimos el placer de compartir con él. (Lea: Un físico colombiano desaparecido en los Alpes alemanes)

Foca, como lo conocíamos sus compañeros de colegio y universidad, era un atleta nato. Podía subir al alto de patios en bicicleta o subir trotando a Monserrate sin tener que preocuparse por llegar a clase de mecánica clásica o electrodinámica. Y así como subia con entusiasmo las cuestas que rodean a Bogotá, se enfrentaba a los problemas de la mecánica cuántica con una vitalidad y un entusiasmo realmente contagiosos.

Durante sus nueve años como investigador en la Universidad de Ulm se había enfrentado a unos de los desafíos más difíciles y fascinantes de la física moderna, entender cómo una descripción en términos de la mecánica cuántica -la teoría de la física que rige las escalas más pequeñas del universo- es apropiada para entender la aptitud biológica de las especies. Muchos procesos relevantes para los seres vivos son impulsados por eventos que ocurren dentro de escalas de longitud muy pequeñas y, por lo tanto, en principio, son procesos que requieren una descripción cuántica para su comprensión completa.

Por ejemplo la fotosíntesis, donde la recolección de luz, que sigue las reglas de la mecánica cuántica que determina la excitación de electrones, determina el desarrollo del árbol, la magnitud de un bosque, el suplemento de oxígeno para las formas de vida en la Tierra. Un evento microscópico que determina la vida de miles de millones de seres vivos.

Nuestra amistad se remonta al colegio San Bartolomé la Merced, en donde aprovechamos nuestro apellido común para reciclar los permisos para salir de clase, pero fue en la Universidad de los Andes en donde se convirtió en un hermano mayor para muchos de los que fuimos sus compañeros. Felipe siempre era el que llegaba a los ejercicios más difíciles de las tareas. Al que no temblaba al decirle al profesor que no entendía. (Puede leer: Un colombiano entre los 100 expertos mundiales en Inteligencia Artificial)

El que recibía a todos en su oficina. El que siempre ponía atención y tenía los argumentos más filosos en una discusión pero no dudaba en hacer el chiste que cambiaba el día. El que nos enseñaba a jugar golf con los pantalones embarrados luego de haber subido caminando a La Loma. Al que todos recordaban gratamente en la Universidad George Washington a donde llegué un año después de que él hiciera la pasantía de verano.

El que tuvo la osadía de hacer un doctorado en Colombia y después se abrió camino en las grandes liga de la física. El que nos demostró a todos que el ingenio, la dedicación y el buen humor sirven para solucionar un complicado problema de física y para acampar en el Parque Nacional de los Nevados. Vivió la vida del científico con la casa al hombro y -como muchos de nosotros- con el corazón partido entre el país que lo vio crecer y el que le dio las oportunidades de trabajar y comenzar una familia.

Se despidió en la montaña, el lugar que más le gustaba. Su esposa, su familia y sus amigos lo buscamos por todos los medios hasta que lo encontramos y hoy nos despedimos de él. Sus átomos vuelven al universo del que todos vinimos y al que todos vamos a volver algún día. Y aunque nos queda el consuelo que ahora somos uno con él y él es uno con el universo, nos va a hacer mucha falta escuchar su voz haciendola pregunta que ilumina la oscuridad como un relámpago y luego nos hace reír, porque si algo aprendimos de Foca es que la física y la vida son cosas demasiado serias para tomarlas sin humor.

Felipe Caycedo Soler PhD desapareció el pasado 23 de Julio en una caminata a las afueras de Oberstdorf, Bavaria en el camino entre Dietersbachalpe (a 1325 metros de altura) y el refugio Hermann von Barth (a 2129 metros). Su búsqueda fue financiada gracias a una campaña liderada por su esposa para contratar alpinistas profesionales y operadores de drones. Las circunstancias del accidente aún no han sido determinadas. Le sobreviven su esposa Julia, embarazada de 5 meses, su hijo Yunus de 4 años y sus padres Esperanza y Orlando.

Por Juan Diego Soler

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